Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Guinea Ecuatorial y Gabón,
comparten muchos aspectos en común. Hoy, escribiré sobre nuestro vecino del Sur
y del Este.
El censo de la población en Gabón
presenta desafíos que generan variaciones en las cifras según diferentes
fuentes. Según el censo de 2010, la población total es de 1,480,000 habitantes,
con más de 600,000 en la capital y sus alrededores.
La densidad promedio es de 4.6
habitantes/km2 en una superficie de 257,667 km2. Sin embargo, la densidad en la
capital es de 1,800 habitantes/km2, mientras que en el resto del país es solo
de un habitante/km2.
Gabón cuenta con aproximadamente
50 grupos étnicos, siendo los principales los fang (32%), mpongwè (15%), mbédé
(14%), punu (12%), baréké o batéké, bakota y obamba.
Además, hay comunidades de
cazadores-recolectores, llamados pigmeos, con nueve grupos étnicos y una
población total de alrededor de 16,162. Se distribuyen en diversas ubicaciones,
tanto en ciudades como en el bosque tropical.
Hay muchas similitudes. Ambos
países tienen casos de longevidad en el poder de familias gobernantes. En
Gabón, los Bongo acumularon 57 años, y en Guinea Ecuatorial, la familia Obiang
Nguema sigue pasos similares. La falta de democracia real y la manipulación
electoral son comunes en ambos lugares, contribuyendo a la persistencia de las
élites en el poder.
El cambio político que tuvo lugar
en Gabón hace cuatro meses, liderado por el general Oligui mediante la
imposición de arresto domiciliario al entonces presidente Ali Bongo, fue
calificado por Borrell, el máximo responsable de la política exterior de la Unión
Europea, como un golpe institucional. A diferencia del golpe de Estado
declarado por los militares en Níger, este cambio fue considerado por la
diplomacia europea como una alteración institucional.
En Guinea Ecuatorial, compartimos
el anhelo de una transición política similar a la de Gabón. La familia del
dictador Obiang lleva ocupando todas las instituciones guineanas durante más de
44 años, consolidando su control de manera corrupta, violenta y prolongada.
Esperamos que se abra un camino
hacia la democracia y la participación ciudadana, superando así décadas de
dominio familiar en Guinea Ecuatorial. La situación en Gabón y la llamada a una transición
política son fuentes de inspiración para aquellos que buscan un cambio positivo
en la región.
La defensa de la democracia no
debería limitarse a momentos de crisis. Los excesos autoritarios y la falta de
mecanismos de control contribuyen al descontento popular, lo que a veces lleva
a la aceptación de golpes de Estado. Es esencial abordar las causas profundas
de estos males para construir sociedades más justas y democráticas.
Aunque un golpe militar no es la
solución, la reacción positiva de la población debería hacer reflexionar a las
potencias y organismos internacionales sobre su papel en mantener regímenes
poco democráticos en el poder.