sábado, 25 de febrero de 2023

GUINEA ECUATORIAL: NO SOBRA NADIE


Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

 


Para que una familia pueda llamarse así ha de reunir a todos sus miembros. Nuestra nación no habrá cerrado el círculo hasta que no haya presos de conciencia en las cárceles de Obiang ni exiliados lejos de su tierra.



Anoche me decía un directivo del Partido del Progreso en Guinea Ecuatorial que tenía ganas de fundirse en un abrazo con los hermanos que salimos hace tantos años del país y que ya nunca más pudimos volver. Ese recibimiento abrirá una nueva etapa que nos normalizará y permitirá la evolución que necesitamos como pueblo.



Todos tenemos mucho que aportar. Los que están, porque saben lo que necesitan y los que venimos, porque conocemos algunas soluciones y sus problemas asociados.



Tenemos que organizar una convivencia a prueba de dictadores y tiranos. No podemos salir de un régimen que se ha alimentado a base de meter miedo y de llevarse hasta las propinas sin crear las bases para una convivencia sana y en paz. Son muchos años de robo de los recursos públicos, años de falta de educación cívica; demasiado tiempo sometiendo a un pueblo que no podía y no sabía ni quejarse.

Aquí, en Guinea Ecuatorial, todos somos víctima. Los que se quedaron porque vieron que no había futuro si no tenías a alguien cercano a la familia de Obiang. Este directivo, militante del Partido del Progreso, me decía: “No eres nadie sin el consentimiento de ellos”. Cuidado con los negocios, con las ideas, con los recursos. Cualquiera del régimen te puede arruinar la vida, me dice mi compañero. Es verdad. Nadie progresa, avanza o se hace un nombre sino está protegido por esta clase dominante. Ahora podemos acabar con esta pesadilla y empezar el sueño que truncaron.



Siempre digo, quizás por que he sido empresario, que no hay nada gratis. Como dice el cuento, las vacas no dan leche; la leche la tienes que sacar tú. Si no cuidas a los animales, les das pienso y tienen un buen establo, es muy difícil que tengas leche o carne. Si eso pasa con el ganado, imagínate con las personas. Por lo tanto, es muy importante ser mejores que la dictadura si queremos un futuro de progreso.

Tenemos que dirigir la economía de nuestro país. Hay que analizar las necesidades y saber priorizar. Tenemos que sentar unas bases sólidas que eviten que bárbaros, incultos y violentos se hagan, de nuevo, con lo que nos pertenece a todo un pueblo.



Los que nos marchamos de Guinea Ecuatorial tuvimos que abrirnos paso en un mundo al que no pertenecíamos. Nos quedamos sin la cobertura de la familia y amigos, sin la tierra que nos vio nacer y tuvimos que empezar de cero. No ha sido fácil y a veces, cuando me preguntan si no guardo rencor, me quedo pensando y siento que necesito más el tiempo para ayudar a construir mi patria que para destrozar a los miserables que me abandonaron a mi suerte.

Toca pensar en levantar los cimientos de una sociedad diferente, totalmente distinta a la que hemos conocido. Se acabaron los amos y sus secuaces. Nos toca diseñar un mundo en el que podamos abrir un negocio y prosperar, en el que la sanidad no sea algo imposible, colapsado e impagable. Tenemos que crear escenarios que estimulen a nuestra juventud a formarse y a ser buenos ciudadanos. Es un nuevo tiempo para definir los espacios que queremos para vivir, para trabajar o divertirnos. No debemos malograr esta oportunidad. Está en nuestras manos y debemos asumir la responsabilidad.

Nadie quiere que nuestra república sea un mal chiste. No podemos hacer el ridículo internacional dejando a esta pandilla de indocumentados como representantes de lo que son los hombres y mujeres de Guinea Ecuatorial.

Vamos a vivir momentos muy delicados y es fundamental que cada uno asuma su responsabilidad.

Los exiliados seremos el refuerzo de todos los que han resistido hasta hoy en el país. Venimos de todas las partes del mundo. Podemos y vamos a ser de gran utilidad. Esta no es una tarea de unos pocos. Todos tenemos que esforzarnos por hacer realidad la alternativa al gobierno de los más infames e inútiles. Hay mucho trabajo por hacer. No sobra nadie.