miércoles, 23 de junio de 2010

El premio Unesco-Obiang


En Blanco & Negro
El premio Unesco-Obiang
José E. Mosquera




jemosquera@une.net.co

Otra vez Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, dictador de Guinea Ecuatorial, un pequeño país de África central es centro de un escándalo internacional que involucra a la Unesco. Lo curioso es que en esta oportunidad el alboroto en que se encuentra envuelto el tirano de Obiang no es por las crueldades de su régimen, ni por sus excentricidades en sus Palacios y en su flotilla de aviones privados, ni por su millonaria fortuna, como tampoco por las frecuentes violaciones de los derechos humanos y los fraudes electorales, sino por el vergonzoso premio internacional Unesco-Obiang Nguema Mbasoso, creado hace dos años por la Unesco con dineros donados por una fundación que lleva su nombre.

Una historia ignominioso que comenzó en octubre del 2007, cuando el propio Obiang en una Conferencia General de la Unesco propuso la creación del citado galardón y anunció que la fundación que lleva su nombre y que paradójicamente lucha por la preservación de la vida, entregaría la suma de tres millones de dólares para tales fines. Un año después, el 17 de noviembre de 2008, la Unesco creo el cuestionado premio en “reconocimiento a los logros científicos que mejoran la calidad de la vida humana” para ser otorgado una vez al año durante un período inicial de cinco años y que consiste en 300.000 dólares que se dividirán en partes iguales entre tres ganadores. Sin embargo, las condiciones de vida de la mayoría de los guineaecuatorianos son paupérrimas.

Pese a que algunos países como Francia, entre otros, manifestaron su oposición a que la Unesco aceptara aquella donación y se le diera vía libre a la instauración de un premio en nombre de este siniestro personaje. Otros países como España, Benín y otros más, apoyaron los sueños de filántropo de este autócrata que el próximo 3 de agosto cumplirá 31 años en el poder.

Los primeros países en apoyar en el Consejo Ejecutivo de la Unesco el regalo envenenado de Obiang fueron los diplomáticos africanos. Por lo tanto, a la hora de admitir la creación de la polémica distinción que lava hasta cierto punto la imagen de este consumado violador de los derechos humanos y de las libertades, pesaron más los petrodólares de un régimen sanguinario y corrupto que la reputación de la Unesco.

Un premio que le sirve a Obiang para ocultar las atrocidades de una de las dictaduras más despiadada y vilipendiada de África. Por eso resulta bastante cuestionable que mientras este dictador derrocha los recursos públicos de su país, donando millonarios regalos para comprar respaldo internacional que le sirva de bálsamo a su oprobioso régimen, el 80 % de los 700 mil habitantes de su país viven bajo el umbral de la pobreza. Lo que indica que los cuantiosos recursos de la bonanza petrolera que ha recibido Guinea Ecuatorial como el tercer productor de petróleo de África no han tenido impacto positivo en el nivel de vida de los guineoecuatorianos.

Es increíble que un país con un PIB de más de 44 mil dólares, similar al de Inglaterra y superior a los de países como Italia y España, cualquier persona que “necesita atención médica, debe llevar al hospital sus propias medicinas, sus sábanas, sus toallas y en ocasiones hasta su propia cama". Según un documento que me envió un exiliado desde España.


Ahora, más allá de la jugada política de Obiang de lograr que un prestigioso organismo internacional como Unesco creara una distinción honorífica a su nombre, lo más censurable fue el silencio que guardó la Unesco durante más de dos años sobre este espinoso asunto y sólo por las presiones internacionales que recibió en el último mes de más de treinta organizaciones defensoras de los derechos humanos y de buen número de gobiernos, políticos, intelectuales y periodistas de todo el mundo, decidió hace una semana aplazar la entrega del polémico premio hasta las próximas deliberaciones del Consejo Ejecutivo en octubre.

Uno de los más acérrimos críticos de este vergonzoso premio ha sido el arzobispo sudafricano y Nobel de la Paz Desmond Tutu, quien ha calificado como “un hecho terrible que la Unesco como faro de esperanza y desarrollo para todo el mundo, se dedique a mitigar la mala reputación de una dictadura como la de Obiang” que mantiene a su pueblo sumergido en la pobreza y la opresión.




José E. Mosquera, columnista, es una firma de reconocido prestigio profesional y referencia contínua en buena parte de la prensa de habla hispana.