miércoles, 30 de junio de 2010

EN EL ESCENARIO DE LA SUCESIÓN DE OBIANG NGUEMA: ESPAÑA ES LA CLAVE.



Ahí está Fraga con Macías a punto de comenzar su andadura Guinea Ecuatorial Independiente



EN EL ESCENARIO DE LA SUCESIÓN DE OBIANG NGUEMA: ESPAÑA ES LA CLAVE.

-Análisis-

En Guinea Ecuatorial se están agotando todos los géneros literarios y poéticos concebidos por escritores e historiadores del mundo. De la tragedia a la tragicomedia; de esta, al esperpento; el humor y la broma africanos donde se entremezclan escenas de auténtico dolor y tragedias mortales, con los del forzado disimulo y silencio. Ningún europeo que llega a África, como institución política, empresario u hombre de negocios, llega con propósitos de sumarse o promover la vida democrática de ese país, concreto, africano. Todos los antiguos colonos saben que, para subsistir en África, lo mejor es pegarse al tirano en el poder, sumarse a la lista de los de la “Seguridad” del tirano y dictador, y burlarse del resto de la población. Normalmente el europeo que llega a África, hoy, es por orden. Y sabe que no llega a África para hablar ni promover la democracia y las libertades. Sino para demostrar a los africanos que eso de democracia es un asunto muy difícil, muy europeo y son ideas importadas que no caben en África.

Uno de los signos de la muy escasa importancia humana que el mundo concede a Guinea Ecuatorial, como pueblo y como sociedad, es el pecaminoso y malintencionado plan de ANESTESIAR Guinea Ecuatorial. El Presidente Obiang Nguema, fue catapultado al poder por un golpe de estado cruento, después de haberse paseado durante 11 años como un violento y sanguinario chacal por un selvático sendero sembrado de víctimas políticas. Situado, por sus poderosos amigos españoles y extranjeros, sobre ese ingente charco de sangre humana, Obiang Nguema ha sido durante los últimos treinta años, autentico “niño mimado” de España.

La historia colonial ha dejado muchas muestras y pruebas irrefutables de que cuando te conviertes en “buen muchacho” o en “niño mimado” de los colonos, estás destinado al fracaso y a la perdición.

Fueron, primero, los famosos “emancipados”. Una extraña, y única en su género, clase social, tirando a “media” y enquistada entre el mundo blanco y el negro. Ni frio ni caliente. Una clase que aunque cercana a la clase blanca no recibió el más mínimo cuidado español a la hora de ser borrada de Guinea Ecuatorial por Obiang Nguema y Macías Nguema.

Con estos dos, se puso fin –de muy mala gana- a la era colonial. Macías, por no ser “buen muchacho”, no fue tampoco “niño mimado”. España vio durante 11 años, cómo su sobrino, Obiang Nguema, conducía a Macías Nguema, su tío, “al infierno” por un sangriento golpe de estado. Obiang, convertido en “buen muchacho” y por lo tanto “niño mimado”, aupado al poder, ha consumido 31 años, mecido y protegido en los brazo de España.

Nunca España conseguirá quedarse LIMPIA de la inmundicia en la que, hoy, se revuelca ese rincón africano llamado Guinea Ecuatorial (después de 150 años de colonización española; 7 años de nefasta descolonización, y 42 años de la llamada “independencia”, controlada a base de promover a los “buenos muchachos” o a los “niños mimados”.

“Buen muchacho”, fue el típico “emancipado” que por saber hablar español, incluso sin haber ido a la “Península”, jugaba, en medio del resto de la sociedad negra a estar muy pegado y obediente a los colonos. Ni se integraba de lleno al mundo español, ni se permitía defender los derechos del resto de negros guineanos. Tampoco los mulatos (hijos nacidos de la mezcla de blancos y negros, consiguieron (ni en la colonia, ni en la independencia) hacerse con los derechos humanos que les correspondía.

Guinea Ecuatorial es un estrepitoso fracaso (¡o triunfo!) de los colonos españoles que no entienden que los negros tienen derechos humanos, (Lo que significaría, automáticamente, perder los colonos tales derecho; y/o tener que compartirlos con los colonizados –especie absolutamente despreciable) y la nulidad de los negros colonizados que, por más esfuerzos que hicieran, nunca conseguirían compartir los derechos humanos con los colonos.

Por eso, España, 150 años después de la colonización; 3 años del estatus de Provincia y 4 años de Autonomía españolas, 30 años después de la independencia de Guinea Ecuatorial, está patidifusa, en busca siempre de un “buen muchacho” o de un “niño” a quien “mimar”, y tener sujeto a sus órdenes coloniales. Por referirnos solo al período de Provincia, Autonomía e independencia, Ni Macías Nguema Biyogo Ñegue Ndong, Ni Obiang Nguema Mbasogo, Ni Bonifacio Biyang Andeme, ni Plácido Mico, ni guineano alguno ha conseguido ser un “buen muchacho” o “niño mimado”, al puro estilo colonial, de España. Y aun cuando lo han podido ser, o simular, como Obiang Nguema Mbasogo, han acabado siendo despreciados, olvidados y abandonados por España. Incluso Obiang Nguema Mbasogo, visto lo visto, ha dejado de ser “niño mimado” de España; por más llamadas al Rey, a Moratinos a Zapatero, que haga cada día el apestoso tirano, siempre tan mimado por España.

Patidifuso, el poder español está asistiendo al escenario de la sucesión de Obiang Nguema, (su penúltimo ensayo de “buen muchacho” o de “niño mimado”) Pero Obiang Nguema, a pesar de sus insistentes llamadas a la Zarzuela, a la Moncloa o al Palacio de Santa Cruz, ya se ha dado cuenta del axioma: “Ser buen muchacho, en la colonia española, o ser niño mimado de España, en la independencia de Guinea Ecuatorial, es estar destinado al fracaso y a la perdición”. Ni siquiera consigue Obiang Nguema que España apoye el modelo y diseño de su sucesión por alguno de sus hijos, alguno de sus hermanos; alguno de sus hijastros; alguno de su círculo que lo convertiría a Obiang Nguema en lo mejor que ha tenido nunca, Guinea Ecuatorial. El poder Español se inhibe. Huye y se resiste a aceptar y apoyar (con todo el poder colonial que aún persiste en sus manos) que Guinea Ecuatorial sea decididamente libre, democrática y en desarrollo.

Pregúntenselo a quien quieran y, caso por caso, verán y comprobaran la trágica realidad. España, y si hurgan un poco, encontrarán un nombre o algunos nombres muy concretos de poderosos españoles que se oponen diametral y ciegamente a que el pueblo de Guinea Ecuatorial se adentre en el camino de la normalidad política y democrática que tanto anhela, y desea tan ardientemente nuestro país. España (su tan conocida “nomenclatura”) está haciendo todo lo posible -según fuentes muy fidedignas- para que guineo ecuatorianos con fe en su dignidad, prestigio y apoyo popular en el país, NO lleguen nunca al poder en Guinea Ecuatorial. “Los hemos tratado muy mal en España”-reconocen-. Y, de paso, tienen miedo a que Guinea Ecuatorial se “convierta en una nueva Philipinas…”