sábado, 9 de mayo de 2015

LA FALOCRACIA (REINO Y PODER DEL FALO) REINANTE EN GUINEA ECUATORIAL.


Severo Moto Nsa

El Vicepresidente del Partido del Progreso, Don Armengol Engonga Ondo, afirma con frecuencia, refiriéndose a la situación de Guinea Ecuatorial: "Lo que no tiene la cabeza, no lo tiene el cuerpo..."
Con el golpe de estado del 3 de agosto (parricidio incluido) el Teniente Coronel Obiang Nguema ("Antes Teodoro", según doctrina anticristiana de Macías Nguema...) instaló y elevó a la categoría institucional la falocracia, en Guinea Ecuatorial.
Don Agustín Nsé Nfumu, Ex Embajador de Obiang Nguema en el Reino Unido; Ex Ministro de Asuntos  Exteriores de Obiang Nguema; Ex Secretario General del PDGE de Obiang Nguema, Ex Jefe de Protocolo de Macías Nguema;  Senador de Obiang Nguema, recuerda con fruición las famosas sesiones de orgías sexuales que organizaba el todavía Teniente Coronel Obiang Nguema en la residencia de Don Toribio Ela Mangue (q.e.p.d.) esposo de Doña Coloma, actual Alcaldesa de Malabo. Orgías sexuales conocidas con el nombre genérico de "¿Quién quiere? Grito -asegura Don Agustín Nse Nfumu- con el que las mujeres, jóvenes y mayores, congregadas y completamente desnudas se ofrecían a los invitados.

Al tomar el poder, y situarse a la cabeza de la dictadura, Obiang Nguema transformó la falocracia reinante en Guinea Ecuatorial en categoría institucional. El SIDA, terrible enfermedad sexual ha tocado, desde la cabeza, el cuerpo social de Guinea Ecuatorial (muertes, enfermos, receptores, transmisores...) De manera que se ha creado todo un ministerio dedicado a esta enfermedad (Ministerio de Enfermedades de Transmisión Sexual) El agravante es precisamente que es la cabeza (las máximas autoridades de la dictadura) los principales y "privilegiados" transmisores de la terrible enfermedad.
En un discurso público reciente, el Presidente de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguema se enfadaba con los muertos: "Últimamente se nota que la gente muere sin explicar por qué mueren" El Presidente de Guinea Ecuatorial invitaba a la población a someterse al "test" del SIDA. Y se ponía él mismo como modelo, al asegurar que cada tres meses se comete a la "revisión" (Alguien señala que era una forma, inconsciente de asegurar que está enfermo de SIDA...)
LA FALOCRACIA A MODO DE PROGRAMA.- Desde la propia cabeza del país, la falocracia se ha ejercido en numerosos escenarios, casos y circunstancias: La promiscuidad sexual/ El secuestro y expropiación violenta de  mujeres ajenas/ Encarcelamientos y asesinatos de personas para quedarse con su esposas/ Violación de mujeres de otras autoridades (incluso militares) con el solo propósito de humillarles/ Acostarse con mujeres ajenas (obligando al marido a estar presente) con el criminal propósito de "bajarle los humos"/ Abandonar, en pleno horario de trabajo, la oficina, para pasearse con el coche oficial por la autovía que conduce al Aeropuerto de Malabo y pescar a mujeres, camino de sus fincas, y violarlas entre los cacaotales/ O, simplemente, desde el despacho invitar a las mujeres ajenas a acudir al palacio para recibir las "caricias" del presidente. Comentarios ahogados, tímidos y mojados, a veces, de bálsamos de humor negro, sobre estos casos, llenan las calles y hogares de Guinea Ecuatorial, con el cuidado de que no lleguen e incomoden al autor y cabeza de la falocracia reinante en el país.
UN BOTELLAZO EN LA CABEZA DE OBIANG NGUEMA.- Las declaraciones grabadas en sus últimos días de vida por  Don Bonifacio Nguema Esono y ofrecidas al público en lengua fang, además de abrir luz sobre la larga trama urdida por la mujer de Obiang Nguema, "KO", hasta su asesinato; además de dejar muy clara su vinculación circunstancial con el Distrito de Mongomo ("¡No tengo nada que ver con ellos...!") además de señalar que aun siendo de la misma tribu que la "KO" ("¡No somos de la misma rama...!") Don Bonifacio relata uno de los escenarios que abren luces sobre el carácter “falocrático” del poder de Obiang Nguema. Y explica cómo tuvo que intervenir para que la  "KO" regresara al lado de Obiang Nguema, cuando este la repudió y envió a su pueblo. Motivo de esta expulsión: Enterada la “KO” de que su marido Obiang Nguema acostumbraba a llevar a mujeres a acostarse con ellas en el "Hotel Bahía", a pleno día (horas de oficina), "KO" se apostó, un día, al pie de la escalera del hotel. Al aparecer, efectivamente, el presidente, descendiendo el "gravamen de coturnos" (Escalera) del Hotel Bahía, acompañado de la chica de turno, Doña "KO" agarró una botella del coñac "Pedro Domecq" y la estrelló contra la coco de su marido Obiang Nguema. "KO" fue expulsada a su pueblo (todo el mundo lo sabe). Al cabo de unos días, y restañado el bulto y la raja abierta en su cabeza, el falócrata escribió una carta a Don Bonifacio Nguema Esono para que fuera a intermediar ante la familia de su "hermana KO" para que volviera al hogar. Porque no la había rechazado; sino castigado". Advirtiéndole a Don Bonifacio que nadie supiera de la existencia de la carta... (¿Tirar la piedra y esconder la mano...?)

Y... "MIENTRAS EL DEDO DEL SABIO SEÑALE A LA LUNA..." corremos el peligro de señalar,  apuntar y disparar al dedo del sabio...
El dedo del sabio apunta a la trágica muerte por acoso, engaño, premeditación, traición, alevosía, nocturnidad y asesinato de Don Bonifacio Nguema Esono; quien venía exigiendo públicamente que en Guinea Ecuatorial se celebrara un macro juicio público y/o popular, donde cada uno declare y acepte sus culpas en la debacle en que ha ido a parar Guinea Ecuatorial, en 47 años de independencia. Antes de que ese juicio se celebrara, esa voz que clamaba, en el desierto por su celebración, ha sido destrozada y mandada (como le encanta decir a Obiang Nguema) "al infierno". Su asesinato, exige todavía con más urgencia, la celebración de ese juicio público. No es para ningún guineano, oculto, que Obiang Nguema guarda una gran lista de personas, personajes, líderes políticos... a los que tiene marcados con el signo de la cruz en aspa, para liquidar, por asesinato. Luego comulgará con su "KO" y todo su gobierno, de la mano del Arzobispo... ¡¡¡Y todo perdonado!!!.
No disparemos al dedo del sabio; apuntemos y centrémonos en lo que señala el dedo.