ANÁLISIS
Ha aparecido, hace poco, en este mismo "Confidencial de Guinea Ecuatorial" un artículo, en el que se pretendía dejar claro y convencer a los lectores no guineo-ecuatorianos, que el período en el que se consideraba a los habitantes de "La Guinea Española" como "unos grandes niños" y, consecuentemente, se les negaban iniciativas propias y responsabilidades sobre sus actos, debía haberse agotado al minuto siguiente de la entrega de poderes, por España, (Don Manuel Fraga Iribarne) a Macías Nguema Biyogo Ñegué Ndong. Si, efectivamente, sabían que los guineanos de "La Guinea Española" eran, y seguían siendo "unos grandes niños", el acto de entrega de la "independencia" a Macías Nguema Biyogo fue un acto de espeluznante malicia y desprecio a nuestro pueblo.
Cuarenta y siete años después de la "independencia" en manos de Macías Nguema (por simulacro de elecciones) y de Obiang Nguema, (por golpe de estado) todo parece indicar que la “entrega” de la independencia no fue una equivocación, descuido o un simple "quid pro quo" involuntarios; sino que fue una acción muy premeditada, vengativa y de castigo contra el pueblo de Guinea Ecuatorial.
¿POR QUÉ?-
1.- Muy sencillo. Porque, en ningún momento de los 47 años de la llamada "independencia" de Guinea Ecuatorial, se le ha visto a la antigua potencia colonizadora volcarse de lleno en la corrección de los más sencillos, los cada vez más profundos y naturales errores en los que comenzó a hundirse el pueblo guineano, entregado a las manos de Macías Nguema y Obiang Nguema. Desde el día siguiente a la entrega de la independencia, la dictadura de la que venía la misma (heredada) nunca ha sido cuestionada, con decisión, por la antigua potencia.
2.- Porque las matanzas masivas de los valores humanos, profesionales, culturales, sociales, económicos y de proyección de desarrollo y futuro con los que nuestro pueblo entró en la independencia, esas matanzas programadas y sistemáticas (no han cesado todavía) han sido la mejor baza jugada, tanto por Macías Nguema y Obiang Nguema, como por sus incansables apoyos... Aquellos dos, para evitar problemas de cuestionamiento y deslegitimación de su dictadura. Los apoyos a la dictadura, para demostrar al mundo y a los propios guineanos que no pueden (por ser "grandes niños") dirigir un país. Y a medida que pasan los años, no cesa la persecución y matanzas selectivas y sistemáticas al mundo intelectual guineo, a los valores humanos, intelectuales, culturales, sociales y de prestigio que puedan surgir en el país. Con esas matanzas se justifica la inviabilidad de Guinea Ecuatorial como tal país, en manos de los propios guineanos.
3.- Toda la solución y salida a la debacle y embarrancamiento en la que se halla Guinea Ecuatorial, tiene dos únicas soluciones definitivas e incuestionables:
A) Evitar que se produzca un nuevo "golpe de estado" que no solo eche a "su" Obiang Nguema del poder; sino que dé paso a un proceso de normalización democrática y política en el país.
B) Tampoco se ofrece un apoyo, exigencia o reto serio de unas ELECCIONES LIBRES Y TRANSPARENTES; no vaya a ser que ese pueblo sea capaz de sorprender... dando una lección de normalidad democrática a quienes le tiene condenado a ser "grandes niños irresponsables"
LA ALTERNATIVA:
Como sucediera en los inicios de los años 90, el pueblo de Guinea Ecuatorial necesita, de nuevo saltar a la luz y trasladar, su tragedia a la comunidad internacional. Atrapado, por una parte, en las férreas manos de una dictadura militar con duros remaches de apoyos de lobbies de la antigua potencia; y por otra, envuelto en la soledad e imposibilidad de acudir, en libertad, a unas urnas libres y democráticas para cuyo deseo no recibe tampoco apoyo firme y eficaz ("inteligente") de la antigua potencia, Guinea Ecuatorial debe saltar al encuentro de la Comunidad Internacional. Echarse a la manos de potencias democráticas, en busca de contagio...
La Unión Europea, cuyo Parlamento, fue decisivo para que se abriera en 1992, aquel proceso de normalización democrática, triste y malintencionadamente truncado... sigue teniendo un papel de peso y decisión para ayudar al pueblo guineano a "deshacerse de la ataduras de la dictadura que la acogota"
Los Estados Unidos de América, que tan conscientes son, de que "ese pueblo ya no puede por sí solo deshacerse de la tragedia que la azota" parecen haber asumido, de nuevo, aquel preponderante papel de exigir a Obiang Nguema y a Europa a ayudar al pueblo guineano a liberarse de la dictadura y la postración...
No dejaría de ser un verdadero primer éxito novedoso y merecedor de respeto que la "UA" (Unión Africana)diera un salto cualitativo -aunque sea por primera vez- volcándose en la exigencia de la normalización política y democrática de Guinea Ecuatorial.
A propósito de la apertura de la nueva Embajada de los Estados Unidos de América en Malabo, Capital de la República de Guinea Ecuatorial, aseguran que, en su discurso, Obiang Nguema se deshizo en halagos, arrumacos y nanas hacia los Estados Unidos de los que aseguró que lo cuidan y protegían.
Obiang Nguema, que, para su gran suerte, parece haber superado todos los achaques y enfermedades físicas que se le atribuían; aunque, como es normal esté inmerso en un silencio calculado y sostenido, pasa por su peor momento de vida política.
No tiene claro que un salto al vacío, poniendo, "manu militari" sobre su hijo Teodorín o su esposa Constancia las responsabilidades de la dictadura militar, fuera a ser éxito de cara a la prolongación del poder familiar o de clan, establecido en Guinea Ecuatorial.
Menos seguro tiene el general Obiang Nguema que le fuera a resultar exitosa la aventura de unas elecciones libres frente a un avispado pueblo el guineo que le espera, apostado en el brocal de las URNAS libres y limpias.
Agarrado a la cobarde y tímida, a la vez vieja estrategia de demorar y dar largas o esquivar a toda posibilidad de oferta, propuesta de diálogo o pacto sincero con la oposición democrática para su digna retirada pacífica.
La mejor protección que los Estados Unidos de América le pueden ofrecer al dictador, como obsequio a sus recién cumplidos 83 años, es ofrecerle una feliz retirada; conjurando así el peligro de que la población caiga sobre él; evitando que Osama Ben Laden resucite (Dice Obiang que aún no ha muerto el jefe de Alcaida... y se lo lleve) o que se vea en la tesitura del Coronel Gadafi (de quien Obiang Nguema aseguró, recientemente, en el hermoso poblado de Bantabaré, ser heredero)
Obiang Nguema Mbasogo está en las últimas; no precisamente en su físico ni en su salud; es en su vida política y su proyección como presidente de la dictadura de Guinea Ecuatorial. Lo que procede, no es justamente ayudarle y apoyarle para que siga o “se reedite” o se reencarne en su hijo o mujer; sino para que se retire y libere al pueblo guineano de tener que verse en la encrucijada de Libia y de otros rincones africanos remisos a la primavera de las libertades que exige y necesita nuestro Continente africano.