lunes, 5 de septiembre de 2022

CUALQUIER DIA, NOS DESPERTAREMOS LIBRES


Redacción El Confidencial

El libro de Dominique Lapierre y Larry Collins, ESTA NOCHE LA LIBERTAD, relata todos los acontecimientos que llevaron consigo la independencia de la India: agosto de 1947. Tocan a su fin los días del mayor sueño imperial de todos los tiempos: el Imperio británico de la India: 400 millones de seres enfervorizados, que arrancan su libertad un día maldito por los astros. Ghandi, un profeta semidesnudo, símbolo de un continente, que expulsa de éste a Inglaterra.....
En Guinea Ecuatorial también se vislumbra el fin de la tiranía de la familia Obiang. La historia nos ha demostrado, una y otra vez, que la libertad está al alcance de aquel pueblo que cree y trabaja con denuedo para conseguirla, y los guineoecuatorianos no vamos a ser menos.  Son, muchas veces, las dificultades extremas las que nos obligan a sacar todo lo bueno que llevamos dentro: el valor y la fuerza, necesarios para romper nuestras cadenas. 
Las circunstancias que nos rodean no pueden ser más endiabladas: una total falta de libertad, que hace que los guineanos vivamos en una prisión abierta en todo el país; cárcel, torturas, represión, muerte, hambre (mucha hambre) y miseria. 
Nuestro pueblo ya no puede más. Lo demuestran algunos de los mensajes de socorro que nos llegan: "!!Señor, mi madre tiene hambre!!"..."¡¡por favor, no tengo dinero para comprar los libros de mis hijos!!"..."!!ayúdenme a comprar las medicinas para mi hijo enfermo!!".............
Al otro lado, una minoría vive en un ambiente de total opulencia: la larga familia de los Obiang, haciendo un descarado y obsceno derroche de nuestros recursos. Todos los prohombres del régimen, podridos de dinero; los altos cargos, los pedegistas y todos los allegados, se reparten nuestras riquezas, mientras la gran mayoría del pueblo vive en la miseria. 

Es sencillamente lacerante ver como se ha montado Teoodrín sus vacaciones: con los mejores aviones de la flota de nuestro país a su disposición para recorrer medio mundo. Decenas de sirvientes a su disposición, un yate ciemillonario que le espera en unas paradisíacas islas y, maletones de dinero para sus juergas interminables. 
En todo este sin sentido, la propaganda del régimen: vídeos en los que la ladrona mayor de Guinea, COCONCIA, convertida en la Madre Teresa de Calcuta. Una pléyade de "pelotas", que se arrastran hasta perder su dignidad, dispuestos a rebajarse hasta el extremo, con tal de recoger las migajas que les sueltan nuestros verdugos. Todos convertidos en cómplices necesarios de la dictadura (cómplices también de las acciones más graves).
Reclamos de la dictadura a participar en las próximas elecciones, tan fraudulentas como las demás, que penetran hasta nuestras filas. Algunos partidos dispuestos a participar en los juegos electorales de Obiang, a sabiendas de que con ello están contribuyendo a consolidar y a alargar la dictadura.
Un desolador panorama, que requiere una profunda reflexión de cómo va nuestra lucha contra esta inmensa injusticia. 
Nos queda el exilio, que representa la lucha real contra la dictadura, la fuerza moral que remueve las conciencias de los guineoecuatorianos. Este exilio, el de verdad, no quiere saber nada de Obiang ni de sus elecciones. El exilio pide, pedimos, una transición pacífica hacia la democracia y elecciones libres, pero con Obiang y su familia fuera del poder. 
El pueblo guineoecuatoriano pide libertad, dignidad y justicia. Quizá cualquier noche, la menos esperada, nos llegará la ansiada LIBERTAD.