viernes, 15 de octubre de 2010

En Nombre de Un Dictador






 En Blanco & Negro
En nombre de un dictador
José E. Mosquera



En la medida que avanzan las deliberaciones en el Consejo Ejecutivo de la Unesco, aumentan igualmente las presiones internacionales para que se anule el controvertido premio Unesco-Obiang para la investigación en ciencias de la vida, creado hace dos años con dineros donados por una fundación “para la preservación de la vida” del dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema.
El galardón fue cuestionado por las delegaciones diplomáticas de varios países desde el momento en que Obiang lo propuso en la Asamblea de la ONU hace tres años, cuando posando de buen “samaritano” y con una aureola de filántropo, anunció que donaría tres millones de dólares para que la Unesco creará un premio que “reconociera los logros científicos que mejoran la calidad de la vida humana”.

Por las protestas internacionales que se han generado, tras la polémica decisión de la Unesco de instituir un estímulo a la investigación que lleva el nombre de uno de los dictadores más despóticos del mundo, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, decidió en mayo aplazar la entrega del cuestionable galardón hasta que se tomara una decisión al respecto en las actuales sesiones del organismo que comenzaron la semana pasada y que terminan el próximo lunes.

En mayo, 30 organizaciones defensoras de los derechos humanos y 127 reconocidos personajes e intelectuales africanos, encabezados por los premios Nobel de Literatura, Wole Soyinka y de Paz, Desmond Tutu, manifestaron su inconformidad a la Unesco por haber “aceptado conceder una distinción en nombre de un tirano cuyo poder se han caracterizado por la pobreza brutal, el terror de su pueblo y una reputación global de corrupto que avergüenza dicho organismo”.

Expresaron que otros organismos de la ONU han denunciado “las permanentes violaciones de los derechos humanos que se cometen el régimen, las torturas, los crímenes, las faltas de libertades, los fraudes electorales y las condiciones de pobreza que viven los guineaecuatorianos”. Ahora los intelectuales africanos han ido más allá al señalar que una institución como la Unesco no podía admitir un “regalo” de un régimen, en donde “las libertades fundamentales, incluida la libertad de expresión y de asociación, la prohibición de la tortura y la detención arbitraria y el derecho a un juicio justo son sistemáticamente pisoteados de manera impune" por un dictadura que quiere mostrarse ante el mundo como defensora de la vida, pero que “encarcela, tortura y fusila a los opositores”.

Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos concluyó que en Guinea Ecuatorial las fuerzas de seguridad cometen permanentes transgresiones a la ley, torturas y desapariciones forzadas en medio de una repudiable impunidad, debido a que los ciudadanos no cuentan con mecanismos que les permitan cambiar el régimen por medios pacíficos”. Por otra parte, los africanos inconformes han subrayado que “la existencia de ese premio se constituye en un insulto para los africanos que trabajan por mejorar las realidades de nuestros países” y porque que entre los objetivos de la Unesco está el "respeto a los Derechos Humanos, postulado que no cumple el tirano Obiang. Sin embargo, su régimen ha desestimado las críticas y las ha calificado de “racista y neocolonialista”.

En respuesta a la serie de reparos, la directora Bokova ha dicho que “es conciente de la decisión que asumió el organismo cuando creo el premio, pero admitió que debido a los cambios de las circunstancias y a la vista de los hechos sin precedentes que se han producido no se puede ser sorda ni indiferente a esas críticas. Por lo tanto, admitió que los reparos no sólo son opiniones de afuera, sino que provienen de la propia organización que cuestionan la actitud de la Unesco.

Un grupo de escritores latinoamericanos, liderado por el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa y el escritor nicaragüense, Sergio Ramírez, entre otros, también han solicitado a la Unesco el retiro del cuestionado del premio. Han sido tan fuertes las reacciones internacionales de los últimos días que Estados Unidos presentó una resolución que insta a la Unesco a retirar el premio y a devolver la donación al régimen de Obiang, en virtud de que lesiona la credibilidad, el prestigio, la trayectoria y los valores del organismo de Naciones Unidas. En conclusión: la Unesco está atrapada en la zaga de los petrodólares del dictador Obiang.

FUENTE:
http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1894&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%C3%B3n&idnoticia=162251&imagen=051027121036joseemosquera.jpg&vl=1&r=opinion.php