lunes, 15 de noviembre de 2010

Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial y la Democracia Cristiana

Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial:
             y la Democracia Cristiana

La  mayoría  de  los  partidos políticos y formas de gobernar en las principales  democracias  del  mundo,  tienen  inspiración  en  las conquistas sociales que, diferentes  pensadores  católicos,  grupos de asociaciones  cristianas  y  hasta  las  encíclicas  de  los  papas (Rerum Novarum ), forjaron en la Europa del s. XIX.


Así, derechos  que  actualmente  nos parecen normales, como: descanso dominical, disminución de la jornada laboral, seguros obligatorios contra accidentes y  enfermedad, pensiones para obreros y campesinos, creación del Monte de Piedad o las mutualidades laborales, fueron conseguidos gracias a la acción de los grupos cristianos, frente al liberalismo individualista y mecanicista (deshumanizado), imperante en aquella época.

Posteriormente, con la creación de los grandes partidos demócrata cristianos, se pudieron  llevar  a  cabo grandes  logros  sociales en aquellos países  en los que han gobernado. Podemos destacar el importante papel que han  jugado: en Italia (DC), Alemania (CDU), Países Bajos (CDA), Chile (PDC), Méjico (PDCM), Venezuela (COPEI) República  Dominicana (PRSC), República Democrática del Congo, (PDSC), Nigeria (PDN), Cabo Verde (MPD) y Guinea Ecuatorial (Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial).

El Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, forma parte de la Internacional Demócrata de Centro, y como la mayoría de los partidos que la integran (más de 120  partidos  de los cinco continentes), tiene como señas de identidad, la lucha por la igualdad, la justicia y la libertad; teniendo  a  la  persona como centro de la acción política, ya  que la  considera  portadora  de  valores trascendentes y universales.

A diferencia de otros partidos demócrata cristianos, que han nacido de la fusión de asociaciones católicas y de la unión de otros partidos, tanto de centro izquierda, como de centro derecha, ya existentes; el Partido del Progreso nace en unas condiciones muy difíciles, en el seno de una población que está luchando contra una tiranía que oprime a todo un pueblo
indefenso, y que  cuenta con unas raíces cristianas profundas. Es pues, un partido moderno (1983), que le une grandes vínculos con las principales sociedades democráticas occidentales.

El PP, está formado por personas  que comparten unos principios inspirados en el humanismo cristiano, de diferente procedencia: pueden ser católicos, cristianos no católicos y no creyentes, pero que asumen y valoran estos principios, como elementos fundamentales en la vertebración de la sociedad.  No se considera,  por tanto, partido  confesional (no representa los intereses de ningún grupo religioso), ni  tampoco, responde a directrices del Vaticano. En su afán por querer ser la voz de una sociedad, en su mayoría, excluida de las riquezas  de  su  país, así como, de  las  decisiones  políticas, ha  desarrollado  un  marcado carácter social, que le lleva a diseñar acciones para devolver el protagonismo económico y social, a una sociedad  atenazada, largos años, por la tiranía.

En Guinea Ecuatorial, el PP, está llamado a reparar las injusticias  y atropellos, que  se  han cometido con la población, para  lograr una sociedad más justa, más solidaria y más libre. La izquierda socialista, ha demostrado en todo este tiempo, la complacencia, o en el peor de los casos, la alianza con Obiang, para que las cosas no cambiaran en Guinea Ecuatorial. También en nuestra vieja Europa, la izquierda está teniendo unos comportamientos de total deriva, que no se parecen  en nada a sus denuncias, frente a las injusticias (junto  con los  partidos cristiano demócratas), de antaño. Su materialismo histórico, heredado del marxismo, le ha llevado a defender un modelo de sociedad frívola y materialista, que se aleja de los propios
fundamentos y bases, con los que se construyó  la Europa que conocemos.

El Partido del Progreso, apuesta por una democracia participativa, en la que, hombres y mujeres (jóvenes y mayores), sean los actores de su desarrollo democrático. Su modelo económico es de libre competencia, pero con la presencia moderadora del Estado, para frenar las injusticias y cohesionar interterritorialmente el país.


Juan Cuevas