viernes, 29 de agosto de 2008

Severo Moto y el largo camino del exilio



El encarcelamiento de Severo Moto en una prisión española ha disparado los apoyos que recibe este veterano luchador por las libertades públicas y la democracia en Guinea Ecuatorial.

Son muchos los detractores que se asoman al paso del Partido del Progreso, primera formación política abiertamente disidente que internacionaliza el desprecio por la dictadura de Obiang Nguema, y le someten a críticas feroces intentando equipararlo al tirano criminal que se hizo con el poder en la ex colonia española.

Severo Moto ofrece una alternativa sólida para la transición a la democracia. Tiene seguidores, quizá el único que los puede convocar con la certeza que lo arroparan y un discurso democrático sin complejos capaz de medirse con cualquier otra opción, en el caso de que realmente exista.


Severo Moto es un demócrata de principios y acepta la alternancia en el poder y la limitación de mandatos pero por encima de todo quiere escuchar la voz del pueblo soberano y apela a unas elecciones libres, secretas y de sufragio universal.

Severo Moto representa la cultura sobre la brutalidad asilvestrada, sicótica y animal de los actuales detentadores del poder en Guinea Ecuatorial. De profundas convicciones cristianas, Moto, recibe el desdén de los izquierdistas (expendedores de los carnés de demócratas) que, como en todos los sitios, al no ser "hijo del marxismo" le consideran un “facha” más, o sea, un dictador en potencia… “cree el ladrón que todos son de su condición”, que diría el refranero español.

La formación política fundada por Severo Moto, el Partido del Progreso, bebe de las fuentes democristianas y cuenta con bastantes dirigentes del ala liberal. Cree en la economía de mercado pero tiene una especial sensibilidad por los asuntos sociales y considera esta área de máxima importancia, hasta el punto de tener un ministerio de Asuntos Sociales en su reducido gabinete gubernamental, dirigido por una mujer, Victoria Udjilo.

Muchos “auto denominados” opositores, o disidentes de salón, desdeñan a Severo Moto pues les borra, literalmente, de la carrera política. Moto tiene militancia y ellos no se soportan ni en sus reducidos cenáculos. Moto cuenta con páginas Web y apoyos técnicos de última generación y estos están anclados en el “mayo del 68” francés. Moto cuenta con planes de contingencia, perfectamente detallados y cuantificados, y los otros viven en medio de una letanía de viejas y superadas teorías políticas. En definitiva, Severo Moto es el rostro, único, de la disidencia y su sombra no solo los empequeñece sino que los hace desaparecer. Moto no tiene ningún inconveniente en que se presente quien quiera a unas elecciones pero estos no quieren que Moto haga política. Que barbaridad.

“La historia hará justicia con este hombre”, dice el ministro portavoz, Manuel Bang, al referirse al Presidente Moto.

No es para menos. Severo Moto ha sido y es un incansable luchador por la libertad y la democracia de Guinea Ecuatorial y ha sufrido persecución, malos tratos, amenazas de muerte y prisión por enfrentarse a las distintas dictaduras que han asolado el país. Un currículo que no puede mostrar ningún otro opositor.

Si hacemos una breve retrospectiva lo situaremos en la primera dictadura con Macias en la que le encargan la responsabilidad de “Infotur”, una especie de departamento de Información y Turismo que empieza con éxito, le siguen las envidias y acaba apaleado en una cárcel del régimen despótico. Le sacan de ahí tres años más tarde en 1979 el mismísimo Obiang que tras el Golpe de Estado pretende emprender el camino de la democracia y todos le creen.


Severo Moto es llamado para convertirse en la figura mediática del nuevo gobierno y lo nombran Secretario de Estado de Información y es el encargado de presentar la nueva cara de Guinea Ecuatorial a la comunidad internacional hasta que descubre que no hay solución con Teodoro Obiang, sobrino del anterior sátrapa.

Severo Moto no está de acuerdo y decide presentar su dimisión…posiblemente sea la primera dimisión que se produce en el continente africano por no estar de acuerdo con las prácticas despóticas de su jefe.

En 1981 se despide y comienza a trabajar para la Agencia Española de Noticias EFE y para Televisión Española bajo la dirección de Luis María Ansón que será el que le ayude a salir clandestinamente de Guinea Ecuatorial cuando las cosas se ponen feas de verdad.

Severo Moto se ha fijado un proyecto en su cabeza y es por el que había dado, en su día, su apoyo a Teodoro Obiang; llevar a Guinea Ecuatorial a convertirse en la “Estrella de África” y para eso se tiene que democratizar.

En el año 1983 presenta su partido “El Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial” en el Club Internacional de la Prensa en Madrid (España) y en 1985 ingresa como miembro de pleno derecho en la Internacional Demócrata de Centro (IDC) lo que le obliga a radicar su nueva formación política en el interior del país y es lo que hace en 1988 que viaja a Malabo y se hace acompañar por el mismísimo Secretario General de la IDC , el belga André Lui, y reclama, ante el estupor de muchos y la cólera de Obiang, tres decretos:

La apertura democrática.
La legalización de su partido.
La puesta en libertad de los presos políticos.

En 1992 vuelve a Guinea Ecuatorial con los mismos objetivos y es acosado hasta el extremo.

Severo Moto sufre todo tipo de extorsiones, persiguen a su gente y asaltan las sedes de su partido político, el Partido del Progreso.

Son tres años insoportables que aguanta y resiste hasta que es arrestado de una manera brutal y encarcelado en la siniestra penitenciaria de “Black Beach” (Playa Negra). Empieza la farsa de acusarle de ser el cabecilla de una intentona golpista, un argumento recurrente que siempre usará, a partir de entonces, el dictador contra él.



Las paradojas de la vida, el golpista Obiang acusa de Golpe de Estado al demócrata Moto.




La Comunidad Internacional considera inaceptable este arresto y este atentado contra la libertad de expresión política y democrática y la ONU, los Estados Unidos y el presidente del gobierno español, Felipe González que venía apoyado por la oposición liderada por José María Aznar, consiguen liberar a Moto y traerlo de vuelta a España.

Severo Moto ya no puede parar y meses más tarde, en 1996, se embarca en un intento frustrado de plantarle cara a la dictadura y termina en la cárcel pero ahora en Angola. En esta ocasión el presidente del gobierno de España es José María Aznar que con la ayuda de Estados Unidos logra que vuele en el avión Presidencial del Gobierno de Angola, que lo repatría hasta las Islas Canarias.

Severo Moto no deja de ser una obsesión del tirano Obiang que hace lo posible y lo imposible para acabar con su vida y no contento con conseguir que toda la clase política y empresarial le den la espalda a los exiliados intenta matarlo con la ayuda, dicen, de los Servicios Secretos de algunos países aliados y lo secuestran en Croacia pero, milagrosamente, salva la vida y vuelve a España.

Ni que decir tiene que el gobierno socialista español no lo quiere ni en pintura y ha conseguido que el Partido Popular (liberales y conservadores) no quieran importunar a los socialistas y le den la espalda de manera cobarde y servil a Severo Moto.

Severo Moto nunca ha tirado la toalla y cuando el Gobierno socialista le retiró la condición de refugiado político este recurrió a la justicia española que, tres años después, obligó al gobierno a rehabilitarle.

Los socialistas están en deuda con Obiang y han vuelto a la carga y ahí tenemos a Moto, de nuevo penando por luchar contra una dictadura aberrante pero ahora, tristemente y de manera inexplicable, en una cárcel española.

Cuatro meses y cuatro días a durado su inexplicable detención.

Severo Moto está más cerca que nunca de la Presidencia de Guinea Ecuatorial. Su gabinete particular recibe cientos de cartas de exiliados y de nacionales que piden que no se rinda. Son muchas las llamadas y los mensajes que animan a Moto y a su equipo a seguir en la lucha y cada vez son más las voces y cada día que pasa es uno menos en este injusto exilio.