El presidente Barack Obama habla de las relaciones entre EEUU y Sudáfrica y de las generaciones más jóvenes, en la Universidad de Ciudad del Cabo.
MARCEL GASCON
/EFE
Johannesburgo -- El presidente estadounidense, Barack Obama, concluyó el domingo su visita oficial a Sudáfrica con una decidida apuesta por la democracia y el Estado de derecho para impulsar el desarrollo en Africa.
En un discurso pronunciado en la Universidad de Ciudad del Cabo, Obama se refirió al momento económico “prometedor” que vive el continente, pero advirtió que el flamante crecimiento de muchos de sus países se sustenta en el “frágil suelo” de la corrupción, los conflictos y la desigualdad.
“La pujanza de Africa no es suficiente para una víctima de una violación en Congo o de la violencia política en Zimbabwe”, señaló el líder afroamericano.
Más allá del idealismo, Obama destacó la importancia del respeto a los derechos humanos y las reglas democráticas para el progreso económico.
El contundente alegato de Obama por los principios democráticos como receta para el crecimiento económico y el desarrollo se produjo tras el consejo ayer de que “se aseguren” de que las inversiones de países como China sean “buenas para los africanos”.
Habitualmente criticada por su desprecio de los derechos humanos y la democracia, China es desde el 2009 el mayor socio comercial de Africa.
En su último acto en Sudáfrica antes de viajar mañana a Tanzania, Obama proclamó el compromiso de Estados Unidos con la “justicia independiente”, la “sociedad civil” y las “instituciones fuertes”, y no con los “líderes fuertes”.
“El verdadero progreso solo es posible cuando el gobierno sirve a la gente y no al contrario”, afirmó en su discurso.
Rechazó que la democracia y la transparencia sean una “importación occidental” y llamó a los africanos a implicarse en su promoción, tal y como hace Estados Unidos.
En este sentido, Obama se refirió al “ejemplo” de la sólida democracia sudafricana en un continente marcado por los golpes de Estado y los abusos constantes de poder.
“Nos habéis enseñado cómo un prisionero político puede llegar a ser presidente, nos habéis enseñado cómo grandes enemigos pueden reconciliarse”, dijo Obama sobre la modélica transición que lideró Nelson Mandela en Sudáfrica.
Mandela pasó, a sus 94 años, el octavo día en estado crítico en un hospital de Pretoria.
Su delicado estado de salud le ha puesto al borde de la muerte y ha marcado toda la visita de Obama a Sudáfrica.
El presidente estadounidense anunció durante su discurso en Ciudad del Cabo un “nuevo modelo” de las relaciones de Washington con Africa, que sustituya el “suministro de ayuda” llevado a cabo hasta ahora por un enfoque “comercial” de igual a igual que repercuta en “todos los ciudadanos”.
Para “abrir este nuevo capítulo de las relaciones”, Obama anunció que invitará a Estados Unidos a jefes de Estado de toda el Africa subsahariana.
El plan más concreto hecho público por Obama este fin de semana en Sudáfrica fue, sin embargo, la inversión por parte de Estados Unidos de $7,000 millones en la renovación de la red eléctrica en los países del Africa subsahariana.
El proyecto tiene previsto doblar el acceso a la electricidad de quienes viven en la región, donde dos tercios de la población no tiene energía eléctrica.
Obama acabó su defensa de la receta democrática para el progreso de Africa con una nueva mención a Mandela, a quien ha calificado de “inspiración para el mundo”.
“Las palabras de Mandela nos dan el compás en este mar de cambio”, dijo Obama, quien agregó, según las enseñanzas del héroe sudafricano: “Siempre tenemos la oportunidad de mejorar la historia”.
Obama viaja el lunes a Tanzania, donde concluirá el martes una gira africana que empezó el 26 de junio en Senegal y tuvo en Sudáfrica su segunda escala.