lunes, 23 de noviembre de 2009

TODAVIA LES QUEDA TIEMPO PARA SER PATRIOTAS


Por Severo-Matías MOTO NSA



He asistido, en Guinea Ecuatorial, a varias elecciones. Las legislativas de 1.993, para las que pedí la abstención que el pueblo guineano respondió con un sonoro 80%. Presencié las escuálidas filas de votantes del PDGE, que parecían avergonzarse de sí mismos, al ver tan poca gente en las filas.

Luego llegaron las elecciones municipales de 1.995. No sé por qué extraña razón, el censo electoral, la más importante queja que exhibimos para pedir el boicot de las legislativas, aparecía con signos de limpieza. El pueblo guineo, como movidos por un resort (…el Partido del Progreso y su liderazgo), se volcó a hacer uso de su voto. Un nuevo 80% (esta vez de votos) se vertió a favor de la oposición. De una rabotada militar, típico de un presumido dictador, Obiang Nguema “dictó” el resultado final. Usurpó y acaparó -“manu militari”- todos los Ayuntamientos de la oposición ganadora.

Desde esta clamorosa vergüenza de Obiang Nguema y su PDGE, el Ministerio del Interior aprendió la cobarde lección de no volver a producir un censo electoral digno, libre y democrático. El miedo puede con ellos, simplemente.

A pesar de esta constatación, todavía se nos ocurrió anunciar nuestra participación en las elecciones presidenciales de 1.996. Tres signos de la peligrosa cobardía y miedo de Obiang Nguema y su partido marcaron, para siempre, esas presidenciales:

1.- Las Juntas electorales, especialmente la central, estaban cerradas a cal y canto y prohibidas a los candidatos de otros partidos que nos atrevimos a anunciar y presentar nuestras candidaturas.

2.- Del seno de esa misma candidatura central nos llegó el “soplo” (¡nunca falta!) de que ya las actas de las elecciones presidenciales, de todas las mesas, estaban elaboradas; los votos de cada candidato ya adjudicados en las actas, a cada grupo; y los resultados finales solo esperaban la firma de los candidatos participantes. Tan era cierto ese soplo, que hasta el Partido del Progreso, sin haber participado en el pestilente fraude lectoral, apareció con un número de votos no precisamente despreciable. ¡Milagros del fraude!

3.- El multitudinario mitin que celebramos en la gran ciudad de Bata, me dejó claro el tercero y más triste signo de la incurable cobardía y vergonzante miedo que Obiang Nguema y su PDGE tenía y siguen teniendo a unas elecciones libres y democráticas. Centenares, miles de voces atronaron en la plaza, durante mi discurso, denunciando clamorosamente su ausencia en las listas del censo. A unos no se le había querido censar y a otros, simplemente los habían borrado del censo.

- ¡¡¡No vayas a las elecciones!!! ¡¡¡NO estamos en el censo!!!

Grito que no solo denunciaba el universal fraude y violación del Censo electoral, sino que nos advertía de que nuestra participación en tales condiciones del censo electoral sería considerada como una traición al pueblo que quería votarnos, pero no podía hacerlo por no estar en el censo. En definitiva mi participación sería tomada por mi pueblo como un simple apoyo a Obiang Nguema.

Así se lo transmití al propio dictador, en aquella (para él) angustiosa audiencia que nos ofreció a los candidatos adversarios, en el Palacio África, en cuanto le llegaron los rumores de mi decisión de no participar en la juerga…, en obediencia a mi pueblo. Dios, mi pueblo, mi partido y otros compañeros políticos son testigos del rotundo rechazo que hice a los 5 millones de F.CFA que el Ministerio del Interior pretendió ofrecernos para rendirnos a la petición angustiosa de Obiang Nguema Mbasogo. Y, desde, luego, nadie fue capaz de forzarnos a devolver los 10 millones de FCFA. que Obiang Nguema entregó a los candidatos para la campaña, y que distribuí entre los distintos Consejos locales del Partido del Progreso. No tenían moral para exigir tal devolución, ante tan monumental fraude urdido por ellos.

Quedaban, naturalmente muy escasos días para que se celebrase la ceremonia de la vergüenza; eso que se llamó “elecciones presidenciales”. Para nosotros, el Partido del Progreso, no existía posible duda entre hacer caso a mi pueblo, o acompañar a Obiang Nguema en el fraude. Por eso, ni hicimos caso a la petición de acudir a las elecciones; ni tampoco a su posterior insistencia en que entráramos a formar parte del gobierno salido de tales urnas. (Nos constaba que cualquiera de estas ofertas que yo hubiera aceptado, le ofrecía a Obiang Nguema toda la credibilidad, apoyo y respaldo -sin discusiones, ni reclamos- ante un importante país, potencia mundial…) ¡No caímos en la burda trampa! Y seguimos vivos.

Hoy, trece años después y como todo lo de ese reino de fraudes cobardes y miedosos llamado “EQUATO-LA”, todo sigue exactamente igual. El régimen liderado por el dictador Obiang Nguema que ¡DICTA! las elecciones presidenciales de 29 de Noviembre, acaba de dejarlo muy bien claro. Estas elecciones son un “simple trámite” -ha revelado Obiang Nguema ante los micrófonos de una televisión extranjera francófona, ahíta -se supone- de soportes económicos de corrupción.

Ninguna, como estas elecciones presidenciales del 29 de Noviembre ha recibió tanta contestación, protesta, rechifla, burla, broma, mofa y befa. Ninguna como estas se producen solo con la intención de salvar a Obiang Nguema Mbasogo de la detención juicio y condena.

El mejor signo de patriotismo salvador de nuestro país es no condenarnos a otros SIETE ETERNOS Y TRISTES AÑOS DE TERROR, en manos de Obiang Nguema Mbasogo.

Le quedan algunos días al pueblo guineano para prepararse a una ABSTENCION TOTAL. Pero sobre todo le queda tiempo, (¡¡¡¡PARA RETIARSE!!!!), a los partidos que van a bailarle el ÑANGÜE (Balele africano, entorno/ y animando a un mamarracho vestido de harapos y engalanado de trozos de cristal y espejos).

Retirarse a tiempo, es un sencillo gesto de patriotismo.