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lunes, 17 de marzo de 2008
ASODEGUE afirma que Mann busca una "salida negociada" contando a la prensa lo que conviene a Obiang MADRID, 17 (ATB NOTICIAS)
La Asociación para la Solidaridad Democrática con Guinea Ecuatorial (ASODEGUE) aseguró hoy que el objetivo de las recientes declaraciones del presunto "cerebro" de la intentona golpista de marzo de 2004 en Guinea Ecuatorial, Simon Mann, en las que implica al Gobierno español y al dirigente opositor Severo Moto en la conspiración, es buscar una "salida negociada" a su situación en el penal de Black Beach (Malabo) contando las cosas que convienen al presidente Teodoro Obiang Nguema para avalar sus tesis sobre el golpe de Estado.
Mann "continúa contando cosas (mezcla de suposiciones, informaciones recibidas, alguna verdad y alguna mentira) que, cree, dan cumplimiento a las exigencias del dictador ecuatoguineanos de que revele los nombres de las personas que participaron y financiaron en intento de golpe de marzo de 2004", afirmó la organización, con sede en Madrid, en un comunicado.
El Gobierno ecuatoguineano facilita estas entrevistas "porque cree que avalan sus tesis sobre ese golpe y mejoran su imagen en el exterior", prosiguió ASODEGUE, que destacó que la intentona de 2004, llevada a cabo por mercenarios, "permitió al régimen de Obiang aparecer como 'víctima' de una agresión exterior, un papel nuevo para un régimen conocido fundamentalmente por su carácter dictatorial y sus permanentes violaciones a los Derechos Humanos".
En una entrevista exclusiva al diario británico 'Daily Mail', publicada ayer, Simon Mann aseguró que el supuesto financiador de la intentona, el empresario petrolero libanés Ely Calil, le había garantizado el apoyo total del Gobierno español al intento de derrocamiento del presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo.
Asimismo, explicó que Calil y Severo Moto --actual presidente del autoconstituido Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio-- le convencieron "del inminente colapso del régimen" y de que "habría un golpe de Estado por parte del Ejército en cualquier momento", tras lo cual aceptó la oferta que ambos le hicieron de trasladarse a Malabo para dirigir la futura guardia presidencial de Moto en cuanto éste asumiera la jefatura del Estado. En este sentido, precisó que esperaba que Moto y sus seguidores efectuarían desde dentro el golpe de Estado y que todo estaría hecho en el momento en que desembarcara en la capital guineana junto al resto de mercenarios.
Simon Mann aseguró también que Calil le garantizó que el Gobierno español había aprobado minuciosamente el plan, "hasta el extremo de que habían prometido a Calil que tras el golpe de Estado se enviaría a Malabo una unidad de la Guardia Civil", y que se le había garantizado el inmediato reconocimiento del Gobierno español al Ejecutivo surgido del golpe de Estado, "en su calidad de antigua potencia colonial y con buenas relaciones con Estados Unidos".
No obstante, Mann admitió en la entrevista que no hay pruebas independientes que demuestren la implicación de España en este intento de golpe de Estado, que ha sido reiteradamente negada por el Ejecutivo de Madrid.
REPATRIACIÓN
Por otra parte, el diario 'The Times' informó ayer de que fuentes gubernamentales ecuatoguineanas han asegurado que Simon Mann podría cumplir su pena en una prisión británica en lugar de en el penal de Black Beach y que el presidente Obiang Nguema planteó la posibilidad de repatriarlo ante un grupo de diplomáticos durante un reciente encuentro en Malabo.
El mandatario africano habría dado a entender que desea mejorar las relaciones diplomáticas con Reino Unido e incluso planteó la posibilidad de que su ministro de Asuntos Exteriores, Pastor Michá Ondó, visite próximamente Londres para analizar el caso.
Mann --un antiguo miembro de las fuerzas especiales acusado de financiar empresas de seguridad implicadas en actividades mercenarias en África a lo largo de los años noventa-- fue detenido en marzo de 2004 en Harare después de aterrizar en un avión con decenas de supuestos mercenarios y equipamiento militar a bordo. Los detenidos fueron acusados de implicación en el golpe de Estado contra Obiang.
Simon Mann obtuvo la libertad en mayo de 2007 tras cumplir la pena a que había sido condenado en Zimbabue por supuesto tráfico ilegal de armas a Guinea Ecuatorial, pero fue detenido poco después por las autoridades de inmigración y fue entregado el 30 de enero a Guinea Ecuatorial, pese a las advertencias de sus abogados de que corría el riesgo de ser torturado en este país. El Gobierno de Obiang Nguema le acusa de ser el "cerebro" de la intentona. Actualmente se encuentra encarcelado en el penal malabeño de Black Beach, a la espera de juicio.