martes, 17 de mayo de 2016

! GRACIAS, EMBAJADORA!


Honorable y Respetable Señora Embajadora de los Estados Unidos de América, en Guinea Ecuatorial:

No sé si es protocolario dirigirme a Usted en público, en vez de por carta privada.
Esta es una carta de agradecimiento por la excepcional actuación que tuvo la Embajada de su digna dirección, en los luctuosos acontecimientos protagonizados por las huestes del régimen dictatorial que atenaza a nuestro pueblo; durante la invasión de la sede de una de las formaciones políticas de nuestro país.
El 30 de septiembre de 1992, la sede del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, en el número 23 de la Calle Nigeria de Malabo, se vio asediada por las fuerzas de seguridad, "ninjas" y militares del régimen de Obiang Nguema, en busca de los archivos del Partido del Progreso; y tras machacar a culatazos al medio centenar de  directivos, militantes y personal de servicio encontrados dentro de la sede, los llevaron, exhaustos y sangrando, parte, a la policía, parte a la cárcel de Black Beach; dejando la sede del Partido con las puertas reventadas.
Durante el desarrollo de esta brutal agresión, hicimos varias llamadas a destacadas Embajadas occidentales europeas. Solo la Embajada americana, dirigida por el Muy Honorable John Ernst BENNETT, contestó y destacó observadores al lugar de la tragedia.
Señora Embajadora
Con este relato, simplemente quiero señalarle que en los 48 años de independencia en dictadura, las relaciones entre el poder dictatorial, armado hasta los dientes y protegido por su violencia agresiva, así como por los intereses económicos foráneos; y el pueblo guineano, abandonado a su suerte, inerme e indefenso... estas relaciones están marcadas por acontecimientos como estos; a veces con exhibición pública; otras en el silencio y la clandestinidad.
En el informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, emitido en verano de 1994, se señala con claridad y contundencia que "El pueblo guineano ya no puede, por sí solo, deshacerse de la cruel dictadura que lo aniquila". Parecía, esta declaración, una respuesta certera y sincera a la recomendación que el mismo año, 1994, hacía la Unión Europea, recomendando que: "El pueblo de Guinea Ecuatorial, debe desembarazarse, cuanto antes, de la dictadura que lo atenaza"
En cualquier caso, tanto la Unión Europea como el Departamento de Estado Norteamericano coincidían en lo central: "Guinea Ecuatorial se desangra y languidece, impotente, bajo una férrea y cruel (inhumana) dictadura"
Las dos declaraciones se produjeron como resultado del frustrado intento de normalización democrática que tanto algunos países de la Unión Europea, como los Estados Unidos de América habían querido apoyar, subvencionar y acompañar en Guinea Ecuatorial; y se encontraron, no solo con la férrea negativa del dictador Obiang Nguema y su violento régimen; sino, tristemente, chocaron también con la dura oposición de algún que otro país europeo con el que tuvo que enfrentarse  (¡muy diplomáticamente, claro!) la Embajada americana en Malabo...
Honorable Embajadora:
Permítame terminar renovando mi agradecimiento al Gobierno de los Estados Unidos de América y al gran pueblo americano representado, en esta ocasión, por su honorable figura; porque su presencia y especialmente sus gestos cercanos al dolor de nuestro pueblo, dan clara muestra de que conocen nuestra impotencia, indefensión y abandono; conocen asimismo el alcance del terror de la dictadura protagonizada por Obiang Nguema Mbasogo, su régimen y los apoyos y respaldo, tan dañinos y silenciosos, que reciben del exterior.
Gracias, Embajadora; a su Gobierno y a su pueblo; por su presencia y sus gestos de cercanía a nuestra tragedia; en nombre de los que huimos o sufrimos el terror de la dictadura de Obiang Nguema Mbasogo.

Severo-Matías MOTO NSA