martes, 22 de febrero de 2011

DOÑA ESPERANZA AGUIRRE: ¡PRONTO, SANA!

 
 
Severo-Matías MOTO NSA,        
 Presidente del Partido del Progreso

Excelentísima Señora:

A mis compañeros del Partido del Progreso les he contado, una y otra vez, con una sonrisa contagiosa,  el único encuentro personal y directo que he tenido con S.E.


Me hallaba inmerso en medio de la multitud que atestaba la Puerta del Sol, de Madrid justo al lado del disidente cubano, Sr. Montaner,  siguiendo las intervenciones de los españoles y cubanos, al final de una manifestación a favor del  pueblo cubano y contra su dictadura. De pronto sentí deslizarse en mi brazo una mano femenina cargada de carisma y sensibilidad maternal. Volví la cara y Ud. me recibió con un:

-    ¡Hola, Severo!

Vuestra Excelencia,  había presentado su candidatura para la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid. Yo, entre asustado e impresionado por su maternal gesto conmigo, de pronto sentí crecer dentro de  mí  una extraña vena de brujo africano, y agarrando su fina mano le dije:

-    Doña Esperanza, espero verle muy pronto en este edificio.

Yo señalaba el Palacio presidencial de la Comunidad de Madrid.

-    Así lo esperamos –me respondió S.E.

Y mis predicciones de brujo africano se cumplieron y se han venido cumpliendo, elección tras elección, con incuestionable proyección  hacia el futuro.

Hoy, asomada a las próximas elecciones, de pronto ha aparecido en los medios de comunicación y no ha anunciado  (¡¡¡Con qué extraño valor, Señora!!!) que nos abandona por unos días para curarse de un bulto de mama.

¡Mamá!: Desde el Partido del Progreso y Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio,  fuerza política afín a la que Usted lidera en Madrid, nos colgamos de  la mano experta de los médicos que van a tratar a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, para hacerle llegar  nuestras oraciones y deseos de pronta recuperación.

Broche de  negro azabache que corona la dimensión africana del mundo  afro-ibero-americano, nada hispano nos es ajeno, Señora.

Por eso unimos, junto a tantos españoles, nuestro grito unánime: ¡Doña Esperanza, Pronto, sana!