sábado, 9 de octubre de 2021

GUINEA ECUATORIAL: 12 DE OCTUBRE. EL FUTURO SE PUEDE TOCAR

Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

 


Hace 53 años, el 12 de octubre de 1968, se rompieron los lazos de Guinea Ecuatorial con España. Lo que pudo ser una historia cargada de esperanza se torno amarga y el relevo fue más catastrófico que lo que cabía esperar. El recién nombrado presidente, Francisco Macías, se ensañó con los españoles, pero también con los propios guineanos. Ejerció el poder más despóticamente que el peor de los Gobernadores Generales en época colonial y sumió al pueblo en una espiral de decadencia que se consumía a sí misma. Desde entonces, una pesadilla cargada de complejos y mal digeridos sentimientos de independencia han hecho de nuestro país un lugar extraño donde el violento, el egoísta y analfabeto manda sobre un pueblo sencillo, empobrecido y desamparado que sobrevive como puede.



En todo este sinsentido, en el pódium de los sátrapas más longevos y destacados, tenemos al ínclito Teodoro Obiang Nguema. Es más difícil hacerlo tan mal y durante tanto tiempo que medianamente bien. Estoy convencido que hemos dado con un verdadero plusmarquista en esto de repartir miseria.



Muchos fuimos expulsados para no volver, otros se adaptaron y hasta forman parte de la banda que detenta el poder y se enriquece de manera repugnante y escandalosa a costa de la pobreza general. Una gran mayoría sobrevive y hasta ve normal su triste calidad de vida. Con la inocencia de los niños, muchos piensan que no están llamados a disfrutar de las riquezas que atesora el país.

Son demasiados años de mal gobierno, de robo a manos llenas y de episodios bochornosos a todos los niveles. El tiempo va poniendo las cosas en su sitio. 53 años de tiranía ha dejado el país deshecho. Nadie se ha preocupado por dotarlo de buenas infraestructuras, centros educativos y gente preparada para asumir el reto de continuar con un legado de éxito. Más bien al contrario. Todo está por hacer.



El día 12 de octubre nos manifestaremos en las calles de Madrid lejos de una Guinea Ecuatorial que se independizó de España, pero también del pueblo. Lo que tenía que haberse convertido en un sueño se transformó en pesadilla.

Es una fecha simbólica y cargada de esperanza. Tenemos la oportunidad de cambiar el curso de la historia. Como siempre digo, está en nuestras manos. Si somos generosos y vemos nuestra Patria como lo que es, nos dará lo que necesitamos para hacer de Guinea Ecuatorial un país maravilloso donde ver crecer a las nuevas generaciones. No tenemos que ser títeres de ninguna potencia, ni herederos de los matones que durante tantos años han maltratado nuestra Nación. Debemos desprendernos de los complejos y abrazar el futuro con el compromiso de construir un país mucho mejor que el que tenemos.



Formamos parte de una comunidad internacional, la hispanidad, que nos abre muchas posibilidades. Nuestra cultura es tan singular que no vamos a pasar desapercibidos. Lo tenemos todo para construir el mejor país donde vivir.

Me gustaría que esta concentración sea la de la esperanza. Estoy convencido de que lo vamos a hacer bien. Tenemos que tener confianza en nuestro potencial como pueblo. No será fácil, pero es posible. Vamos a trabajar por cambiar las cosas para mejor. Tenemos un gran país y somos un buen pueblo. La experiencia de todo lo que hemos vivido, nuestra historia, nos ha de servir para saber por lo menos, lo que no debemos repetir.

Muchos lo han intentado y todos soñamos con una sociedad amable, justa y próspera. El sueño se puede hacer realidad si nos comprometemos a servir a nuestro pueblo, si nos desprendemos de los vicios y maneras de los que nos han gobernado hasta ahora. Desterremos la envidia, el robo, la corrupción y la violencia para alcanzar nuestra meta. Nos vemos en las calles para disfrutar de lo que nos une. Nos vamos a mirar a los ojos sabiendo que nos espera un trabajo que hemos de hacer entre todos. Este 12 de octubre tenemos una cita y ahí estaremos frente al Congreso de los diputados de España. Nos van a escuchar y nos van a entender. Nuestra voz llegará a Guinea Ecuatorial porque estamos con nuestro pueblo. Queremos poner punto y final a estas etapas sórdidas que tanto tormento nos han traído. Vamos a volver para juntos recuperar el tiempo perdido. El futuro está ahí, se puede tocar.