miércoles, 24 de junio de 2009

Asomado a mis apuntes periodísticos, sin acritud



Tercera entrega.


La POC : Los puntos sobre las íes.


Severo Moto Nsa. Periodista



Y llegué a Guinea Ecuatorial en la tarde de aquel domingo, día 20 de Enero de 1.996. En la mañana del lunes, día 21 de Enero, asistí a la reunión convocada por el Coordinador General de la P.O.C., Don Plácido Micó. Era la primera reunión para decidir o elegir al candidato de la P.O.C. para las eminentes y precipitadas elecciones presidenciales. Los siete partidos de la P.O.C.: C.p.D.S., de Plácido Micó: UP, de Andrés Moisés Mba; P.P., de Severo Moto; A.P.G.E., de Miguel Eson; ADP, de Antonio Ebang; CSD, de Buenaventura Moswui; C.S.D.P., de Secundino Oyono.

El Coordinador general abrió la sesión invitando a los reunidos a pronunciarse si el candidato de la P.O.C. que fuera elegido, debía cumplir con las leyes de Obiang Nguema relacionadas al candidato presidencial.

Cinco grupos de los siete presentes (entre ellos el Partido del Progreso) votaron en contra de esa condición. Dos partidos (entre ellos, el CpDS) votaron a favor de que el candidato de la P.O.C. cumpliera los requisitos legales de Obiang Nguema. La reunión de ese lunes se limitó –extrañamente- a esta consulta; quedaba una segunda, el martes, 22, para que cada partido presentara a su candidato. Antes de esta nueva cita, dos acontecimientos de muy relevante y reveladora importancia sucedieron.

¡¡¡NI OBIANG NGUEMA, CON TODOS SUS FRAUDES Y CORRUPTELAS…!!!

Un alto miembro de la Directiva del CpDS., a punto de ser expulsado de dicho partido, el que fue Fiscal General del Estado guineano, José Oló Obono, me alertó la tarde del lunes:

- A los que te ponen dificultades por las leyes de Obiang, diles que lean la Ley Electoral; y tú mismo; y veréis que estas dificultades que te quieren poner no existen.

Efectivamente. La Ley que regulaba las elecciones presidenciales de 1,996 habían vaciado todos los frenos que podían impedir mi participación en las elecciones presidenciales. Obiang Nguema, de pronto, se volvía mucho más permisivo y abierto que algunos “compañeros” de la P.O.C.

El segundo acontecimiento, (nunca lo hubiera creído, si no me lo certifican algunos de sus propios protagonistas). Estos aseguran que en la noche del lunes, después de la primera votación sobre el cumplimiento de las leyes, el Coordinador General, Don Plácido Mico, convocó en su domicilio a los cinco partidos que en aquella primera reunión votaron contra el cumplimiento de las leyes de Obiang (menos al Partido del Progreso); y, ¡mediante un importante pago de dinero!, les pidió u obligó a que cambiaran el sentido de su voto. Que apoyaran el cumplimiento de las leyes de Obiang Nguema…

Por eso, al día siguiente, mientras todos esperábamos que la reunión solo sirviera para que cada partido presentara a su candidato; de forma sorprendente, el Coordinador decidió volver a someter a votación (casi “manu militari”) la misma consulta del día anterior. Esta vez el resultado fue totalmente al revés; prevaleció el Sí, al respeto de las leyes de Obiang. (Leyes que, en realidad no existían.)

- ¡Ahora sí que la votación ha sido democrática! –gritó solemnemente el Coordinador General.

¡¡¡ Creo que ni Obiang Nguema, con toda su corte tiránica, hubiera llegado a tanto!!! ¿No fue eso, suficiente motivo para que los perdedores de esa segunda votación fraudulenta, nos retiráramos del juego?

Sin embargo todos los reunidos aceptaron que, a pesar de todo, cada partido presentara su candidatura para ser votada. Los despropósitos no pararon. Tal fue el solemne enfado y rechazo que, del Coordinador, recibió el candidato del Partido ADP, al levantar su mano para anunciar su candidatura.

- ¡¡¡Vamos en serio!!! ¡¡¡No estamos para bromas!!! –le bramó el Coordinador-

El otro bajó la mano.

ESPAÑA, METIDA EN MEDIO

Y llegó el desenlace.

El Partido del Progreso, como todos los demás que lo quisieron, presentó su candidatura. Solo tenía una, la mía. Quedaba por conocer la candidatura del UP y de CpDS. Al ser invitado a presentar su candidatura, el representante del UP, Carmelo Osa Mokong, sacó de su carpeta una carta que (decía), le había allegado de ESPAÑA, y en la que se informaba de que “el Gobierno socialista español está preparando, en -¡España!- al candidato de la P.O.C., para las presidenciales de Guinea Ecuatorial…”

- ¿Quién es este candidato y de qué partido es? –preguntó el representante de U.P.

El silencio y el pánico cundieron en la sala. Las miradas, todas, se volvieron hacia el Coordinador, a la espera ansiosa de que él deshiciera el entuerto. El Coordinador, en vez de exigir a todos una respuesta a la pregunta de Osa Mokong, exigió la lectura completa de la carta recibida. A lo que Osa Mokong respondió releyendo únicamente el párrafo que antes había leído.

Tuve, recuerdo, la desdicha de preguntarle, bajo mano, al Coordinador, por el nombre del candidato de su partido, el CpDS. Recibí, por toda respuesta, un rapapolvo monumental. Entre mi pregunta y la del representante de U.P., y el enfado (sin respuesta) del Coordinador General de la P.O.C., toda la sala se convirtió en un auténtico guirigay. Todos querían conocer al candidato que “…el Gobierno socialista español estaba preparando en España”. Ante la falta de respuesta a esta duda, la P.O.C., recibió el definitivo hachazo de muerte. La desconfianza se volcó como una espesa capa de alquitrán sobre la P.O.C. Enseguida vino a mi mente la orden del Coordinador General de que debían estar en Guinea Ecuatorial, todos los que quisieran ser elegidos por la P.O.C., como candidatos a las presidenciales. Confieso que no relacioné el encuentro en la Plaza de Colón, de Madrid, con Don Amancio Nzé…y lo que sucedía en la P.O.C.

Unos días más tarde, claro que se supo quien estaba siendo preparado en España por el Gobierno socialista español, (a espaldas de todos los demás guineanos) para ser candidato de la P.O.C.: Don Amancio Nzé, de Convergencia para la Democracia Social (CpDS), el partido político del señor Coordinador General de la P.O.C.

A GUISA DE BREVE ANÁLISIS

Llegado a este punto, parece normal hacer una serie de consideraciones:

Desde la fundación del Partido del Progreso, formación política que puso en marcha la primera plataforma de acción conjunta de partidos de oposición en Zaragoza, siguiendo por el Pacto de Madrid, hasta llegar a la P.O.C., un hiriente viento frío viene sacudiendo mis espaldas y mi testuz con una acusación. Primero fue la de ser “demasiado protagonista”. Luego llegó la de “individualista”. Siguió la acusación de “pretender siempre ser presidente”, finalmente se me acusa de haber hecho desaparecer la P.O.C.

La acusación sobre la P.O.C., queda y debía haber quedado ya vacía de contenido por las veces que hemos explicado en público y en privado, lo que acabamos de narrar en estas entregas. Y sobre todo por la falta de nueva o distinta versión, de parte de otros protagonistas de la P.O.C. Fue loable la publicación precisamente de las “Actas “ de la POC, por MBO BA, donde como mucho, se nos puede achacar de ingenuos o lo que hemos dado en llamar excesiva “generosidad política” que en más de una ocasión nos ha llevado a caer en aquello de “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. O esta otra frase: “Dale el palo al enemigo y con él te zurrará” En política, nos hemos pasado en la “generosidad política” poniendo en acción el refrán: “Haz el bien y no mires a quién”. No hay nada sin fecha de caducidad…

Sé que entre los múltiples escritores jóvenes que florecen en la actual sociedad guineana (me refiero especialmente a los que se mueven en los aires de la rivalidad política contra el Partido del Progreso o contra Severo Moto, en concreto, los habrá que sabrán leer, además de escribir en Internet. La narración de los hechos aquí plasmados, complementados con la lectura de las “Actas de la POC (MBO BA) ofrecerá suficientes argumentos y datos para un análisis no solo sereno sino también crítico, objetivo y en equidad. Habrá que esperar, quizás, a que haya otras versiones escritas sobre lo que pasó con la P.O.C., para que puedan contrastar los datos y opiniones. Sé que a las nuevas generaciones de jóvenes (que en vez de irrumpir con su sabiduría y buen hacer en el escenario guineano que tanto los espera, prefieren desplazar, primero a los viejos y matar o prescindir de ellos); les debe de doler el que nuestro país esté hambriento de siquiera un solo diario escrito( ¡), y únicamente tengamos que leer en nuestro país ese triste, débil y desorientador periódico llamado “RUMOR”, donde la falsedad, la mentira bien organizada y persistentemente propagada, y la ceguera mental instituida y asumida, nos marcan y pueden someter a un embotamiento tan grave que podría conducirnos hasta a odiar la VERDAD.

Después de leer estas entregas (y repito que espero una contestación o mejor, una versión escrita diferente) esperamos que la duda sobre quién acabó con la P.O.C., entrará en vías de ser despejada.

La acusación sobre la “pretensión de ser siempre el presidente”, es obvio que tal acusación exhibida frente a un militante del Partido del Progreso, lo único que le puede llenar es de orgullo. La crítica de que yo quiero ser presidente de Guinea Ecuatorial pierde todo sentido desde el momento en que hace 26 años nos metimos en la lid política contra el régimen tiránico en el que, desgraciadamente, han crecido y están enquistadas tantas generaciones de jóvenes guineanos. El solo hecho de haber fundado un partido político y disponer dicho partido de tan amplio y numeroso soporte humano es más que argumento suficiente para que ese partido pretenda llegar al poder con su Presidente al frente. ¿Se extrañan? Yo, no. Ni el Partido del Progreso.

Siendo esto así, si como Partido del Progreso y como Presidente del mismo tenemos plena legitimidad para aspirar a dirigir o presidir Guinea Ecuatorial, el mismo respeto que le tenemos a cualquier otro rival político, incluido Obiang Nguema Mbasogo, lo exigimos para nosotros. Eso sí, en unas elecciones libres, transparentes y justas.

A pesar de esa legitimidad, en la próxima entrega hablaré y narraré, con pruebas, sobre la falsedad de la acusación de “querer ser siempre el presidente”; acusación tan débil, y tan cargada de ese picante africano, o español, llamado “pelusa”. Acusación que, en ocasiones la he oído acompañada de este otro ruego: “Por qué no dejas que los demás también sean…”. Verán cómo en la próxima entrega quedará vacía de contenido, dicha acusación.