entrega la insignia del Partido del Progreso a María Chicaharro
Por María Chicharro, Secretaria General de la UNCEAR y asesora en temas de mujer del Gobierno en el exilio.
El trabajo constituye el continuo progreso de las ciencias y las técnicas, es una movilización de la energía humana que lleva aparejada el avance científico y técnico.
El hombre actúa, obra, trabaja, cultiva, desarrolla su propia humanidad y su propia cultura que perdura durante generaciones.
El pueblo guineano está llamado a mejorar su formación, su ciencia, su saber, abrirse a una sociedad globalizada, orientar su acción social, política y económica hacia un perfeccionamiento, hacia una sociedad rica en saber, percepciones y realizaciones que nos deben hacer presentes en la realidad internacional.
El Partido del Progreso quiere abordar una nueva cultura en plenitud. Mientras el pueblo guineano permanece en el tiempo siendo perceptible, capaz de superarse así mismo por la libertad y el trabajo, por su contribución directa en la construcción de una sociedad civil, que comparte los mismos valores y principios del mundo occidental. Hombres y mujeres que viven y cooperan juntos en una recta escala de valores. En estas afirmaciones como esta, y por razones coyunturales que todos conocemos, aquí reside la riqueza y renovación de nuestro país.
El verdadero progreso de Guinea es una consecuencia del trabajo realizado bajo una cultura propia, plenamente interiorizada en cada ciudadano, una cultura compartida en solidaridad con la comunidad internacional, colaborando con naciones diversas, con familias y todos aquellos que desean conocer un pueblo valeroso y luchador. Una cultura donde la democracia se convierte en razón y valor de progreso.
Al respecto, y solo como un elemento más de reflexión, reproduzco un texto de la UNESCO:
“La memoria es un motor fundamental de la creatividad. Esta afirmación se aplica a los individuos y a los pueblos que encuentran en su patrimonio - material e inmaterial- los puntos de referencia de su identidad y las fuentes de su inspiración."
La educación para la cultura es fuerza creadora y renovadora, facilita el desarrollo de la persona y el progreso social.
Nuestra educación debe fomentar el desarrollo de hábitos intelectuales, desarrollar todas las facultades que los hombres y mujeres pueden conseguir. Invertir en capital humano, en recursos humanos es un desafío importante para conseguir una contribución duradera al bienestar de Guinea.
Los miembros de los Parlamentos en todas las culturas deben ser portadores de realidades, identificar todas aquellas aspiraciones, formaciones y proyectos que pueden contribuir, y de hecho contribuyen al progreso y bien de la sociedad. Para ello es necesario sentar las bases para una verdadera libertad en la que desarrollar las potencialidades de Guinea, y fundamentalmente, el desarrollo de las capacidades de sus ciudadanos. Una libertad inspirada en la defensa de los derechos humanos, de la dignidad de la personas y de un proceso de reconciliación nacional esmerado, cuidadoso, y me atrevería a decir inteligente por un nuevo gobierno democrático.
El escenario internacional requiere un escenario legislativo que favorezca la creación de un proceso de libertad y gobernanza civil en Guinea. El pueblo guineano tiene una influencia en el escenario internacional donde debemos ser escuchados. La razón más evidente es que hoy no trabajamos única y exclusivamente para nuestra generación, tratamos de poner en marcha una nueva acción legislativa y de gobierno que favorezca una nueva tradición democrática para las nuevas generaciones, sentimos el compromiso de aportar oportunidades al bienestar de Guinea, descubrir los factores de atracción del entorno económico y social que faciliten una nueva realidad social. Si me lo permiten esa es la aspiración del Partido del Progreso.
La demanda cultural en países africanos es cada vez más exigente y diversificada y se orienta hacia un sistema combinado de ofertas. Por eso es necesaria una política de gestión a favor del medio ambiente, de la cultura y del turismo, que valore el patrimonio arquitectónico, cultural y medioambiental. Guinea es un país rico en recursos materiales e inmateriales y la acción de progreso, en esta estrategia, se fundamenta en el trabajo de todos. Como antes mencione, en nuestro patrimonio material e inmaterial se encuentran los puntos de referencia y las fuentes de inspiración para este trabajo de desarrollo de las comunidades.
La importancia del patrimonio es objeto de un consenso cada vez más amplio. El reto que se plantea hoy en día es más bien integrar mejor su valorización y protección.
De la valoración surge el interés por la conservación y el afán de dar a conocer estos recursos.
Preparar el territorio, preparar los pueblos, preparar las sociedades rurales, tomar conciencia de las posibilidades de estos recursos del patrimonio rural, considerarlos como un efecto multiplicador y productor de rentas complementarias, como garantía para desarrollar la capacidad de creación de sinergias generadoras de demanda de infraestructuras y de servicios de apoyo al mundo rural, beneficiaria, y tanto, a la población local, y lo que también es innegable, genera recursos, prestaciones y servicios para los visitantes. La valoración y gestión del patrimonio va acompañado de productos locales, servicios, nuevas demandas sociales que se efectúan en las zonas; son esenciales para el mantenimiento y el desarrollo del comercio rural y el artesanado.
El valor económico del patrimonio cultural y ambiental es una variable más en el proceso de creación de desarrollo territorial. Pero en esto, debe recordarse de que no todo el patrimonio tiene que ser involucrado en los procesos económicos y que, más allá del estricto valor económico, el patrimonio se define en una dimensión de valores intangibles que no pueden ser expresados en cifras o magnitudes cuantitativas. El verdadero patrimonio de una sociedad son sos las personas que merecen la máxima dignidad y respeto, el ejercicio de derechos y deberes en una sociedad libre y democrática.
Por este motivo, se puede decir que el patrimonio tanto material como inmaterial constituye una vía natural y necesaria para el desarrollo de las zonas rurales.
Siendo el patrimonio una herencia compleja y difícil de gestionar, no debe olvidarse que éste no es sólo pasado, sino también presente y capacidad para alentar nuevos modelos socioeconómicos y territoriales en el futuro.
Socialmente es importante que se admita la importancia de estos asuntos, tengamos en cuenta que se configuran como un estimulo para la valoración de lo más propio y genuino de nuestra sociedad, como agente de socialización, y como ámbitos de inexcusable valor para la apertura de fronteras y la generación de riqueza. Para ello se requiere impulsar políticas integrales, es decir, es necesario prestar atención y actuar en factores institucionalmente amplios, relacionados con las políticas sociales, políticas integrales, culturales y patrimoniales, desarrollar una oferta de servicios que permita elevar una movilidad social ascendente.
Teniendo en cuenta los criterios de organizaciones como la UNESCO, existe la preocupación actual para garantizar una protección y una conservación eficaces y revalorizar lo más activamente posible el patrimonio social, arquitectónico, cultural y natural a través de la adopción de medidas técnicas, de formación, jurídicas, científicas, administrativas y financieras adecuadas, para identificar, proteger, conservar, revalorizar y rehabilitar ese patrimonio del que nos sentimos orgullosos. Estas políticas suscitan una mayor sensibilización, información y formación ante el gran reto de la gestión integral del patrimonio material e inmaterial.
Llegado este momento es la hora de preguntarse:
¿Cada ciudadano que puede hacer?,
¿Yo en que puedo contribuir?
Solo tú tienes la respuesta para concluir en la propia valoración como país, como valoración de tu cultura, como expresión de la acción para conseguir el país al que muchos aspiramos.
No es proceso de conveniencia lo que deseamos sino un proceso de necesidad en Guinea Ecuatorial.