lunes, 29 de octubre de 2018

AMARGA ENTREVISTA, DE RTVE, A OBIANG NGUEMA


  • Para el dictador Obiang Nguema, no hay tortura, "prácticamente", si no muere el torturado, durante la tortura.
  • Después de la concentración del 12 de octubre, ante su Embajada en Madrid, ni Obiang Nguema mismo se cree eso de:  “¡¡El pueblo me vota!!”
por Severo Matias-Moto Nsa, Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial.

El periodista de Radio Televisión Española, que tuvo la ocurrencia de solicitar, y la suerte de conseguir una entrevista al dictador de Guinea Ecuatorial, “Don” Teodoro Obiang Nguema, no pudo elegir mejor momento que la víspera de celebrarse el 50º aniversario de la independencia de Guinea Ecuatorial.
Más que centarnos en el análisis de las respuestas que Obiang Nguema daba al periodista español, a quien no dudó en llamar, en algún momento, “un extraño” al recibir el dardo de la pregunta sobre la longevidad en el poder; me parece absolutamente más importante y significativo, el temple, el talante, y el mal humor con que el dictador recibía y respondía a las preguntas.

Y no me voy a referir solamente a ese mal humor, momentáneo, que le producían, al dictador, las preguntas, que como certeros dardos iban a dar en la diana de la realidad; sino a algo más profundo.

EL MUTUO ODIO Y MALQUERENCIA ENTRE OBIANG NGUEMA Y EL PUEBLO GUINEO…

La entrevista que RTVE hizo a Obiang Nguema en la víspera del 50 aniversario de la independencia de Guinea Ecuatorial, no solo dejó un claro reflejo del profundo enfado, rabia y casi arrepentimiento del dictador por haber aceptado la entrevista; es que dejó ver el íntimo e irrefrenable odio que Obiang Nguema destila hacia el pueblo guineo-ecuatoriano, en respuesta (normal) al que ese pueblo eructa contra él.
Largos y, para él, pesados minutos de una entrevista en la que el periodista, conocedor del llanto del pueblo guineano, a lo largo de los cincuenta años de una independencia en la que Obiang Nguema ha estado –con Macías y sin Macías- marcando las pautas de una vida, sin horizontes, transida de torturas y asesinatos; de robos oficiales compulsivos; de tráfico de droga, de órganos humanos y de armas de guerra; habiendo sometido al país a un inhumano genocidio; habiendo hecho de Guinea Ecuatorial un pozo sin fondo de delincuencia nacional e internacional; cada respuesta -ceño fruncido, las cejas en ristre y las arrugas de la cara en pugna- significaba que el periodista había dado en la diana y el dictador encajaba, muy mal el golpe.
Cincuenta años, inmersos en ese clima de terror, nos encontramos con un pueblo, el guineo, que ¡SÍ!, ha podido aguantar. Bien es cierto que miles de ellos, tirados en los cementerios y fosas comunes; centenares de ellos en el abandono y olvido de un exilio sin futuro; decenas de ellos pudriéndose en las cárceles del dictador y el resto de ellos ahogando su dolor y odio en el silencio y la miseria.
  • “¡¡¡EL PUEBLO ME VOTA!!!”–Chirría, desgañitándose, el tirano Obiang Nguema, al periodista de RTVE- 
Ese “voto” envuelto en pólvora de odio y rechazo mutuo entre el votante, acobardado, y el votado, armado de amenazas de armas, de tortura y de relegación social para quien no le vote.
  • “¡¡¡PRACTICAMENTE NO HAY TORTURA”–Brama el dictador Obiang Nguema al periodista de RTVE- 
SIN MUERTE, NO HAY TORTURA, PRACTICAMENTE.- “Prácticamente no hay tortura en Guinea Ecuatorial…”, porque para el dictador, la tortura que no conduce y acaba en la muerte, no es tortura… Para él, no se ha completado la tortura si no ha muerto el torturado. Quizás Obiang Nguema cree que, puesto que aún viven algunos presos políticos torturados en sus cárceles; aún queda gente que secuestrar y rescatar en el exilio, y matar; y todavía queda gente en Guinea Ecuatorial que aún no han sido torturados, o sea, asesinados… Es decir que, para Obiang Nguema, aún no se ha completado el ciclo de tortura-muerte en Guinea Ecuatorial. Aún queda mucha gente que torturar. Por eso PRACTICAMENTE no hay tortura en Guinea Ecuatorial. Cuando asistimos y vemos los múltiples VIDEOS grabados en las cárceles de Obiang Nguema (no se sabe si furtivamente o a apropósito, para exhibir el poder de Obiang Nguema), oír que el dictador asegura que en Guinea Ecuatorial no hay PRACTICAMENTE tortura, y tras ver la entrevista de RTVE, solo quedan tres conclusiones:
1.- El presiente “Yo presumo de ser dictador”, Obiang Nguema Mbasogo, ejerce el poder marcado por un profundo y genético complejo de culpabilidad que le hace MENTIR y faltar o jugar contra la VERDAD como un niño atrapado en la maldad.
2.- Obiang Nguema sabe que el pueblo GUINEAO (no sé si, también, el pueblo EQUATÓ) le odia profundamente, inerme, abandonado y hundido en su impotencia…
3.- Obiang Nguema Mbasogo, conoce y sabe muy bien de ese IMPOTENTE, pero profundo ODIO que le profesa el pueblo guineo. Y él, acorazado y blindado tras sus cárceles, la tortura, la muerte; sus armas, sus fuerzas de seguridad presidencial, personal y social sus comités de seguimiento, la policía; ileso e intocable, por su impunidad como dictador y en su inmunidad como presidente, Obiang Nguema responde al odio del pueblo guineo con su devastador ODIO PRESIDENCIAL. 
El pueblo le odia y siente miedo, terror y animadversión por él. Él lo sabe, y responde al pueblo con toda su batería de muerte.
EL PUEBLO GUINEO Y LA OPOSICION DEMOCRÁTICA EN EL EXILIO.- Ante tanta tragedia, desesperación y soledad, el pueblo guineo recurre, a través de su Oposición Democrática Exiliada, a la comunidad internacional, en súplica de que sea aplicada la conocida como DIPLOMACIA PREVENTIVA; que no es otra cosa que, a la vez que la comunidad internacional dice rechazar y conjurar la violencia del golpe de estado, ponga freno a los matones dictadores, como Obiang Nguema, quienes, habiendo usado del golpe de estado, dominan y responden al odio del país.
La entrevista de RTVE al Presidente Obiang Nguema ha sacado a la luz a ese “GRAN NIÑO” (85 años de edad) díscolo, irresponsable, enfadado con las preguntas, incapaz de negar la verdad de sus 50 años de estar reventando a un pueblo humilde; y, sobre todo, que odia al pueblo que, también, le odia.
¿Es justo y digno, que la comunidad internacional, deje y vea, insensible, cómo un pueblo sucumbe al peso de un poder destructor, sustentado, por cierto, por sus espurios y satánicos apoyos extranjeros?
No es errado, ni excesivo, ni equivocado, el grito inerme del pueblo guineano que suena por todas las calles del mundo: 
¡¡¡OBIANG, VETE YA!!!