Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Cada semana convoco a los directivos del Partido del Progreso para abordar los desafíos que enfrentaremos en la transición política de la dictadura guineana de Obiang Nguema hacia una democracia sólida, capaz de afrontar los desafíos venideros y de inspirar a todos los guineanos. Es evidente que pasar de la dictadura de Teodoro Obiang a una democracia que garantice el estado de derecho, el orden y la seguridad requerirá un proceso complejo que involucra múltiples pasos y medidas cuidadosamente planificadas. Este proceso debe asegurar una transición pacífica y efectiva.
Aquí hay algunas sugerencias
sobre qué pasos podemos seguir:
Establecer un marco legal
sólido: Esto implica redactar una constitución que garantice los derechos
fundamentales de los ciudadanos, establezca la separación de poderes y defina
claramente las funciones del gobierno y sus instituciones.
Crear instituciones
democráticas: Es fundamental que instauremos un sistema de gobierno basado
en la separación de poderes, con un ejecutivo, legislativo y judicial
independientes y equilibrados. Estas instituciones deben operar con
transparencia, responsabilidad y estar sujetas a la rendición de cuentas. En
estos aspectos, no podemos comprometernos ni ceder ante el populismo o el afán
de ganar votos a expensas del bienestar de todos los guineanos.
Promover la participación
ciudadana: Tenemos que fomentar la participación activa de la sociedad
civil en el proceso político, a través de la creación de partidos políticos
democráticos, la celebración de elecciones libres y justas, y el
fortalecimiento de la sociedad civil y los medios de comunicación independientes
en toda Guinea Ecuatorial.
Reformar las fuerzas de
seguridad: Es necesario reformar las fuerzas armadas y de seguridad para
garantizar que estén subordinadas al poder civil, respeten los derechos humanos
y actúen en consonancia con el Estado de derecho.
Promover la reconciliación y
la justicia: Es importante abordar los abusos cometidos durante la
dictadura a través de procesos de justicia transicional que garanticen la
rendición de cuentas, la verdad y la reconciliación, sin generar revanchismo ni
impunidad.
Fomentar la educación cívica y
el respeto a los derechos humanos: Tenemos que educar a la población sobre
los principios democráticos, los derechos humanos y la importancia del Estado
de derecho es fundamental para consolidar la democracia y prevenir futuros
abusos.
Buscar apoyo internacional:
La comunidad internacional va a desempeñar un papel importante brindando
asistencia técnica, financiera y política para apoyar el proceso de transición
democrática y garantizar su éxito.
En nuestras reuniones semanales,
reconocemos que el proceso de transición será altamente complejo y nos
presentará numerosos retos. Es crucial que abordemos estos desafíos junto con
otras cuestiones para evitar caer en el libertinaje, la inseguridad y la
corrupción.
Lo que debemos evitar para no
fracasar en el intento:
Débil estado de derecho:
Si la transición democrática no fortalece adecuadamente las instituciones del
estado de derecho, como el sistema judicial, la aplicación de la ley y los
mecanismos de rendición de cuentas, va a surgir un clima de impunidad que
facilita la corrupción y el crimen. Evidentemente es algo que vamos a evitar
con todas nuestras fuerzas.
Corrupción arraigada: Si las estructuras corruptas de la dictadura de Obiang no se desmantelan completamente durante la transición, es más que probable que persistan y se perpetúen en la nueva democracia. La falta de medidas efectivas contra la corrupción puede minar la confianza pública en las instituciones democráticas y alentar prácticas corruptas. Tenemos que luchar decididamente y sin complejos contra todo tipo de corrupción.
Polarización política: Tenemos
que potenciar y hacer posible a toda costa que los partidos políticos y los
líderes trabajen para construir consensos y promover la reconciliación nacional
tras estás terribles etapas dictatoriales en Guinea Ecuatorial. El
enfrentamiento entre los que buscamos la democracia y los que quieren la
polarización haría muy difícil y que se dificulte la gobernabilidad lo que nos
llevará, inexorablemente, a la inestabilidad política. Esto debilita las
instituciones democráticas de manera terrible y además fomenta la corrupción y
la impunidad.
Falta de participación
ciudadana: Si no somos capaces de movilizar a los guineanos y que la
sociedad civil se involucre activamente en el proceso democrático y si encima no
hay mecanismos efectivos para la participación ciudadana, es más que probable
que los políticos actúen sin restricciones y se aprovechen de la falta de
escrutinio público y de crítica de esa sociedad exigente que toda democracia
avanzada necesita.
Débil economía y desigualdad:
Si la transición democrática no aborda los problemas económicos y la
desigualdad social heredados de la dictadura, es probable que persistan o
empeoren en la nueva democracia. La pobreza y la exclusión pueden alimentar la
inseguridad y la corrupción, especialmente si no se implementan políticas
efectivas para abordar estas cuestiones.
Quisiera dejar bien claro que, una democracia
tras la tremenda dictadura de Obiang Nguema enfrenta una serie de extraordinarios
desafíos para consolidarse y evitar caer en el
libertinaje, la inseguridad y la corrupción. Es crucial abordar estos retos
mediante la construcción de instituciones fuertes, la promoción de la
participación ciudadana y el fortalecimiento del estado de derecho y la
gobernanza democrática.