domingo, 3 de marzo de 2019

36º ANIVERSARIO DE LA FUNDACION DEL PARTIDO DEL PROGRESO DE GUINEA ECUATORIAL




Juan M. Aznárez.

Uno no sabe lo largo que es el camino hasta que se para y gira la cabeza para ver lo que ha recorrido.
En este partido no son de mirar hacia atrás. Pero, siempre hay una vez.  Recuerdo el día que el presidente Moto me encontró preso de la melancolía, sintiendo el inexorable paso del tiempo, abochornado por el ingrato vacío al que nos sometían los políticos socialistas y me dijo: “Juanma, hay que seguir. Hace mucho que pasamos el punto sin retorno”.
Así es, hacían muchos años que habíamos pasamos ese punto en el que volver se hace inviable y seguir ofrece un páramo desolado en el que no queda más remedio que sacar fuerzas de donde no quedan y hacer de tripas corazón para seguir avanzando. El único alimento que te sirve de combustible en esos momentos es la esperanza y la capacidad de resistencia.
                                   

36 años son casi toda una vida y aun así no han conseguido borrarles la sonrisa de la cara. El Partido del Progreso ha pasado por todas las etapas posibles y eso, en estos tiempos inciertos, es un patrimonio que pocos, muy pocos pueden exhibir.
El Partido del Progreso ha estado en todas y cada una de las citas históricas en las que se decidía el futuro de Guinea Ecuatorial. Severo Moto y su equipo, han estado en las principales reuniones, con los presidentes de España desde el principio de la tiranía de Obiang, con el único objetivo de llevar la democracia al país.
Han sido muchos años de trabajo, de ilusiones y como no también, de fracasos. Muchas han sido las veces en las que se ha rozado con la yema de los dedos la ansiada liberación del oprimido pueblo y también, hemos visto con infinito dolor cómo se desplomaba todo el entramado que con tanto esfuerzo había costado levantar.
El Partido del Progreso ha tenido que aguantar con impotencia como un tirano déspota y cruel se quejaba e iba de víctima ante la comunidad internacional al tiempo que veíamos como compraba descaradamente silencios clamorosos ahogando, a golpe de talonario, el grito de socorro de todo un país.
Hemos dejado dolor, muchas lágrimas en el camino y algunos hasta la última gota de su sangre por ver renacer una nación libre, moderna y llena de vida.

                                     

Lo bueno del Partido del Progreso es que se ha convertido en un referente único e imprescindible para la transición guineana.
A pesar del dolor, no anida el rencor.
A pesar del tiempo transcurrido, no existe la creencia de que sea tarde.
A pesar del desprecio, no se guarda odio.
Hoy, en esta 36 edición del aniversario de la fundación del Partido del Progreso, se presenta la formación con más fuerza, pero también, con más preparación; con mejores cuadros directivos y con una militancia comprometida que quiere lo mejor para el país.
En el Partido del Progreso existe una reconocida vocación de servicio. Hubo un tiempo en el que la disidencia solo se articulaba en torno a Severo Moto, era exclusiva del Partido del Progreso.  No hace tanto en el que todos miraban para otro lado o acusaban, paradojas de la vida, al disidente de ser el responsable de los intentos de Golpes de Estado y hasta de ser jefe de un grupo terrorista. 
Criminalizaron al maestro para no incomodar al sátrapa. No les sirvió. Los del Partido del Progreso han sido y es la única oposición histórica en medio de los aduladores del nuevo rey Midas del petróleo. ¡¡ No molestéis a Obiang!! Le espetó un eurodiputado español a Severo Moto en el Parlamento Europeo una de las muchas veces que viajó buscando el amparo internacional.

                             

Sin medios, sin dinero, sin socios poderosos todos suponían que el Partido del Progreso se diluiría como un azucarillo en el café, pero como veis, no fue así.
El secreto, como en las novelas épicas, radica en un grupo de guineanos; hombres y mujeres de raza, pero no de esa que algunos definen como indigenista y de poblado sino la de los portadores de verdaderos valores, dignidad, justicia y valentía.

                                 

Estamos en un momento socio político muy delicado donde cualquier cosa puede pasar. Esa incertidumbre, esa zozobra que vive Guinea Ecuatorial puede desembocar, así lo advierten informados analistas, en una quiebra del sistema tiránico que funciona en torno a Obiang Nguema.
Como formación política, el Partido del Progreso, tiene preparadas acciones que amortigüen la ruptura, cuando esta se produzca con el objetivo de garantizar la transición a la democracia en las mejores condiciones posibles.
Esta primera fase, que así expresada parece algo sencillo, es de gran complejidad.
En el Partido del Progreso se han barajado los diferentes supuestos y escenarios que se puedan dar. Se han analizado las repercusiones y buscado soluciones con el único objetivo de que sea la población la verdaderamente beneficiada de este cambio social y político.
Las transformaciones que se producirán cuando se logre neutralizar la tiranía serán tan espectaculares que ya tienen preparado, existe, un proyecto de documentación audiovisual de cómo se encuentra en la actualidad la república guineana, a modo de auditoria, para compararla, un año más tarde y poner en evidencia los cambios estructurales producidos por la democracia, la civilización y el imperio de la Ley.

                                     

Guinea Ecuatorial cuenta con todos los elementos para proporcionar un elevado estándar en calidad de vida a sus ciudadanos. En el Partido del Progreso están comprometidos con la sanidad, la educación y la creación de espacios para que los emprendedores puedan participar de la evolución y avance de la Nación.
Algunos quieren llegar al poder para resolver sus problemas personales o de clan, pero hay otros aún peores que son los que directamente quieren provocar conflictos a los demás en vez de apostar por una vida en paz.
La democracia es el imperio de la Ley, pero sobre todo es el derecho que tiene la ciudadanía a elegir y controlar a sus dirigentes políticos.
El Partido del Progreso sitúa en el centro de toda su actividad política a la persona. Cada individuo es sujeto de derechos y obligaciones.
No estamos hablando de mayorías o minorías; de grupos de presión o familias. El Partido del Progreso aboga por una sociedad en la que cada persona sea protegida y tratada con dignidad sin discriminarla por razones de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

                                   

El Partido del Progreso está preparado para establecer mecanismos que defiendan a los recién nacidos de cualquier situación discriminatoria. El Gobierno debe garantizar la salud de las madres, así como asistir a los nacimientos con todos los recursos necesarios para acoger con garantías a los pequeños.
Los niños son el futuro de Guinea Ecuatorial y por tanto es obligación de los poderes públicos velar por su seguridad y feliz desarrollo.
El Partido del Progreso ha impulsado un proceso de transformación de la sanidad pública para que esta sea de alcance universal y accesible a todos los habitantes del país. Se potenciará la formación de profesionales hasta llegar a cubrir todas las necesidades.
De igual manera se plantean diseñar un modelo educativo que forme a los futuros ciudadanos guineo ecuatorianos. Educación básica, bachiller, formación profesional y universidad serán itinerarios educativos para que nuestros jóvenes alcancen los conocimientos necesarios para que se puedan incorporar a la construcción de la nueva sociedad.  El Partido del Progreso contempla acuerdos con universidades de otros países para la formación de las futuras promociones de jóvenes profesionales hasta que cuenten, en el país, con sus propias estructuras formativas.
Construir una universidad puede llegar a ser un proceso rápido, pero formar profesores y especialistas, lleva su tiempo.
El Partido del Progreso aboga por una sociedad abierta donde el libre mercado no amenace una política social que es imprescindible en toda sociedad moderna que se precie. En los trabajos sociales de esta formación política está el radical compromiso de no abandonar a su suerte a los colectivos y las personas más vulnerables para lo que se destinaran los recursos necesarios.
El Partido del Progreso es una apuesta de éxito para el cambio fundamental que necesita la sociedad de Guinea Ecuatorial. Una transición liderada por los hombres y mujeres de Moto puede suponer un efecto contagio en países limítrofes que también anhelan un profundo cambio en sus estructuras políticas.
El Partido del Progreso cuenta con profesionales de larga trayectoria entre sus directivos lo que le confiere un valor añadido sobre otras formaciones de reciente creación que no cuentan con el formidable equipo que Moto ha logrado mantener a lo largo de estos años durísimos de exilio en España.
El vicepresidente y hombre de confianza de Severo Moto, Armengol Engonga, es el responsable de fiscalizar los rendimientos del petróleo guineano y tiene muy claro que su modelo no es el de los países corruptos que arruinan a los pueblos mientras los líderes se hacen repugnantemente ricos.
Armengol Engonga, apuesta por modelos que están basados en la justa distribución de la riqueza nacional y en su repercusión en la calidad de vida de los ciudadanos. El vicepresidente suele poner un ejemplo y es que el petróleo puede ser una bendición como también una maldición. Como ejemplos tenemos a Noruega como país productor avanzado y a Venezuela o la misma Guinea Ecuatorial como ejemplos miserables de pésima gestión y corrupción.
La apuesta por las personas, las mejoras ambientales y de vida, son una prioridad para el Partido del Progreso.  Moto recuerda que era muy joven cuando tuvo que exiliarse y que con la sabiduría que dan los años, pretende dejar organizada una sociedad capaz de vivir en armonía, paz social y calidad de vida.
El Partido del Progreso ha elaborado una hoja de ruta capaz de transformar el infierno de Obiang en un país referente de la nueva África.


                                   

En este 36 congreso ha quedado claro que el Partido del Progreso está preparado para liderar un cambio que transformará la vida en Guinea Ecuatorial.