miércoles, 20 de agosto de 2008

La vergüenza de ser de Guinea Ecuatorial con un dictador como Obiang




Hay veces que uno se muere de vergüenza ajena y la rabia, el estupor y la indignación se apoderan de todo nuestro ser.



La dictadura de Guinea Ecuatorial es mucho más que bestialidad y enajenación moral en estado puro. El expolio y la tropelía que están cometiendo los bandidos del tirano Obiang Nguema no tienen parangón.



Guinea Ecuatorial sufre la tragedia del desprecio internacional ante la brutalidad de sus energúmenos dirigentes. El pueblo malvive en la ignominia, la desesperanza y el conformismo. Han embrutecido tanto a la juventud y a las recientes generaciones que hace falta un cambio urgente para salvar a todo un pueblo de su segura destrucción.



La tiranía y sus cómplices saben que la incultura y la ignorancia son sus mejores aliados. Mantener al pueblo como el que mantiene una piara de cerdos les garantiza el poder omnímodo que detentan. De seguir Obiang Nguema en el poder, los naturales de Guinea Ecuatorial tendrán graves problemas para entenderse con el resto del mundo- Obiang está consiguiendo que se les olvide hasta la capacidad de utilizar el lenguaje.



La dictadura es tan animal y salvaje que ha llevado a la sociedad a la que somete a tal grado de asilvestramiento que hasta en los periódicos hispanoamericanos los tienen catalogados en los escalones más básicos e inferiores de su escala de valores.



Lean este extracto de una crónica periodística desde Pekín, con motivo de las olimpiadas:

“Pese a los genuinos intentos amistosos de toda la caravana, los ex soviéticos lucen sorpresivamente como los más agradables, los cubanos no saben qué decir cuando se habla de la apertura en su país, los sudamericanos se refugian en su pequeño grupo y los guineanos apenas se dan a entender con un primitivo español.
Los enviados de Guinea Ecuatorial no cuentan historias, pero ni falta hace. Su pasaporte parece decir todo por sí mismo, pues no es más que un cuadernillo similar al de la letanía de las posadas, con una foto tamaño pasaporte pegada en el centro y muchos de los datos escritos a mano.
Los de Jamaica ganan medallas de oro como si fueran una potencia mundial y los mexicanos simplemente se limitan a ser "buena onda" porque su pasaporte está muy bonito, pero ni por equivocación su país logra otra presea”.

Hay que expulsar a la dictadura de Guinea Ecuatorial. Hasta los “grandes simios” tienen más derechos que el pueblo sometido por la banda criminal del sátrapa Obiang.
Según la UNICEF, si los niños de Guinea Ecuatorial se lavaran las manos todos los días se salvarían vidas humanas… los niños, en nuestro país, mueren comidos por la suciedad y la miseria.



A la tiranía les importa un bledo el que los jóvenes guineanos hagan el ridículo en Pekín o que mueren niños por falta de higiene. No existe ninguna voluntad en arreglar esta situación. La dictadura no quiere, para nada, el que la gente sea instruida o que haya agua corriente en las casas… Obiang solo quiere ineptos a su lado que generen mucha más ineptitud y que tengan que mendigar para comer.



Severo Moto, mantuvo anoche una reunión con miembros de su equipo de gobierno y quiere transmitirles la esperanza de que hay una manera de vivir mucho más digna y justa. El Presidente está intentando llevar el mensaje de optimismo al pueblo de Guinea Ecuatorial. Nadie se va a quedar sin trabajo más bien al contrario, se puede lograr un nivel de ocupación laboral como nunca se ha conocido.



Los miembros del Gobierno en el exilio insisten en que nadie quedará relegado y que ante la falta de educación y preparación se pondrán en marcha programas especiales de reciclaje y formación profesional que dignificaran a nuestros profesionales y no sentiremos la tristeza de ser un pueblo embrutecido y objeto de burlas por parte de los demás.



Está en nuestras manos sacudirnos el yugo de la tiranía obscena de Teodoro Obiang Nguema.