Redacción El Confidenciall
Es posible que alguno piense que el título con el que iniciamos esta nueva entrega es demasiado categórico o atrevido. No hay mas que echar una mirada atrás y refrescar la memoria sobre la tragedia que ha estado viviendo nuestro país desde su independencia, de la que pronto se cumplirán 50 años, para descubrir la verdad que encierra esta aseveración.
Los dos brutales dictadores que hemos estado padeciendo -con la indiferencia de los grandes países democráticos-, han acabado con todos los valores intelectuales del país, bien por los asesinatos masivos, que llevaron a cabo Macías y Obiang, o por la marcha al exilio de los que se pudieron zafar de las garras de estos dos grandes asesinos -tío y sobrino-.
Está claro que los grandes valores, al menos los comprometidos políticamente, no se encuentran dentro de Guinea Ecuatorial. Aquellos que no fueron purgados y pudieron quedarse dentro del país; unos decidieron pasarse directamente a la dictadura, otros guardar silencio y no significarse políticamente y otros decidieron, jugar a un doble juego: mientras anunciaban su compromiso con la democracia y la libertad, participaban en las elecciones fraudulentas que ha ido llevando a cabo la dictadura, a cambio de dinero y protección.
El conjunto de hombres y mujeres que han querido vivir su libertad en el exilio, aunque este estuviera plagado de sufrimientos y privaciones, suponen la fuerza necesaria y capaz de revertir la situación a la democracia en Guinea Ecuatorial. Entre ellos se encuentran buenos profesionales -muy cualificados o poco cualificados-, que han salido para buscar un futuro mejor para sus familias. Se encuentran, además, los políticos opositores, que han decidido presentar batalla a la dictadura desde su exilio y, a pesar de las grandes dificultades económicas que han tenido que soportar, nunca han sucumbido a los "regalos" envenenados de Obiang. Por último, un nutrido grupo de activistas no adscritos a partidos, comprometidos en la lucha por la libertad y la dignidad de nuestro pueblo.
Conseguir que estos valores puedan retornar a Guinea Ecuatorial para poder ejercer sus actividades civiles, económicas y políticas, a la vez que supondría el justo resarcimiento y el homenaje a su inquebrantable lucha contra las dictaduras, nos proporcionará una segura transición a la verdadera democracia. Una transición entre todos y para todos, no una pantomima de democracia solo entre los privilegiados que se encuentran dentro del país, en la que se excluye a la mayoría.
Cuanta razón lleva uno de estos valientes activistas, que en un post ha elaborado una lista de todos aquellos opositores políticos y activistas que nunca se habían dejado comprar por Obiang. Los buenos hijos de Guinea Ecuatorial, saben bien que sin dignidad, sin memoria y sin justicia, jamás saldremos de la postración en la que nos encontramos. http://geconfidencial.blogspot.com.es/search?q=retorno+en+libertad
Pocas veces hemos oído la voz de estos que hacen política dentro del país, para pedir el retorno en libertad de los exiliados. Solo hemos recibidos sus propuestas -"de la mano de Obiang"- para que regresemos, sin amnistía y sin libertad, a comer en la "cosina" que nos proporcionaba el dictador, a cambio de abandonar nuestra lucha por la libertad y la democracia de nuestro pueblo. Otros se han dedicado a engañar a nuestros indefensos militantes del interior, para pasarlos a sus filas, aludiendo a un pacto, no existente, con Severo Moto.
Pongamos las cartas sobre la mesa y asumamos la situación con valentía. Impidamos que la dictadura se pueda renovar y encaremos el pos Obiang con una sola meta: que el pueblo sea el que elija a sus gobernantes, sin engaños, sin coacción y en total libertad y transparencia.
Este es, a nuestro juicio, en único camino.