Hoy, 7 de marzo rememoramos uno de hechos mas insólitos y luctuosos que hemos conocido en Guinea Ecuatorial, la explosión de del polvorín de Nkua Ntoma, instalado en pleno casco urbano de Bata, la ciudad mas poblada de Guinea.
La ineficacia y la negligencia criminal del régimen de Teodoro Obiang, provocó una cadena de explosiones de munición y otros artefactos de grandes dimensiones. Las devastadoras deflagraciones arrasaron literalmente una extensión de 4 kms. a la redonda de un barrio pobre, llevándose consigo a miles de hogares y pequeños negocios, ocasionando mas de 700 muertes (según verificaciones internacionales) y varios miles de heridos inocentes. Todos ellos pertenecientes al personal militar, sus familiares y los habitantes del barrio colindante con el cuartel militar.
Sabemos que la dictadura ha hecho todo lo posible para ocultar el número exacto de fallecidos, que lo cifran solo en varios cientos de muertes.
Tampoco ha habido una seria investigación sobre el suceso, así como la asunción de responsabilidades y por el hecho de situar un polvorín a cielo abierto y junto a un barrio residencial.
Ha pasado un año y los miles de damnificados no han sido indemnizados debidamente. Tampoco han sido atendidos en sus demandas los afectados por la perdida de sus casas, ni atendidos adecuadamente los miles de heridos, con miembros amputados y con otras secuelas físicas y psicológicas.
Sin embargo, buena parte de las múltiples donaciones de varios países como España, EEUU, Francia, Qatar, Israel, etc., han ido a parar directamente a los bolsillos de la familia Obiang y a los de algunos otros oligarcas del régimen.
Hoy queremos recordar a todos los afectados y damnificados, también a sus familias. Todos estos guineanos desaparecidos estarán siempre en nuestra memoria.
Como ha recordado recientemente el Presidente del Partido del Progreso, Armengol Engonga, un gobierno democrático y de derecho no permitiría nunca el tratamiento que se le ha dado a esta tragedia, ni tampoco desampararía de esta forma a las víctimas.
