Por Armengol Engonga Ondo.
Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
El régimen autoritario de Teodoro Obiang Nguema, que se extiende por más de 43 años, ha marcado la historia de Guinea Ecuatorial. La sombra, más que evidente, de la caída del dictador abre la puerta a un futuro incierto, pero también a la esperanza de construir una verdadera democracia. En este escenario, la responsabilidad recae sobre diversos actores: políticos, sociedad civil y la comunidad internacional.
Guinea Ecuatorial, una nación
rica en recursos naturales y diversidad cultural, ha enfrentado desafíos
persistentes en su largo camino hacia la democracia y el desarrollo sostenible.
No cabe duda de que somos un pequeño punto en el mapa. Una república que, tras la
independencia de España, solo ha conocido arbitrariedad, violencia, mucha
corrupción y gobiernos endogámicos de escasa o nula capacitación.
Guinea Ecuatorial, una nación con
una historia marcada por décadas de régimen autoritario, primero con Francisco
Macias Nguema y luego bajo Teodoro Obiang Nguema, se encuentra, como
observamos, en un momento crucial de su historia. Como venimos avisando, la
caída del dictador abrirá la puerta a un futuro lleno de incertidumbre, pero
también de esperanza para la construcción de una verdadera democracia. En este
proceso, la responsabilidad recae, desde el punto de vista del Partido del
Progreso, en varios actores clave: políticos, sociedad civil y la comunidad
internacional.
Desde su independencia de España,
Guinea Ecuatorial ha enfrentado desafíos persistentes en su búsqueda de una
democracia sólida y desarrollo sostenible. La arbitrariedad, la violencia y la
corrupción han caracterizado los gobiernos sucesivos, dejando a la población en
un estado de total vulnerabilidad y falta de oportunidades.
Es comprensible que muchos guineanos se sientan abandonados por la falta de apoyo externo, pero también es importante reconocer que la responsabilidad de construir una democracia no caerá del cielo ni recae únicamente en manos extranjeras. Los guineanos, obviamente también tienen un papel fundamental que desempeñar en este proceso.
¿Estamos Listos para Ayudarnos
a Nosotros Mismos?
Muchos expresan su frustración
por la falta de apoyo hacia los guineanos a lo largo de la historia. Es una
queja válida, sin duda. Sin embargo, debemos ser conscientes de que incluso
para solicitar ayuda, debemos estar mínimamente preparados. Pedir asistencia no
puede ser simplemente un acto de esperanza ciega; requiere cierto nivel de
preparación y planificación. Nadie va a un banco a solicitar un préstamo sin
tener un plan para devolverlo. Del mismo modo, conseguir inversores implica
presentar un proyecto sólido y creíble. Si buscamos ayuda, es esencial saber a
quién acudir y cómo presentar nuestra situación de manera convincente. En
resumen, nada en la vida viene fácilmente; cada objetivo requiere un esfuerzo
estratégico y consciente.
La situación actual nos sitúa en
un punto crucial: es hora de que el pueblo guineano, junto con sus líderes
políticos y sociales, asuma la responsabilidad. Nos enfrentamos a una decisión
clara: continuar bajo una dictadura opresiva o comprometernos con la
construcción de una verdadera democracia, una donde todos los habitantes de
Guinea Ecuatorial puedan encontrar un lugar digno y justo en el que vivir.
Preparación para el Cambio
Para lograr esta transformación,
es fundamental que cada individuo esté dispuesto a educarse y prepararse para
los desafíos que están por venir. Esto implica no solo adquirir conocimientos
académicos, sino también cultivar habilidades prácticas y desarrollar una
comprensión profunda de los principios democráticos y los derechos humanos. La
educación y la formación son herramientas poderosas que nos capacitan para
enfrentar los desafíos con confianza y resiliencia.
Construyendo un Futuro
Sostenible
Además, debemos trabajar en la
creación de un entorno propicio para la inversión y el desarrollo económico.
Esto implica la implementación de políticas que fomenten la transparencia, la
rendición de cuentas y la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos.
La promoción de un clima empresarial favorable y la eliminación de barreras físicas
y burocráticas son pasos cruciales hacia la creación de empleo y la prosperidad
económica.
Fortalecimiento de las
Instituciones Democráticas
Por otro lado, el fortalecimiento
de nuestras futuras instituciones democráticas es esencial para garantizar una
gobernanza justa y equitativa. Esto requiere la participación activa de la
sociedad civil en la supervisión del gobierno y la defensa de los derechos
ciudadanos. La libertad de expresión y el acceso a la información deben
protegerse y promoverse como pilares fundamentales de una sociedad democrática.
Un Futuro de Esperanza y
Oportunidades
En última instancia, la decisión
de construir un futuro mejor para Guinea Ecuatorial está en nuestras manos.
Podemos optar por seguir el camino de la complacencia y la opresión, o podemos
comprometernos con el arduo pero gratificante trabajo de construir una sociedad
más justa y próspera para todos. La elección es clara, y depende de cada uno de
nosotros asumir la responsabilidad y actuar en consecuencia. Juntos, podemos
forjar un futuro de esperanza y oportunidades para las generaciones venideras.
Ahora, me voy a parar en los
actores necesarios para conseguir que todo funcione bien. A grandes rasgos:
En primer lugar, los políticos
guineanos deben comprometerse con la transición hacia un sistema
democrático transparente y justo. Esto implica dejar de lado los intereses
personales y partidistas en favor del bien común. Los líderes políticos deben
trabajar juntos para elaborar un plan de transición creíble que incluya
elecciones libres y justas, así como medidas para garantizar la rendición de
cuentas y el respeto por los derechos humanos.
La sociedad civil guineana
tiene un papel crucial que desempeñar en la promoción de la democracia y la
defensa de los derechos de los ciudadanos. Las organizaciones de la sociedad
civil pueden movilizar a la población, promover la participación ciudadana y
ejercer presión sobre el gobierno para que responda a las demandas del pueblo.
Y, por último, la comunidad
internacional también tiene la responsabilidad de apoyar el proceso de
transición en Guinea Ecuatorial. Los países vecinos, las organizaciones
regionales y los actores internacionales deben trabajar en colaboración con los
guineanos para proporcionar asistencia técnica, financiera y política que
fortalezca las instituciones democráticas y promueva la estabilidad y el
desarrollo sostenible.
Como última reflexión y para
terminar, tenemos que tener en cuenta que la construcción de una democracia en
Guinea Ecuatorial es una responsabilidad compartida que requiere la
colaboración de políticos, sociedad civil y la comunidad internacional. Solo
trabajando juntos, los guineanos podremos superar los desafíos del pasado y
construir un futuro más próspero y justo para las generaciones venideras. Vamos
a hacerlo por ellos. No les podemos fallar.