Ultimamente se están publicando gran cantidad de informes, algunos recogidos también por este blog, en los que se denuncia la falta de eficacia de las ayudas que reciben los países africanos a través de la llamada "cooperación al desarrollo", que están llevando a cabo un gran número de oenegés de diferente procedencia. Por otra parte, estamos constatando que en aquellos países con grandes recursos naturales, entro los que se encuentra Guinea Ecuatorial, no existe repercusión real de desarrollo y bienestar entre su población. Independientemente del robo descarado de las riquezas naturales, perpetrado por el dictador Obiang y su familia en nuestro país, los recursos procedentes de la cooperación, del petróleo y de otros bienes naturales, no son aprovechados para llevar un desarrollo estable y duradero entre las comunidades africanas.
Además, podemos comprobar qué paralelamente a la falta de desarrollo se da una carencia real de democracia, incluidos aquellos países "oficialmente" democráticos. Lo que sí está demostrado es que existe una relación directa entre democracia y desarrollo. Por tanto, se puede afirmar, que lo que falta en el fondo, es una preocupación real por parte de los gobernantes africanos respecto al desarrollo de sus diferentes pueblos y también por parte de la población, un escaso compromiso, o quizá una falta de estímulo, para implicarse en la creación de una sociedad en la que ella misma se encuentre representada.
Los efectos del colonialismo, del posterior neocolonialismo y de la continuación de regímenes dictatoriales implantados por los hombres fuertes, con el beneplácito y apoyo (en algunos casos) de las antiguas metrópolis, han llevado a la población africana a un estado de fatalismo, resignación e indolencia, que le imposibilita el poder liderar su propio progreso y su implicación en el desarrollo de la comunidad.
Africa ha perdido mucho tiempo, todo el tiempo que ha durado y sigue durando en muchos lugares la asfixia de la libertad y del freno a la iniciativa de su población. En el caso concreto de Guinea Ecuatorial, no sólo se han perdido 53 años con las dos dictaduras, sino que se ha retrocedido otro tanto más, desandando el camino de la formación y de la cultura, que en la última etapa de la colonización española se había iniciado con bastante éxito.
Por este motivo, todo acción de desarrollo sobre la población africana, bien a través de las oenegés o de los respectivos gobiernos, tiene que llevarse a cabo en el propio territorio y con la implicación directa de los mismos ciudadanos, tanto en la elección de los propios proyectos, como en el posterior desarrollo de los mismos. Si no se dan estas premisas, seguiremos permaneciendo postrados y completamente al margen del desarrollo.
Conscientes de esta situación, todas los planes del Partido del Progreso para Guinea Ecuatorial llevan siempre el sello del compromiso con la sociedad y con la participación ciudadana. Nuestro Partido, en una posible acción de gobierno, está comprometido en dotar a la ciudadanía de los elementos necesarios para poder llevar a cabo sus actividades, merced a una mejora de la educación, de la sanidad, de las infraestructuras, de la vivienda y de la energía.
Junto a estos puntos básicos de todo desarrollo, que comparte con la mayoría de las democracias modernas, aplicará la justicia social (pensiones no contributivas, ayudas a discapacitados, comedores escolares, etc.), como respuesta a las situaciones de emergencia económica, que ha venido padeciendo la mayoría de la población guineana.
Queremos destinar parte del dinero procedente del petróleo y de la cooperación a proyectos coordinados de desarrollo económico en el seno de la población, convenientemente distribuidos a lo largo de toda la geografía guineana (descentralizados) y convertir al pueblo en auténtico protagonista de su desarrollo.
Todos los guineanos estamos obligados a intensificar nuestra lucha para acabar con la opresión y la barbarie que nos coarta la libertad y frena nuestro desarrollo. El tiempo apremia, ya que la dictadura está dispuesta a acabar con los resortes vitales de los guineanos, impidiendo que reaccionemos y que nos sea cada vez mas difícil salir de esta situación.
Ante este sombrío panorama, nos vemos especialmente obligados a estar presentes en la manifestación del 12 de octubre en Madrid.