lunes, 14 de septiembre de 2009

Nuestro socio en Guinea


A BABOR

NUESTRO SOCIO EN GUINEA

FRANCISCO POMARES



Teodoro Obiang ha dicho que los empresarios canarios tendrán un trato preferencial en el reparto de la riqueza de su país. Se lo ha dicho a los empresarios que acudieron en la delegación político-comercial encabezada por Soria que ha visitado Guinea Ecuatorial. Y probablemente Obiang cumpliría su palabra, si se le da la oportunidad de hacerlo. Su dictadura necesita apoyo español para lograr reconocimiento internacional. Obiang ha hecho todo lo posible por acercarse a España en los últimos años, con escaso éxito... su última visita a España fue boicoteada en el Congreso de los Diputados, y Zapatero no ha visitado hasta ahora el único país africano donde la lengua oficial es el español.


Desde el punto de vista político, la visita de Soria supone -por decirlo de forma muy suave- un exotismo. Pero eso no quiere decir que no pueda lograr que empresarios canarios hagan negocio en el país. De hecho, ya lo han logrado con cierto éxito algunos, sobre todo en el sector de la construcción e infraestructuras. Guinea Ecuatorial es un país muy chiquito, partido en dos por el mar, y en el que hoy mandan de verdad los americanos, porque son multinacionales estadounidenses -Exxon Mobil, Chevron Texaco y Triyo Energy- las que se ocupan de sacar el petróleo y convertirlo en rentas para la clase dirigente del país. Hacer dinero en Guinea no es difícil: desde hace unos años el país presenta crecimientos anuales del PIB del 35 por ciento, una situación muy interesante para el business.


Pero hay otros aspectos que Soria debería haber considerado antes de presentar la antigua colonia española como el nuevo El Dorado para Canarias.


Porque Guinea Ecuatorial sigue perteneciendo al cada vez más reducido club de países apestados y excluidos de la comunidad internacional. Guinea es hoy, después de cumplirse tres décadas de gobierno unipersonal de Obiang, una de las dictaduras más brutales del planeta, presidida por un hombre que antes de matar a su tío Macías y convertirse en generalísimo de los ejércitos y presidente constitucional del país, era alcaide de la siniestra prisión de Black Beach, donde él ejecutó personalmente decenas de condenas a muerte dictadas por Macías. Y eso no ha cambiado sustancialmente: en 1999, tras un simulacro de juicio contra un centenar de miembros de la etnia bubi, enfrentada históricamente a la de Obiang, que es la fang, se condenó a muerte a quince opositores.


Desde el régimen se asegura que Guinea es hoy una democracia, porque la cuarta Constitución del país permite la participación electoral de distintos partidos, aunque el que gana siempre es el de Obiang. Desde hace treinta años. Por eso, ser su amigo, llevarse bien con él, legitimar su dictadura, es una garantía de hacer dinero en Guinea.


FUENTE: http://www.laprovincia.es/articulos/2009/09/13/socio-guinea/257074.html