Desde el interior de Guinea Ecuatorial con enorme indignación
Cada vez que reflexionamos sobre el acontecer diario de nuestro país, nos enfrentamos a realidades tristes y vergonzosas, aun sin ser sus protagonistas directos. Nos sentimos avergonzados porque estas situaciones son profundamente escandalosas.
Es impactante ver cómo las autoridades, desde el Jefe del Estado hasta los funcionarios menores, persiguen, torturan, condenan sin juicio o mediante procesos amañados, e incluso llegan a asesinar a los ciudadanos por pensar de manera diferente o por no alinearse con sus intereses. Todo esto forma parte de una inhumana estrategia para subyugar al pueblo y saquear las riquezas de la nación. Resulta igualmente escandaloso que aquellos responsables, por ignorancia, negligencia o malicia, de preparar un polvorín en la ciudad de Bata —causando la muerte de cientos de ciudadanos, miles de heridos y enormes pérdidas económicas— sigan en el poder. Es también indignante que las ayudas internacionales que llegaron tras la tragedia quedaran en manos de la familia Obiang y sus allegados.
Todos hemos visto cómo, tras el accidente de uno de los vehículos de la escolta presidencial el 12 de octubre, los demás coches, incluidos los que transportaban a los miembros de la familia Obiang, pasaron de largo sin preocuparse por las víctimas, incluso sin atender a los heridos. Este es solo otro ejemplo del desprecio hacia la vida de sus propios ciudadanos.
La familia Obiang ha monopolizado el mercado guineano: poseen centros educativos, supermercados, haciendas y estaciones de servicio, financiando todo con dinero del Estado para obtener beneficios personales y familiares. La corrupción y el abuso de poder son rampantes y escandalosos.
La perversión es otra constante. Se han escuchado relatos y testimonios de conductas inmorales y abusos que involucran a los Obiang, incluso desde su círculo más cercano. El relato de una joven afirmando ser hija de Obiang, en el que detalla abusos y escándalos sexuales, incluido el canibalismo, es estremecedor.
Después de 45 años de adoctrinamiento por parte del régimen, la prioridad de muchos de sus seguidores es abusar de mujeres y saquear los recursos del Estado, arruinando cualquier esperanza de un futuro mejor para el pueblo. Se han difundido vídeos e imágenes que muestran cómo algunos de los hijos de las autoridades, también funcionarios, abusan de mujeres, incluyendo las esposas de sus colegas, a cambio de enormes sumas de dinero.
Es alarmante y profundamente ofensivo que los Obiang utilicen su poder para satisfacer sus deseos a expensas del pueblo, humillando y destruyendo familias al propagar enfermedades y maltratar a la población. Estos comportamientos se registran para chantajear a las víctimas o para presumir de sus actos depravados.
Ante esta situación deplorable, el Partido del Progreso, liderado por Armengol Engonga, hace un llamamiento a la oposición y al pueblo para redoblar los esfuerzos y expulsar del poder a los Obiang y sus aliados. Es necesario recuperar los valores y principios que nos devuelvan la dignidad y el respeto por los derechos humanos. Todos los guineanos tienen derecho a vivir en paz, a cuidar de sus familias y a construir un futuro libre de corrupción y abuso. Es momento de actuar unidos para poner fin al imperio de la sinrazón y restaurar la justicia y la moralidad en Guinea Ecuatorial.
