Rosa Diez y Fernando Maura
Fernando Maura considera «inoportuno y tóxico para cualquier democracia» el viaje de Bono a Guinea Ecuatorial
Madrid, 11 de febrero de 2011.- Fernando Maura, responsable de acción internacional de Unión Progreso y Democracia, ha criticado duramente la visita de José Bono con una comisión parlamentaria a Guinea Ecuatorial, tachando el viaje de «inoportuno y de contenido democráticamente tóxico, en un momento clave para la causa de las libertades, en el que dictadores como Teodoro Obiang se sienten amenazados por el efecto contagio de la explosión de hartazgo popular contra los regímenes opresores y corruptos que ha barrido en Túnez y ahora azota Egipto».
En opinión de Maura, «el momento no es el más oportuno para un viaje justificado como una pieza de “diplomacia parlamentaria” para reforzar la posición de las empresas españolas en el único país hispano del África subsahariana, ni para acciones publicitarias a favor de una tiranía a la que ni siquiera el reciente nombramiento de Teodoro Obiang como presidente de honor de la Unión Africana está evitando ser señalada como una de las dictaduras más execrables del planeta».
HECHOS CONSUMADOS
El dirigente de UPyD considera extremadamente importante aclarar si la ministra de exteriores o el propio presidente Zapatero han participado y consensuado esta acción diplomática parlamentaria, o bien, si el presidente del Congreso de los Diputados ha «situado a ambos ante hechos consumados». Maura se pregunta «si estamos ante el precedente de una diplomacia más que parlamentaria, personalista, o es que volvemos a tener uno de esos cíclicos episodios de la historia de la acción exterior española, especialmente familiar en los asuntos guineanos en los años de la dictadura franquista, en que se produce una bicefalia entre Exteriores y Presidencia.»
En la misma línea, Fernando Maura duda de que durante este viaje Bono vaya a «recordarle a Obiang que su reciente nombramiento no justifica su desastroso historial en derechos humanos ni el robo a manos llenas de los ingresos del petróleo de su pueblo».
Dada la incertidumbre en que las revueltas en el norte de África han sumido los países tiranizados como Guinea Ecuatorial, y el compromiso que la comunidad internacional está tomando a favor de la legitimidad democrática en Costa de Marfil, Maura considera que «una visita a Obiang de tono complaciente no es una apuesta de futuro ni siquiera para el bien de las empresas españolas», y se pregunta si Bono tenía previsto dedicar algún momento del viaje para estrechar relaciones con el pueblo llano guineano, «apuesta de futuro indiscutible», interesándose por ejemplo, por la situación de los 300 presos que malviven en las cárceles de Black Beach o visitando a las familias de los cuatro jóvenes ejecutados sin garantías procesales por sus opiniones políticas.
Finalmente, en caso de que no haya habido ningún tipo de iniciativa a favor de los cambios democratizadores, Maura pregunta a la ministra Jiménez si considera que la acción del presidente del Congreso favorece la influencia y posición española en el África Occidental.