viernes, 8 de febrero de 2013

DEMASIADOS AÑOS DE DICTADURA



Por estudiante guineano en España
                                                 
Una tónica general en todos los artículos en diferentes medios  de Internet de opositores guineanos, es la perplejidad que todos manifiestan ante el hecho de que Obiang, con tan poco bagaje intelectual haya durado en el poder 34 años. La verdad es que son demasiados años de dictadura, en los que se han cometido innumerables equivocaciones, arbitrariedades palmarias, asesinatos y crímenes de lesa humanidad. ¿Por qué ante esta aberrante forma de gobernar, se preguntan, ha podido pervivir  durante tanto tiempo y la gente no se ha levantado contra él?. Como respuesta a esta pregunta se afirma que tanto la oposición, con su falta de decisión, como el pueblo, con su conformismo y hasta miedo patológico, son los únicos responsables de esta situación.

La verdad es que no existen muchos más actores a los que echarle la culpa, por lo tanto, en más o menos cantidad de culpa, ambos son responsables. Y como no es bueno generalizar, habría que preguntarse ¿qué parte del  pueblo es culpable y que parte de oposición lo es?. Aunque para descargar algo de responsabilidad a ambos, existe a mi juicio, un tercero; que es el dinero. Que a su vez, nos lleva a un cuarto actor -mas bien actores- que son los diferentes hombres influyentes -la mayoría españoles- y países, a los que les ha interesado que la situación auténticamente anómala de Guinea Ecuatorial, se alargara en el tiempo.

Mas aún, podemos simplificar y concluir, que en realidad el auténtico responsable es el dinero. Sí, el dinero del petróleo, sobre todo, y el de otras riquezas de Guinea Ecautorial, han contribuido eficazmente a alargar la dictadura de Obiang . Y paradójicamente, estas riquezas que hubieran servido para dignificar al pueblo guineano, han venido a ser su condena. 

En este mundo, por desgracia, siempre hay gente que está dispuesta a dejarse comprar y corromperse por dinero. Y hemos podido ver como parte del pueblo -los estómagos agradecidos del PDGE, familiares de Obiang y allegados- se han dejado comprar por la dictadura, convirtiéndose en cooperadores necesarios del mal, para aplastar y relegar a una mayoría de guineanos. Pero también muchos partidos políticos en bloque y miembros individuales de casi todos, se han plegado a los dictado del Tirano. Todos estos, con su actitud colaboracionista han hecho un daño irreparable a la lucha contra la dictadura y al propio pueblo guineano en particular. No se me puede olvidar, porque lo he padecido en mis propias carnes, como mientras los militantes del Partido del Progreso éramos literalmente pisoteados por la dictadura y su Presidente Severo Moto, amenazado, perseguido, encarcelado y desactivado en España, sin pasaporte, sin capacidad de movimiento y con todas las posibles fuentes de ayuda por parte de sus amigos amenazadas si se atrevían a socorrerle, otros partidos en el interior, se arrogaban la única representación -la principal oposición, se autodenominaban- de la oposición a la dictadura, con un único escaño en la Asamblea, regalo de Obiang, por su "buen comportamiento". Y no solamente se conformaban con colaborar  con el régimen, sino que junto con sus amigos de España, se aplicaban con todas sus fuerzas, a impedir que Don Severo pudiera aparecer algún día por Guinea Ecuatorial, poniéndole zancadilla tras zancadilla y levantando todo tipo de calumnias, insidias e infundios contra este. 

Esta es la triste realidad; la actitud de muchos -enemigos y hasta amigos- que farisaicamente  han estado ocultando durante mucho tiempo, que el Partido del Progreso y su líder, Severo Moto, eran los únicos que podían revertir la situación de Guinea. Sólo hacia falta permitirles presentarse en unas elecciones libres contra Obiang, para que este último las perdiera de forma estrepitosa, y no seguirlas ganando, en su ausencia con ese 98,9 %. Por ese motivo tanto empeño por parte  del régimen y sus colaboradores para impedir, a toda costa, que Don Severo apareciera por Guinea, e incluso para que no se pudiera mover por diferentes países y buscar apoyos que forzaran a Obiang a convocar, de una vez, unas elecciones libres y no esa pantomima de elecciones manipuladas que todos estos "cooperantes", tanto internos, como externos, le han permitido llevar a cabo.

Si esos partidos "opositores", que dicen estar dispuestos a presentarse de nuevo a otras elecciones amañadas por Obiang, exigieran a este como conditio sine qua non la presencia del Partido del Progreso, con su Presidente a la cabeza y todos los demás partidos exiliados, en unas elecciones libres -no amañadas- y monitorizadas por la comunidad internacional, entonces si que cambiarían de verdad las cosas en Guinea Ecuatorial.