Cincuenta años de dictadura -a punto de cumplirse- son demasiados para
una sociedad, para un pueblo y para un país. Podemos pensar que la
dictadura ha sido para nosotros una maldición o una condena que no nos mereceríamos,
aun con ello, no deja de ser una realidad que ha inundado nuestras vidas, que
nos ha marcado y hasta conformado nuestra forma de ser y pensar. También, es bien
cierto, que somos nosotros los que tenemos la responsabilidad de rechazarla, romper sus
ataduras, y acabar con
ella.
Durante muchos años Obiang ha estado campando a sus anchas. Fue
el personaje del momento en Africa. Todos se rendían ante su dinero. Apoyado
por una multitud de lobbys, bien pagados, se consideraba invencible. Eran tiempos
de plomo para la oposición, que no se encontraba segura ni en el exilio
español, solo hay que ver como ha sido tratado aquí en España el opositor mas
temido por Obiang. En el libro sobre la vida en el exilio de Severo Moto,
A LA SOMBRA DEL ELÓN, están las claves de como Obiang, utilizando ingentes
cantidades de dinero robado a su pueblo, compraba voluntades de políticos y
otros personajes importantes, con el objetivo de desprestigiar a Severo Moto,
cortarle todo tipo de ayuda -se perseguía a los empresarios dispuestos a
apoyarle- encarcelarlo y, sobre todo, tenerlo alejado de su pueblo, impidiendo
que pudiera volver a Guinea Ecuatorial.
En estos momentos estamos comprobando, con satisfacción, como casi la totalidad de la opinión pública y la mayoría de países e instituciones, procesan un profundo rechazo al dictador y hacia el clan que lo apoya y sostiene. Estamos asistiendo al desenlace final, como el de todas las dictaduras: una espiral de nerviosismo y violencia, que precede a su punto final, a su desaparición. Podemos aplicar ese dicho castellano, que en sentido figurado advierte: "se ha abierto la veda -contra Obing Nguema- y los cazadores han sacado sus escopetas dispuestos a disparar".
Obiang ahora se ha convertido en el punto de mira de todos, digamos que ha perdido la "gracia", porque por fin han descubierto sus engaños. Es un personaje caído, al que le están abandonando todos los que antes le apoyaban. Aquellos que le han estado sacando el dinero, ahora huyen de él como de un amigo molesto, como si se tratase de un apestado. Su torpeza, su estulticia y sobre todo, su gran maldad, le está llevando a una total soledad y sobre todo, le hará pasar a la historia como el gran mentiroso, el farsante y el despiadado asesino.
¡¡Como cambian las cosas¡¡. Mientras él está decrépito y enfermo, y su imperio se desmorona, su eterno opositor, Severo Moto, al que ha querido siempre aniquilar, cuenta con una salud envidiable y un gran partido, el Partido del Progreso, que está liderando un proyecto común de retorno de todos los exiliados y además, dispuesto a democratizar guinea ecuatorial, -cosa que al dictador nunca se le pasó por la cabeza- convirtiéndola es un estado democrático y de derecho.
Todas las democracias que han surgido de una dictadura, han
sido consecuencia del total derrumbe del antiguo régimen, en my pocas
ocasiones han aparecido por la evolución de la propia
dictadura hacia la democracia. Y aquí está el peligro para Guinea
Ecuatorial, la posibilidad de un nuevo 3 de Agosto -un golpe de mano de
su clan- que volvería a instalar en el poder a otro hombre fuerte,
dispuesto a cubrir con el manto de la impunidad al resto de integrantes del
clan.
Y, ¡cuidado con Teodorín¡, que sigue ocupando cada vez mas
parcelas de poder. Después de ver las torturas, las represiones y muertes con
las que se está despachando el régimen, no es difícil descubrir detrás de
ellas la mano asesina de Teodorín. Así que el niño tonto ya está
apuntando maneras.
En el Partido del Progreso seguimos machaconamente apostando por
la democratización de Guinea Ecuatorial mediante el correspondiente proceso de
transición, llevado a caba con todos los actores. Todos los que han sido
expulsados por la dictadura deben de retornar, si lo desean, para estar
presentes en la construcción del nuevo estado democrático y de
derecho. Hasta el propio dictador, si fuera inteligente, debería favorecer
este proceso de transito a la democracia. Una nueva etapa en la que el
único vencedor sería el pueblo guineo en su conjunto.