Hasta los más cercanos del presumido dictador de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguema Mbasogo, se preguntan a dónde se fue el domingo pasado día 29 de Noviembre, después de que perpetrase el gran fraude y la cobarde mentira de unas elecciones presidenciales amañadas.
NI LA COMUNIDAD INTERNCIONAL NI EL PUELO GUINEO
En primer lugar, no parecen llover demasiadas alabanzas, aplausos y felicitaciones internacionales sobre el presumido dictador guineano, como ha sucedido en otras ocasiones…
Ni siquiera le aceptación (llena de “peros” y “sin embargos”) del Partido Popular español, a través de su Jefe de Relaciones Internacionales en el Congreso, Don Gustavo de Arístegui, ha sido suficientemente contundente para satisfacer a Obiang Nguema. Tampoco las palabras del propio gobierno español han dejado de lamentar la “pérdida de oportunidad…” que ha significado esta especie de confuso “mercado persa” llamado elecciones presidenciales en Guinea Ecuatorial.
Si clamoroso, ruidoso y revelador es el silencio del Gobierno francés y el norteamericano, quienes, con España a la cabeza, constituyen la terna de potencias mundiales a las que acude todo el mundo para que asuman las responsabilidades que, por su presencia y acceso a los recursos económicos, comerciales y estratégicos en nuestro país y en la zona, pesan sobre ellos, de cara a la necesaria normalización política y democrática; todavía más grandioso, espectacular y digno de toda felicitación y admiración ha sido la respuesta despectiva y absolutamente insultante que nuestro pueblo, agobiado y cansado de tanto terror de estado, ha dado al presumido dictador, con el proclamado 80% de ABSTENCION.
¡¡Obiang Nguema está ilegitimado por su propio pueblo!!
En un país marcadamente pequeño, y por ello difícil, por no decir imposible de esconderse a la mirada atenta y vigilante, Obiang Nguema Mbasogo, ha preferido el camino del avestruz. Pretender esconder la cabeza y dejar todo el cuerpo al aire para defenderlo con la violencia militar, el amedrentamiento y la muerte a quien hable…
Después de la parafernalia y gran mentira del domingo, Obiang Nguema, quien con su Ministro del Interior tenía “atado y muy atado todo”, meses antes de las elecciones (“Se trata de un simple trámite” –dijo-, y se aseguró públicamente un 97% de votos), debió de darse cuenta de la burla recibida del pueblo guineano; y, sobre todo, de que había saltado, con sus ínfulas de guardia colonial, todas las recomendaciones recibidas -y esta vez parece que muy en serio- del triángulo, España, Francia, USA.
LA HUIDA ADELANTE: INFORMAN DESDE GUINEA…
¿Qué hizo Obiang Nguema ante tanto abandono y desesperación?
De las íntimas interioridades del palacio presidencial de Bata, nos cuentan que el domingo pasado día 29 de Noviembre, escondido en la espesura de la noche africana, Obiang Nguema, se subió a su “avión del pueblo” y se dirigió urgentemente a un país occidental, tras haberle asegurado las vías de acceso a ese país occidental, otro presidente africano, a cambio de un importante y vital favor político.
A la vuelta de ese viaje precipitado y urgente a Francia, Obiang Nguema reunió a su sanedrín, para trasladarle una confesión.
A cambio de poner fin a su apoyo a la oposición que tiene acorralado al presidente vecino gabonés, Obiang recibió paso y atención en el Palacio del Elíseo, donde, según confesó a su sanedrín que puso a disposición de Francia una especie de “cheque en blanco”, en relación al petróleo y demás recursos de subsuelo (¡Incluso si ya estuvieran concedidos a otras potencias...!)
A cambio, Francia, no solo debería ser de las primeras potencias en (¿asistir?) aceptar la nueva imposición del General de Brigada Obiang Nguema sobre el pueblo guineo ecuatoriano, el próximo 5 de Diciembre. Un acuerdo de defensa militar de Francia a Obiang Nguema estaría en medio del pacto, entre otras peticiones del presumido y acobardado dictador, al Gobierno francés.
En definitiva, y como siempre, Francia vuelve a ser esta vez, como lo han sido otras veces otras potencias, el refugio a donde acude Obiang Nguema, a la espera de que Francia deje solos a España y los Estados Unidos en la exigencia y defensa de la normalidad política y democrática de Guinea Ecuatorial; buen gobierno y uso adecuado de los resortes del poder; derechos humanos y libertades del maltrecho pueblo guineano. Compromisos y exigencias o condiciones en las que viene coincidiendo la llamada “terna” formada por España, Francia y Los Estados Unidos.
Todos los ojos y oídos del pueblo guineano y no menos los de España y los Estados Unidos se han vuelto a Francia, según nos confirman desde el palacio presidencial de Obiang Nguema, donde aseguran igualmente que la desazón, inquietud y desesperación con que se mueve Obiang Nguema, tras su viaje nocturno y alevoso a Francia, no parecen denotar que haya conseguido sus propósitos.
EN NOMBRE DE LA DIGNIDAD…
Ni dejar de apoyar a la oposición gabonesa (lo que siempre sería meterse en camisa de once varas) puede justificar un apoyo de Gabón al ilegítimo Obiang Nguema; ni creemos que Francia, vaya a tragar el envenenado anzuelo de un presidente ilegitimado por su pueblo y silenciado por la potencia colonizadora. Francia, esperamos, no mancillará sus relaciones con otras potencias por apoyar a un hombre abandonado electoralmente e ilegitimado por su propio pueblo.
Obiang Nguema solo tiene una solución: huir, como su tío Macías Nguema, al bosque. Huir hacia adelante es su sistema. No hace caso. Ni a quien se ofrece como protector. Ahora que ninguna potencia, o por lo menos algunas, no están dispuestas a acogerlo en su seno, huyendo de él como del pestilente y desagradable olor (en la lengua fang, “ELIÍN NSUEÑ”) que desprende una muy característica alimaña de las selvas africanade África.
Qué fácil, satisfactorio y tranquilizador hubiera sido que el pueblo guineano, con la comunidad internacional como intermediaria, hubieran encontrado en Obiang Nguema un hombre para el DIALOGO. Algo nos dice que Guinea Ecuatorial está irremediablemente abocada al desastre y al caos ante un presidente ilegitimado por su pueblo, alejado de sus “amigos”, y desesperado.
