-La escasa demanda de hidrocarburos, así como la caída de los precios del crudo está afectando a la liquidez del estado, situación que puede llevar a nuestra administración a la bancarrota.
-Nuestro país está padeciendo una corrupción sistémica, que abarca a todos los estamentos del estado, comenzando por la presidencia y terminando por el ultimo departamento funcionaria, siendo esta el mayor obstáculo para el desarrollo de Guinea Ecuatorial.
-La pandemia de la Covid-19, está agravando la crisis económica que ya padecía nuestro país.
Exilio del Partido del Progreso en España, 3 de Noviembre de 2020.- Si no se modifican las actuales circunstancias, Guinea Ecuatorial está abocada a padecer una grave situación humanitaria. Un país como el nuestro, que ha jugado sus cartas a un solo recurso, el petróleo, y que ha dejado destruir el incipiente tejido productivo que poseía, está condenado a permanecer en una profunda crisis económica.
Así lo están indicando las alarmantes noticias que nos llegan desde el interior de Guinea Ecuatorial. Nos hablan de familias que están desesperadas porque ya no puede alimentar a sus hijos. No nos están hablado de no poder acceder a los bienes de consumo normales de una sociedad moderna, ni de la educación, ni de una buena sanidad, ni incluso, de un buen vestido, no. Nos hablan sencillamente de que los guineanos están pasando hambre.
A toda esta situación hay que añadirle la falta de libertad, la gran violencia que está ejerciendo la dictadura a través de sus cuerpos de seguridad, la propia inseguridad por la acciones impunes de los matones del régimen y la situación de robos con violencia generalizados que se están produciendo todos los días en nuestro país. Nuestro compañero desde el interior de Guinea llegaba a calificar esta situación como de auténtico infierno en la tierra.
La situación que esta padeciendo nuestro país, como comentaba en una videoconferencia el Presidente del Partido del Progreso, Armengol Engonga, solo tiene una salida: la desaparición de la dictadura. Y a continuación enumeraba los tres grandes males que aquejan a nuestro país: 1) La falta de productividad en todos los sectores, debido al abandono y a la desidia de la dictadura, 2) la enorme corrupción que se ha adueñado de todos los estamentos del estado y 3) una administración elefantiásica, con una cantidad desorbitada de ministros, viceministros, directores generales y altos cargos, que ni siquiera se lo puede permitir un país desarrollado de Occidente.
En cuanto a esa cruzada que aparenta haber iniciado la dictadura contra la corrupción, todo es una falsedad. Como comentaba acertadamente en su último artículo Diario Rombe, Obiang ha emprendido una falsa lucha contra la corrupción.
El imperio de la violencia, de robo generalizado y de dejación de funciones de gobierno, que está llevando a cabo Obiang Nguema, no tiene vuelta atrás. Es, por tanto, inherente a la propia dictadura y solo cesará cuando la dictadura desaparezca.
La oposición no pide que la dictadura cambie sus formas, ni que mejore su gobernanza, ni que evolucione, con un nueva cara, hacia una mayor democracia. Sabemos que eso no es posible, porque está condenada a emprender una huida hacia adelante, con mas violencia, con mas robos (hasta que no quede nada) y con mas ineficacia. La oposición pide sencillamente su desaparición.
No existen conciliábulos, ni medias tintas, ni admitimos consejos del dictador (sabias orientaciones), sencillamente porque no los puede dar.
Debemos ser nosotros, el conjunto de partidos, los que debemos poner las bases para instaurar un estado democrático y de derecho en Guinea Ecuatorial.
