lunes, 29 de julio de 2024

El Llamado a la Dignidad: La Verdadera Lealtad de las Fuerzas Armadas Guineanas

Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial



¿De verdad creéis que es patriota torturar a vuestros conciudadanos solo por discrepar del gobierno? ¿No os da vergüenza pensar que el gobierno prefiere poner la seguridad de Guinea en manos de soldados mercenarios como ugandeses, rusos, israelíes o marroquíes en lugar de confiar en vosotros? ¿Con qué cara miráis a vuestros hijos cuando les habláis del honor de las Fuerzas Armadas guineanas?



¿Os parece honesto arrestar a ancianos annoboneses por tratar de evitar que una empresa del Rey de Marruecos destroce la isla que les dejaron sus antepasados? Esa isla es de todos los guineanos, tuya y mía también. Como miembro de las Fuerzas Armadas, has jurado defenderla, no aterrorizar a la gente humilde que vive de lo que les da el mar y el bosque.



No solo no hay educación, medios de transporte, turismo a pesar de la belleza de la isla, ni una medicina de calidad, sino que además, os mandan a vosotros para actuar como matones de un pueblo sencillo y humilde, maltratándolo en todos los niveles. Los soldados se comportan de manera brutal porque os ven a vosotros, en lugar de trabajar por el pueblo, sirviendo como criados del Rey de Marruecos, quien solo quiere explotar la isla, con vosotros como sus matones.



No se puede llamar guineana a una Fuerza Armada que arremete contra su propio pueblo; que permite la tortura de sus miembros; que comete delitos graves contra la República; que desobedece su juramento, el mandato de la Ley y la Constitución; que, en busca de prebendas o reconocimiento, se politiza y se entromete en asuntos que le son vedados; que permite la injerencia de ejércitos foráneos y mercenarios en nuestros asuntos patrios. En fin, un grupo de hombres que se definen como soldados guineanos pero que creen estar por encima del pueblo.



Todos sabemos que la transición de la dictadura de Obiang Nguema a una democracia será un proceso delicado y complicado, especialmente aquí, con vosotros, donde la inmensa mayoría de los funcionarios, policías y militares han estado involucrados en el régimen. A continuación, recogiendo de otros artículos, os presento algunas estrategias que hemos analizado en nuestras reuniones de técnicos del partido y que pensamos pueden ayudar a integrar a estos grupos en el proceso de transición a la democracia. Nuestro país, la República, la hacemos todos, y en el Partido del Progreso estamos intentando que todo miembro de la administración de la dictadura, de buena voluntad, también pueda sumarse al cambio que vamos a vivir. No os vamos a dejar solos. Vamos trabajar juntos en la construcción de una sociedad moderna, profesional y de fuerte vocación de servicio y entrega por parte de los trabajadores públicos. Esperamos mucho de vosotros, pero tenéis que dar un paso adelante. Si vosotros no estáis abiertos a la colaboración, no esperéis que os acojamos con simpatía en un futuro próximo.



Veamos algunas de las estrategias en las que nuestros militantes están trabajando y que pueden mejorar sensiblemente vuestras carreras profesionales y vuestras vidas:



Reformas institucionales: Es crucial, es más, es vital, llevar a cabo reformas institucionales para asegurar que las instituciones gubernamentales, policiales y militares sean responsables y estén al servicio del pueblo, en lugar de seguir sirviendo a una pandilla de corruptos que están robando hasta el futuro de nuestros niños. Esto debe incluir cambios en las leyes, la constitución y los procedimientos de gobierno, entre otras cuestiones urgentes.



Proceso de reconciliación: En el Partido del Progreso no creemos en la venganza por sistema. Se necesita un proceso de reconciliación nacional que permita a todas las partes afectadas por la dictadura discutir y abordar los abusos del pasado de manera abierta y constructiva. Esto puede incluir la creación de comisiones de la verdad y la reconciliación para investigar los abusos pasados y promover la curación y la reconciliación. La violencia no se cura con más violencia. Hemos tenido muchos debates al respecto y no son un buen ejemplo los países que han ahogado en sangre sus ganas de conquistar la libertad.



Reentrenamiento y reeducación: Es importante proporcionar capacitación y educación continua a los funcionarios, policías y militares para ayudarles a adaptarse a las nuevas normas y valores democráticos. Esto debe incluir, entre otros, programas de capacitación en derechos humanos, ética profesional, resolución de conflictos y construcción de la paz.



Despolitización de las fuerzas armadas y la policía: Tenemos que trabajar para despolitizar las fuerzas armadas y la policía, asegurando que estén subordinadas al poder civil y no a intereses personales, familiares, de un clan o etnia. Todos debemos implicarnos en la eliminación de influencias políticas indebidas y en la promoción de una cultura de profesionalidad y neutralidad política.



Incentivos para la cooperación: Vamos a ayudar a todos aquellos que se sumen al proyecto de construir una sociedad moderna y justa. Entre otras iniciativas, manejamos la oferta de incentivos, como programas de reinserción laboral y beneficios sociales, para fomentar la cooperación de los funcionarios, policías y militares en el proceso de transición democrática. Esto, estoy casi seguro, puede ayudar a mitigar la resistencia y los temores sobre el cambio.



Participación ciudadana: Es fundamental involucrar a la sociedad civil y a la ciudadanía en general en el proceso de transición democrática, fomentando la participación activa y el control ciudadano sobre las instituciones gubernamentales y de seguridad. Esto ayudará a fortalecer la confianza y la legitimidad del nuevo gobierno. Si la sociedad no se implica, será casi imposible construir una nueva sociedad.



Justicia y rendición de cuentas: Ni odio ni venganza, pero tampoco olvido. Es importante garantizar que aquellos que hayan cometido abusos durante la dictadura sean llevados ante la justicia y que haya rendición de cuentas por sus acciones. Esto contribuirá a restaurar la confianza en las instituciones democráticas y a prevenir la impunidad.



En estos críticos momentos, la Fuerza Armada Nacional tiene la obligación y la oportunidad de actuar en consonancia con lo que espera el pueblo guineano de vosotros. Hoy, la Fuerza Armada Nacional debe obedecer el mandato del pueblo e impedir que su voluntad sea usurpada por quienes avergüenzan al país.



El dictador Obiang os usa a las fuerzas armadas como objetos desechables. Prueba de ello es que, en estos momentos, el dictador y su familia han escogido a un general de las fuerzas armadas como chivo expiatorio, al que van a señalar como culpable del genocidio en la isla de Annobón. En breve, quieren hacerle el máximo responsable de la crisis en Annobón, cuando todo el mundo sabe perfectamente que ha sido el incompetente Teodorín Nguema Obiang Mangue, vicepresidente de su padre, apoyado en todas sus decisiones por este.



Este es el panorama a corto plazo para las fuerzas armadas de Guinea Ecuatorial. La familia Obiang va a echar las culpas a los militares y a las fuerzas armadas en su conjunto por todos los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura de Teodoro Obiang Nguema y su régimen en 45 años. Seréis los culpables absolutos de todos sus crímenes, tropelías y violaciones de los derechos humanos en nuestro país. Jamás han confiado en vosotros; prueba de ello es que siempre han preferido traer para su seguridad personal a mercenarios de varias nacionalidades: marroquíes, ucranianos, israelíes, sudafricanos, angolanos, ugandeses, bielorrusos, entre otros.