martes, 27 de febrero de 2024

GUINEA ECUATORIAL: UNA LLAMADA A LA INTEGRIDAD PARA REGENERAR LA VIDA PUBLICA




Desde Guinea Ecuatorial 

La generación de guineoecuatorianos que hoy tiene entre 40 y 46 años ha vivido, desde su nacimiento, inmersa en un ambiente de intolerancia y miseria en todas sus formas: política, social, económica, cultural y humana. Esta situación es el resultado directo de la dictadura de los Obiang, una familia que, junto a sus colaboradores, ha sometido al país a un estado de declive constante.

Es un hecho conocido, aunque no siempre admitido abiertamente, que la actual miseria en Guinea Ecuatorial es fruto de décadas de mal gobierno por parte de los Obiang. La carencia de valores positivos en nuestro país tiene a sus responsables bien identificados: aquellos en el poder y quienes, por beneficio propio o malicia, han perpetuado el sufrimiento del pueblo guineo.

Nos enfrentamos a preguntas cruciales: ¿Por qué los Obiang han permanecido tanto tiempo en el poder? ¿Qué papel hemos jugado en perpetuar esta situación? La respuesta nos obliga a mirar hacia adentro y considerar nuestras propias acciones y omisiones.

Entre las razones de nuestra situación actual, destacan dos:

1. La complicidad con el régimen: Muchos que alguna vez colaboraron con los Obiang temen un cambio verdadero que pueda revelar sus acciones pasadas. Esta resistencia al cambio es una forma de complicidad con la dictadura. Para avanzar, necesitamos líderes genuinamente comprometidos con la justicia y la integridad. Quienes tienen un pasado de abusos deben hacerse a un lado y permitir que surja una nueva generación de líderes.

2. La división en la oposición: La lucha por el poder y el deseo de liderar el próximo gobierno fragmenta y debilita a la oposición. No podemos permitir que las ambiciones personales socaven nuestra lucha común contra la dictadura. Es crucial unirnos tras un objetivo común: la reconstrucción de Guinea Ecuatorial bajo principios de democracia, justicia y equidad.

La reconducción de nuestro país hacia la normalidad exige que pongamos al frente a personas de bien, cuya integridad y honestidad sean indiscutibles. No es momento para demagogos ni para quienes buscan beneficio personal a costa del bienestar colectivo. La gravedad de nuestra situación social y económica requiere un compromiso firme con el cambio y la acción decidida contra la impunidad.

El miedo también juega un papel en la perpetuación de la dictadura. Sin embargo, es importante reconocer que el silencio y la inacción solo benefician al opresor. Debemos superar el temor y movilizarnos en defensa de nuestros derechos y por un futuro mejor.

Para cerrar el ciclo de corrupción instaurado por los Obiang, es imperativo que toda la sociedad guineoecuatoriana, unida, escoja a líderes capaces de salvaguardar el bienestar de todos los ciudadanos y poner fin a la era de impunidad.

La reciente situación de nuestra selección nacional, EL NZALANG NACIONAL, es un reflejo más de cómo los éxitos y los recursos del estado han sido monopolizados por la familia Obiang, excluyendo al resto de la población de cualquier forma de prosperidad o reconocimiento.

Es hora de que Guinea Ecuatorial se encamine hacia un futuro donde la decencia, la honestidad y el compromiso con el bienestar de todos sus ciudadanos sean las piedras angulares de nuestra sociedad. Solo así podremos superar las sombras del pasado y construir un país que refleje las aspiraciones y el potencial de su gente.