sábado, 4 de junio de 2016

GUINEA ECUATORIAL: OBIAG NGUEMA, UN APETITO INSACIABLE DE PODER. GEOPOLITICA /AFRICA.


Martin Matesso y AFP

Es el decano de los jefes de Estado en ejercicio del continente por la longevidad en el poder. Treinta y siete años en los controles de Guinea Ecuatorial. Tiene -dice- 73 años, Teodoro Obiang Nguema se ha regalado un nuevo mandato de 7 años, con ocasión de la elección presidencial del pasado Domingo 24 de Abril de 2016. Una simple formalidad para el “hombre fuerte” de Malabo.
Llegó al poder por un golpe de Estado en 1979, desplazando a su tío, el anterior dictador, Francisco Macías Nguema que reinaba mediante el terror ese pequeño Estado petrolero del África central. No dudó en mandar fusilarlo.
Desde entonces no se ha movido del palacio presidencial y piensa permanecer ahí durante los próximos 7 años.
“Muchos dicen que están cansados de ver mi figura. Sí, pero yo he consagrado mi vida por ese país –ha lanzado en el curso de un mitin en el estadio de Malabo. Después ha alertado a aquellos  que les gustaría verle abandonar su sillón: “Yo soy el candidato del pueblo. Quien no me vaya a votar rechaza la paz y opta por el desorden.

LA FOBIA POR EL GOLPE DE ESTADO.- Para precaverse de todo golpe de fuerza, Obiang Nguema ha construido una fortaleza policial con unos servicios de seguridad omnipotentes que patrullan todo el espacio público bajo su autoridad. Malabo está hecho regularmente un estado de tentativas ahogadas en un  huevo.
Interrogado por el semanal “Jeune Afrique” sobre la llegada a Malabo de militares zimbabwuenses para reforzar la seguridad presidencial, él respondió: “Mi seguridad me atañe a mí, y sobre esta materia yo no rindo cuenta a nadie. Yo puedo reclutar a quien yo quiera”.
Lo esencial de su seguridad más cercana está asegurada por israelíes, que han  suplido a los marroquíes.
EL DINERO DEL PETROLEO FLUYE A TORRENTES. Llegado a la cabeza de un pequeño país sin grandes recursos, la suerte ha cambiado al comienzo de los años 90, con el descubrimiento del petróleo en las aguas equatoguineanas.
Unos años más tarde el petróleo fluye a torrentes. Malabo se convierte en una etapa inevitable para los jefes de estado, en los fines de mes difíciles. El maná petrolero le permite organizar cumbres y manifestaciones internacionales. La cumbre de la Unión Africana, en 2015, después la Copa de África de Naciones de futbol, después de que la rechazara Marruecos.
Su país es sistemáticamente señalado entre los Estados más corruptos del planeta y la familia presidencial cuestionada. Pero a Obiang Nguema le importa muy poco. Exhibe su desprecio por todas las críticas de su gestión y la violaciones de derechos humanos cometidas por sus fuerzas de orden.
EL PODER EN EL REGAZO FAMIULIAR.- El poder parece destinado a permanecer en el regazo familiar. Su hijo, Teodorín es el segundo vicepresidente (inconstitucional) del país. Es conocido sobre todo por sus calaveradas y puesto en cuestión en el extranjero, especialmente en Francia en numerosos asuntos de desviación de fondos públicos.
El hijo del presidente juega desde hace unos cuantos años, un rol político cada vez más importante en Malabo; tanto en el gobierno como en el partido en el poder. Convirtiéndolo en un posible delfín.
“Si mi hijo alcanza éxitos en la política, yo no me meto. Sería injusto que su talento no sea recompensado”- responde el padre de Teodorín en una entrevista a JEUNE AFRIQUE.
Si termina este nuevo septenio, Obiang Nguema será el presidente que haya permanecido más largo tiempo en el poder en la historia africana. Hoy dice que ya no se presentará más