viernes, 14 de octubre de 2011

EL PARTIDO DEL PROGRESO: UN MOVIMIENTO POLÍTICO PARA DEMOCRATIZAR GUINEA ECUATORIAL

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Por Estudiante Guineano en España


Siempre hemos sostenido que el Partido del Progreso no constituía  sólo una mera acción política, llevada a cabo por un líder y un grupo de militantes, sino que es algo más. Es un movimiento de regeneración de la vida política, entendida esta como el conjunto de sus instituciones,  que atiende a la reconstrucción de la sociedad y a la mejora en la vida de los guineanos, tan hastiados de un régimen corrupto y corruptor. Y como todo movimiento está  inspirado por un conjunto de principios procedentes, en este caso del cristianismo, asumidos por la mayor parte de la población guineana, y que se articulan y toman vida en el seno de un partido que favorece la participación de los afiliados a través de sus diferentes estructuras de trabajo.

La calidad democrática del Partido del Progreso ha permitido el acercamiento de diferentes personas, guineanos y españoles, profundamente comprometidos y compadecidos con la desgracia del pueblo guineano. De esta forma se ha podido crear un equipo cohesionado, muy preparado técnica e intelectualmente, que sigue trabajando en un proyecto: el del Gobierno en el Exilio. Este supone la mejor plataforma política que abarca todos los campos de la actividad: lo político, lo social, el mundo educativo y el económico. Su único objetivo es, contribuir a la transición de la dictadura a la democracia de Guinea Ecuatorial,  y sacar de la miseria y de la marginación al pueblo guineano en su conjunto.

En el Gobierno en el Exilio somos conscientes de que la acción de la dictadura sobre la sociedad guineana ha sido demoledora.Y que el dictador ha socavado todos los principios que dan esperanza a un pueblo: ha hecho desaparecer el derecho por el que se debe de regir una sociedad, acaparando para sí la ley ("yo soy dictador porque dicto las normas") para convertir a su gobierno en una banda de forajidos, en vez de un estado de derecho. Además,  ha destruido a la juventud, envileciéndola con su mal ejemplo, segando  sus ilusiones por la pérdida de esperanzas en el futuro; ha destruido a la familia, vanalizando  los principios morales y sociales que la sostienen; el machismo hedonista de los principales jerifaltes del régimen está relegando a la mujer a la condición de simple objeto  sexual  y de dominio por el hombre (se lo hemos oído al dictador "las mujeres valen para fregar y para estas en su casa"). El resultado de todo esto, ha sido una  pérdida de confianza colectiva y una falta de ánimo generalizado  para salir adelante, como país y como pueblo.

Severo Moto y su equipo, han tenido siempre muy claro cuál era su auténtico enemigo y el del pueblo guineano. Por ese motivo, ha advertido siempre los engaños y tretas del dictador para hacerse con algunos incautos dirigentes políticos, atrayéndolos a su entorno, para después dinamitar sus partidos. Conocemos también el doble discurso de muchos políticos españoles y los tejemanejes que se han traído con este dictador (siempre mediando el beneficio económico). Por eso nunca hemos caído en la trampa de un acercamiento a la dictadura ni a quién la apoya, ni tampoco hemos querido participar en ninguna de esas elecciones amañadas que sólo hacen legitimar a la dictadura. Sabemos además, que en esta lucha no valen los atajos ni las componendas, por ese hamos procurado  siempre apartarnos  de las amistades peligrosas y no aceptar muchos  ofrecimientos que llevaban detrás la marca y el marchamo del dictador. En el Partido del Progreso  podemos presumir de haber mantenido siempre una unidad de lucha frente a la dictadura, sin abandonar esos primeros principios con los  que movilizamos a la población guineana, como: la defensa de la dignidad de las personas, la lucha por su libertad, el espíritu de solidaridad entre los guineanos y el sentido de  trascendencia del hombre como portador de valores universales. 

Esta postura firme ha sido el motivo por el que  hemos sido ilegalizados por el régimen y perseguidos con saña dentro y fuera de Guinea. También se explica que estos políticos españoles a los que nos referíamos, hayan hecho siempre todo lo posible para acallarnos y aislarnos, anatemizando a nuestro presidente y  colgándole todo tipo de sambenitos. La actitud del PP ha sido, y es, la defensa  de los guineanos que sufren la dictadura, sin componendas y sin apaños vergonzantes, y precisamente por esto, hemos sido relegados y apartados de la sociedad , como auténticos  apestados. Hemos sido expulsados de la política y de la vida pública, hasta tal punto de no  poder manifestar en público (en el interior de Guinea, claro) nuestra pertenencia al PP, y menos, nombrar a nuestro líder, Severo Moto. Nos sorprende comprobar  como a esta tarea del aislamiento del PP, dentro y, también fuera de Guinea, se aplican con bastante entusiasmo otros partidos, que para reírle las gracias (¡y vaya gracia¡) a la dictadura o sacar beneficio de esta, siguen la moda de despreciar y relegar a los militantes de nuestro partido, a los que la intimidación y la porra del dictador los ha hecho débiles. Me imagino, que algún día alguien tendrá que explicar y dar cuenta ante nuestro pueblo de estos miserables comportamientos.

Las manifestaciones de mi joven amigo, taxista en Bata, que recogí en el aeropuerto de Barajas, son elocuentes: "en el interior de Guinea existe una confabulación para no hablar del PP. Cualquier  persona que en la plaza pública o en un bar que confiese su simpatía con el partido o con su líder, este sería detenido de inmediato y tendría que dar explicaciones en la comisaría". Y es que en un taxi se oyen cosas que no se dicen en la calle. Y continuaba..." la gente murmura en voz baja (también altos cargos del régimen).. que si pronto va a venir D. Severo, o que a Obing le quedan pocos "telediarios", o que un amigo había visto en Madrid a Ndong Biyén (en lengua fang, el de las gafas), que se encontraba fuerte y dispuesto a regresar a Guinea". O los comentarios despectivos que relataban los asistentes a algún mitin acalorado de Obiang y cómo este despotricaba contra España, sus gobernantes y sus instituciones,  y que por respeto al pueblo español que nos acoge, no quiero reproducir aquí. Me seguía contando, mi joven amigo taxista, que varios altos mandos del ejército, contaban preocupados una manifestación de Obinag  en público, y era como estaba convencido de que la OTAN, igual que en Libia, vendría pronto a por él, y por tanto, llegado ese momento, teníamos que estar todos preparados  para coger las armas y defender nuestro país del imperialismo de Occidente. Y seguía el taxista relatándome, como la gente en privado manifiestan que al único  que esperan en este país, es al PP y a su líder, pues de los partidos del interior de Guinea, no esperan nada, pues ya saben a lo  que se han estado dedicando. 

He interpelado a muchos compatriotas guineanos recién llegados a España, sobre si realmente los guineanos, y sobre todos los jóvenes, añoran o están preparados para la democracia, la contestación es unánime: "¡¡ no os podéis imaginar hasta que punto¡¡". La gente, aunque por miedo no lo manifieste, a estas alturas, ya saben quién es quién; saben qué es la dictadura y cómo actúa, quiénes son los partidos que cooperan con el régimen y qué otros partidos se oponen frontalmente a este. Y la percepción, de la mayoría de la los guineanos, es que  el único partido que realmente le planta cara a Obiang, es el Partido del Progreso. Por este motivo el Dictador lo considera como su principal enemigo, y tiene auténtico pánico a que las potencias extranjeras puedan tutelas la entrada de D. Severo a Guinea para iniciar la transición.

Si en Guinea Ecuatorial hemos de poner en marcha una democracia auténtica, en la que las instituciones funcionen de verdad (y no como tantas falsas democracias del continente africano), no queda más remedio que hacer  tabla rasa, eliminando toda la podredumbre que ha producido la dictadura, castigar a los verdugos, desenmascarar a los impostores, sancionar la corrupción y a los corruptos, y poner en evidencia la complacencia y la complicidad de muchos partidos para con la dictadura. Y no podemos pasar por alto un asunto de suma importancia: aquellos dirigentes políticos que se han sentado en la asamblea,ensangrentada, de la dictadura de Obiang, no se podrán sentar, en ningún caso, en la nueva Asamblea de la democracia.