jueves, 23 de abril de 2009

Las historias de la Historia de Guinea Ecuatorial




El Dicador Macías fue asesinado por sus propios hombres al mando de su sobrino Teodoro Obiang Nguema.



Teodoro Obiang Nguema: Un Psicópata tras las huellas de su tío Francisco Macías Nguema.


Por Severo-Matías MOTO NSA (Periodista)


La tremenda soledad que acompañó al primer Presidente de Guinea Ecuatorial, Francisco Macías Nguema Biyogo, en sus últimos años de poder, solo pudo dejar insensibles a los que lo pusieron, de mala gana, en el poder… y a un pueblo como el guineano, entregado a las manos de un país desastrosamente descolonizado, exclusivamente preocupado en huir de las llamas de una tiranía, en las que de pronto se vio sorpresivamente envuelto. Todo parecía como si el haber aceptado la llamada “independencia”, hubiera supuesto la condena a muerte del pueblo de Guinea Ecuatorial.


Si bien algunas personalidades guineanas “selfmade men” (hombres hechos por sí mismos) habían aflorado, en los aledaños de la llamada independencia y habían sido liquidados selectivamente por los colonos mandamases que nada querían oír de libertades o independencia; sin embargo cabría albergar la esperanza de que la independencia supondría el respeto a lo que quedara de aquel leve elenco de personalidades, no solo políticas, sino intelectuales, hombres de negocios, artistas, técnicos, administrativos, maestros… catequistas.


La llamada “Gran Lista Triste” que la oposición tiene elaborada y viene completando con nuevas víctimas, y que recoge los nombres de las personas liquidadas y desaparecidas durante los 41 años de la tiranía que vive Guinea Ecuatorial, deja muy claro el carácter selectivo de estas víctimas de Macías y Obiang Nguema. El odio, la persecución y barrido de los valores humanos, en su más alta expresión, han dejado al mismo nivel los 150 años de colonización española, que los ya 41 años de tiranía de Macías y Obiang Nguema.


La terrible realidad es que Macías Nguema, desde el más alto mando del poder, y su sobrino Obiang Nguema, desde las “cloacas de la maldad” donde se cocía la tiranía, parecían haberse encargado de completar la oculta y pérfida labor colonial de liquidar a los valores humanos y de todo tipo, que podían dotar de prestigio, dignidad, elegancia, y sentido de libertad y autonomía a la independencia de Guinea Ecuatorial.


Si algo, efectivamente, ha marcado y afectado en su más honda profundidad al pueblo guineano, ha sido la pérdida imparable, sin tregua, de tantas y tantas personalidades que en nuestra sociedad habían aflorado con fuerza y vigor intelectual, cargados de valores humanos, capaces de proyectar y apuntalar el futuro de progreso y desarrollo de nuestro país. En 41 años, Macías Nguema y su sobrino Obiang Nguema se han encargado de vaciar a nuestro país de ese contenido humano, dando así continuidad a un programa iniciado, en sus finales, por la colonización; y conjurando, sobre todo, el peligro, para ellos, de una sociedad guineo ecuatoriana viva, activa, consciente, discerniente, capaz de reaccionar y responder con contundencia, al secular rapto de nuestras libertades, derechos humanos, progreso y desarrollo. La obra de vaciar de valores humanos a nuestro país ha sido tan inhumana como magistral; asistida, presenciada, cuando no fomentada, por importantes e insensibles colonos observadores…


Obiang Nguema Mbasogo, al abandonar eso que en Guinea Ecuatorial llaman “baño maría” militar de la Academia General de Zaragoza, colocado, como se ha señalado bajo las alas de su tío Macías, cubierto de una pecaminosa impunidad, se encargó de vaciar a nuestra sociedad de estos valores (sobre todo intelectuales) de los que él siempre se ha sentido falto y acomplejado.


Dicen los grandes observadores del Presidente de Guinea Ecuatorial, que el complejo de inferioridad cultural que atenaza a Obiang Nguema, es lo que más peligroso le hace en la sociedad guineana.


En esa guerra por vaciar a Guinea Ecuatorial de valores políticos, intelectuales, culturales y de altura, Obiang Nguema se encontró, en un momento dado con que todavía, dos grupos sociales y una persona, quedaban aún sobrevivientes en la “tierra quemada” en que había convertido a Guinea Ecuatorial. El grupo “Infor-tur”; un breve, pero poderoso islote de relevantes políticos, “molestos”; y su propio tío, el Presidente Francisco Macías Nguema Biyogo Ñegué Ndong; a quien el propio pueblo servil, abatido y hundido en el miedo y el terror, cubrió de títulos y honores vacíos; solamente para no sentir en sus carnes el zarpazo del “tigre-Macías”.


Puesto manos a la obra, Teodoro Obiang Nguema, secundado por su inseparable lugarteniente “Bató”, Feliciano Obama Nsue Mangue, prepararon para “Infor-tur” una auténtica emboscada mortal, en la ciudad de Bata, a propósito de las celebraciones del 8º aniversario del ascenso al poder, de Macías Nguema. Bajo la acusación de haber editado y distribuido unas octavillas alusivas o contra el comunismo y los rusos (octavillas redactadas por el propio “Bató” y su Jefe Obiang Nguema, según confesó el portador de las octavillas, el conductor de “Bató”, de nombre COSTA). Así, con esa grave acusación, Obiang Nguema barrió del público y metió en la cárcel a 54 del largo centenar de jóvenes que se movían en el servicio de Información y Turismo, bajo la égida del Secretario de Estado de Información y Turismo, Daniel Mba Oyono (difícil objetivo a batir por Obiang Nguema).


Aislado y encarcelado Infor-Tur, le tocaba el turno al grupo de selectos políticos que aún quedaban en el país. Atrapados en Malabo, parecían un auténtico rebaño sin pastor, mientras su líder, el Presidente Macías había sido sigilosa y sibilinamente recluido por su sobrino Obiang Nguema en su pueblo natal. Los múltiples y reiterados avisos de “intentos de golpe de estado”, que Macías recibía de su sobrino, el Teniente Coronel Obiang Nguema, omnipotente “Jefe de las Cárceles de Guinea Ecuatorial, facilitaron a este persuadir a Macías de que debía esconderse en su pueblo.


Y comenzó la trama.


Los grandes políticos y prohombres de Macías, oriundos, todos y solo de Mongomo, iniciaron una serie de reuniones, con el objetivo de, definitivamente apartar del poder a “su” Presidente, cuya imagen estaba muy deteriorada y podía contagiar a todo el Distrito de Mongomo ; con el sumo cuidado de que se respetase su vida; con el propósito de que se cumpliera el plan de situar en el poder a 12 presidentes consecutivos, sin solución de continuidad, procedentes del Distrito de Mongomo; con del sumo cuidado de que el sustituto de Macías fuera un CIVIL de Mongomo. La acción de apartar a Macías del poder, y que no podía ser sino militar, fue encargada a su sobrino, el Teniente Coronel Obiang Nguema Mbasogo. La primera dificultad y la definitiva, para llevar a cabo la acción, se centró en la eterna y reiterada pregunta del militar:


- ¿Quién será el Presidente?


Job Obiang Mba, prestigioso Maestro de Enseñanza Primaria, la mejor cabeza pensante del grupo de Mongomo en la trama contra Macías y posiblemente la pieza mejor situada para sustituir a Macías, fue mi confidente. Con él coincidí en el infierno de Black-Beach, cuando fui trasladado de la “Modelo” de Bata a Malabo (Yo era el objetivo central a liquidar en la trama contra “Infor-Tur).


Una nublada mañana, antes de que fuera trasladado de la cárcel de Bata a la de Malabo, los presos, la ciudad de Bata y todo el pueblo de Guinea Ecuatorial, nos despertamos con una más de las múltiples, luctuosas y deprimentes noticias con que el teniente Coronel Obiang Nguema hacía desayunar, o cenar a la población: “¡¡Un grupo de políticos habían tramado un golpe de estado contra el Presidente Vitalicio de la República de Guinea Ecuatorial, Gran líder de Acero y Presidente del Partido Único Nacional de Trabajadores de Guinea Ecuatorial; General Mayor; Gran Maestro de la cultura y ciencia popular, único milagro de Guinea Ecuatorial, Honorable y Gran Camarada, Su Excelencia, Excelentísimo señor, Macías Nguema Biyogo Ñegue Ndong. Al percatarse del intento de golpe de estado, las fuerzas militares leales a su Excelencia el Presidente, bajo el mando del Viceministro de Defensa, Teniente Coronel Obiang Nguema Mbasogo, han procedido a la detención de los individuos. Una vez recluidos en la cárcel, y cuando se procedía a su interrogatorio, se han suicidado!!”


Estábamos, los presos “chapeando” (limpiando) la hierba en el entorno del edificio residencial del teniente Adolfo Mayé; Sobrino de Macías Nguema. Asomado a la ventana, mientras escuchaba la radio, preguntó al guardia que nos vigilaba:


- ¿Alguno de estos está en el intento de golpe?


- ¡No, mi Teniente!


- ¿Mmmmm?


- ¡No, mi Teniente. Yo no le oíste su nombre!


El grueso de jóvenes de Infor-Tur encarcelados con migo en la “Modelo” de Bata fueron liberados. Pasadas unas semanas, nos llegó a Antonio Nkulu Oyé y a mí, la fatídica noticia de que teníamos que ser trasladados a Black-Beach (Malabo) El viaje en barco lo hicimos anegados en lágrimas, al tener la certeza de que nuestro trasladado a Malabo era para poner fin a nuestras vidas en la fatídica “Oficina” de Black Beach.


Pareció un milagro que no fuéramos liquidados en la misma noche de nuestra llegada. Y fueron pasando los días y ni siquiera entramos en la celda. Lo cierto es que el hecho de no haber muerto, y habernos salvado del martirio y sacrificio del que fuimos objeto Nkulu y yo, la noche del 5 de Agosto de 1.976, en la “Modelo” de Bata, ya era todo un milagro divino.


Los días que duramos en Black-Beach, antes de ser recluidos en las fincas de cacao para trabajos forzosos, nos sirvieron para entrar en contacto, siempre furtivo, con personalidades recluidas en las celdas, como Jesús Ndong Buendi, Tomás Leopoldo Esono Mituy… y Job Obiang Mba,. De este, tuve, como he señalado, la versión directa de los hechos por los que se hallaba en la cárcel (celda).


Job Obiang Mba, era el único superviviente de los asesinados en la negra noche del “Baile de Mökom”.


Me llamaba “amigo”. Y me confesó:


- Teníamos, efectivamente el proyecto de desplazar a Macías del poder y sustituirlo por otro; pero que fuera un civil. Esta acción no lo podría hacer un civil; tenía que ser una acción militar. Lo que pasa es que Obiang Nguema no quería trabajar sin saber primero si él iba a ser el Presidente. Amigo: en estas discusiones estábamos y estaban pasando los días, cuando el plan llegó al conocimiento de Macías. El chico (por Teodoro Obiang) al ver que Macías ya estaba enterado, para evitar que fuéramos todos fusilados, desvió el problema en otros que no eran de Mongomo y detuvo a Oyono Alogo, Ochaga Ngomo, Nzí Mba, Padre Esono y otros, que ha sacrificado. Estos son unos inocentes. No sabían nada del plan. Ninguno de ellos es de Mongomo ni estuvo en ninguna de las reuniones… Sé que me van a matar; pero si me llevan a Bata para declarar, lo diré todo como ha sido. Absolutamente todo.


Macías todavía pudo usar de su ascendencia sobre su sobrino, Teodoro Obiang Nguema; y le obligó a que antes de tocar o matar a Job Obiang Mba lo llevara al tribunal, en Bata; para escucharle. Job Obiang Mba fue llevado a Bata; pero no fue juzgado; sino que de nuevo fue devuelto a las mazmorras de Black-Beach, donde “se suicidó”, como los del “Baile de Moköm.


La potente máquina de matar, el Teniente Coronel Obiang Nguema Mbasogo, poco más podía esperar, ante el pleno conocimiento que su tío Macías tenía ya de sus planes de golpe de estado contra él. Como un tenebroso buldócer, giró toda su potente maquinaria hacia su tío. Congregó en su entorno a los amigos españoles de toda confianza y les encargó la misión de convencer a los militares más significados. Convenció a los militares más familiares y cercanos. Esta vez echó mano, por primera vez y sinceramente, de los compañeros que sabía, habían sido brillantes y mejor que él, en la Academia General Militar de Zaragoza; echó mano de los militares que habían regresado, con notas brillantes, de Corea, China o la Unión Soviética; concitó a los civiles que creyó confidentes; atrajo hacia sí al Director de Radio Malabo (a quien luego asesinó); ordenó mi salida de la cárcel para ocuparme de las labores informativas, tras el golpe de estado (luego me desechó, como, finalmente, a todos los demás apoyos); envió a su esposa Constancia a solicitar y obtener el beneplácito de la potencia colonizadora(España); y en la tarde del día 2 de Agosto de 1.979, resguardado y escondido en su chalet, con las manos aplastadas entre las rodillas, Obiang Nguema recibió la noticia de que Macías Nguema Biyogo Ñegué Ndong había sido derrocado por los que “estuvieron en el frente” (distintivo de honor de los militares que se levantaron y materializaron el golpe de estado contra Macías). Obiang Nguema, desde luego, no estuvo allí.


Tras las breves escaramuzas llevadas a cabo en Niefang, Bata y Mongomo, Mientras un grupo de militares se entregaban a la selva en busca de Macías, huido; mientras la población saltaba de gozo y alegría por las calles, los compañeros de armas de Obiang Nguema le hacían entrega del poder militar omnímodo sobre la República de Guinea Ecuatorial. Era la mañana del 3 de Agosto de 1.979.


Estas fueron las primerísimas declaraciones que yo, como periodista, oí de labios del nuevo presidente de Guinea Ecuatorial salido de un golpe de estado:


- Sé que por mi preparación no estoy capacitado para este cargo; pero mis compañeros me han entregado esta responsabilidad…


Félix Mba Nchama, Eulogio Oyó Riquesa, Florencio Maye Elá, Agustín Ebaco, Obama Eyang; “Capitán Bamler”, “Olanda”, Cristino Seriche Bioko; en fin, toda la legión de militares que materializaron el golpe de estado y la detención de Macías, fueron estratégicamente recompensados con destinos en Embajadas, bien lejos del país. Los civiles eran simplemente olvidados cuando no asesinados; y Obiang Nguema Mbasogo, aupado en manos marroquíes y de la potencia colonial que le abrió paso a la presidencia por un cruento golpe de estado, volvió a empuñar la máquina de matar (Todo estaba listo en Camerún y sus costas: un submarino, fragatas, lanchas, barcos y aviones con cargamento de las primeras ayudas en comida, bebida, medicina y otros materiales, que, por cierto los propios portadores de estos “donativos” y regalos a Guinea Ecuatorial, comenzaron a disputarlas y repartírselas con los golpista en el poder. La primerísima delegación española que acudía a felicitar y respaldar el golpe de estado de Obiang Nguema llegó de Camerún unas horas escasas después de la noticia del golpe. En fin, todo muy bien calculado, medido y cumplido. Atado y muy bien atado.


Libre de ataduras, sin el control de su tío; desprendido de todo agradecimiento a sus colaboradores militares y civiles, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, aupado en manos marroquíes y de la potencia colonial que le abrió paso a la presidencia por un cruento golpe de estado, volvió a empuñar su potente máquina de matar a guineanos; reemprendió en solitario, ya sin Macías, la guerra contra el pueblo de Guinea Ecuatorial en un frenético empeño por barrer el país de “estorbos” intelectuales, políticos y sociales. Todo continuó, después de salir inmune del juicio al que sometió a su tío Macías. Este que a voz en grito y lamento vivo reclamó durante el juicio la presencia del “Jefe de Cárceles”, ante los oídos sordos de su Abogado defensor, del Fiscal y de los observadores internacionales.


Estos breves retazos de “las historias de la Historia” de Guinea Ecuatorial han sido recogidos en una canción impresionante de un cantautor guineo que plasma, en vibrantes estrofas, la historia reveladora de quién es Obiang Nguema Mbasogo:


“Siendo el tercer día del octavo mes… (3 de Agosto) recibimos la noticia de que Obiang Nguema Mbasogo había derrocado a Macías Nguema…


Y el cantautor continúa desgranando uno a uno los pasos de la vida y actuación de Obiang Nguema; con Macías, primero y luego en solitario. Y acaba señalando la certeza de que “Todo el pueblo de Guinea ya sabemos que el culpable de toda esta tragedia ha y es Obiang Nguema”


Un auténtico juicio y condena en los que el cantautor entremezcla y baña sus estrofas de denuncia con una dulce música cargada de nostalgia y de triste sabor plañidero.


El Juicio de Macías Nguema Biyogo sigue pendiente, a la espera de que Obiang Nguema se siente en el banquillo.