Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del
Progreso de Guinea Ecuatorial
Guinea Ecuatorial es una sociedad
pequeña, pero eso no nos hace más indiferentes o menos valiosos.
Cada uno de nosotros es una historia con principio y final. Truncar una vida es siempre lamentable e irreversible y más si se trata de alguien que lo único que pretendía es el avance y el bien de su comunidad.
Cuando me enteré de la muerte de
nuestro compatriota, Salvador Alogo Nvono Mokuy, sentí tristeza e irritación.
Me pregunto cuál era el grado de amenaza de este hombre para llegar a esto. Por
otro lado, mi emocionada enhorabuena a todos los que honrasteis su memoria.
Nadie muere si se mantiene vivo su recuerdo y acciones como la vuestra es de
dignidad y compañerismo.
Me duelen estas cosas sobre todo
cuando se pueden evitar. La libertad de pensamiento, de expresión, no puede ser
perseguida porque pasan estas cosas tan dramáticas e irreparables.
Cuantas personas han perdido sus
vidas en este largo y desolado camino hacia la libertad. Ojalá y no olvidemos a
todos los que nos han precedido. La paciencia de un pueblo tiene sus límites y
están acabando con ella. La manifestación, escribiendo su nombre en el libro de
los mártires por una Guinea Ecuatorial mejor, me llena de orgullo y hace que
crea aún más, en las posibilidades de un cambio en la dirección de los acontecimientos.
Luchamos, cada uno desde donde
puede, contra las fuerzas del mal. Contra los malos gestores y los dirigentes
insensibles, brutos y corruptos.
Tenemos la esperanza de que la
razón se abrirá paso ante la burricie. Más pronto que tarde han de dar una
solución a esta manera despótica de gobernar y de tratar a la gente.
Guarden sus armas, tranquilícense
y faciliten las cosas para que una transición sin dramas sea posible.
No vamos a olvidar a los que han
caído en esta guerra sin cuartel contra la tiranía. Se contarán las historias
de estos luchadores, sus circunstancias y la verdad sobre sus verdugos y
responsables. Hay que poner fin a esta impunidad tan irritante y brutal.
El pueblo de Guinea Ecuatorial
sabe mantener la paz y el orden. No somos personas irracionales y violentas. La
democracia es la mejor herramienta que podemos utilizar para construir el
futuro de nuestra tierra. Los guineanos sabemos elegir y hay muy buena gente en
los partidos políticos y asociaciones.
Debemos unirnos para las cosas
importantes. Ahora toca salvar el país. La misa en recuerdo de nuestro hermano
Salvador habla por sí sola. De verdad que me emociona ver a mi pueblo abrazando
y arropando a la familia afligida. Vamos a trabajar el respeto y la educación
frente a los ignorantes, corruptos y violentos.
Los dirigentes de los países más
civilizados y desarrollados están con nosotros. Solo los delincuentes quieren
que Guinea Ecuatorial sea un puerto pirata donde esconder sus robos o donde
traficar con total impunidad.
Hace unos días disfruté del vídeo
que ha grabado el nuevo embajador norteamericano para presentarse al pueblo
guineano. Un hombre bueno, abierto y amante de la música no es compatible con
un régimen que se alimenta de muertos políticos.
El diplomático disfruta con
nuestra gente y creo, eso es lo que me parece que dice, ayudará a que
alcancemos nuestra ansiada paz y libertad.
Bienvenido, embajador David
Gilmour. Suerte en su trabajo y nuestros mejores deseos.