Por Severo-Matías
MOTO NSA (“NKUÁ ELON”), Presidente del Gobierno en el Exilio del Partido del
Progreso de Guinea Ecuatorial.
Todavía quedan, casi,
diez meses para que se apaguen las tibias luces del viejo año 2017; aún tenemos
que andar nueve largos meses, para que cerremos las viejas compuertas raídas de
los 50 años de nuestra independencia, para que, vestidos de nuevas túnicas
talares de libertad, democracia y desarrollo, encendamos los brillantes faroles
del nuevo año y del nuevo cincuentenario de nuestra independencia en LIBERTAD.
En nueve meses, es
tan fácil preparar ese encendido de nuevos faroles para iluminar el nuevo año y
el nuevo cincuentenario, para la LIBERTAD y el DESARROLLO de Guinea Ecuatorial,
como fácil fue caer en el abismo de una independencia, en nueva ESCLAVITUD y
RETRASO.
Si la buena VOLUNTAD
y la LEY, fueron capaces de llevarnos hasta los finales de la COLONIA; si la
buena voluntad y la ley nos condujeron por los florecientes caminos de las
PROVINCIAS; si la buena voluntad y la Ley nos encumbraron a la envidiada y hoy
añorada AUTONOMÍA; La gran falta y vacío de buena voluntad y la larga ausencia
de LEY, han conducido a nuestro país al actual desastre nacional, donde, en 50
años, han brotado, como en tierra feraz, todo hierbajo de maldad que, por otra
parte, era de esperar, en un terreno yermo (desierto) de buena voluntad y vacío
de Ley.
1.- LA VIOLENCIA,
instrumento connatural al ser humano; solo refrenada y suavizada con la
enseñanza, la formación, la preparación, la educación y la capacitación de los
seres humanos. El ser humano que no haya pasado y haya sido afectado por esa
criba de formación (sea por falta de oportunidad, sea por negligencia y pereza,
sea incluso por imposición –como ha sucedido en los 50 años de independencia de
Guinea Ecuatorial- usa la violencia como única tabla de salvación en la vida.
Cuando la violencia (fruto de la ausencia de otros medios humanos y de
formación, se instala en el Poder, en el Gobierno, en el País, durante 50 años,
tenemos por ejemplo de Guinea Ecuatorial, en manos de Macías y de Obiang
Nguema.
a) La violencia como
legítima autodefensa y medio de supervivencia, conduce necesariamente a actuar
a ciegas; sin razonamiento, sin análisis de las consecuencias. Solo confiado en
la fuerza bruta que te ha dado la naturaleza. En esa violencia se basan quienes
en Guinea Ecuatorial fundan y lideran partidos políticos, solo por la sola
razón de la violencia: ¡¡¡YO TAMBIEN SOY UN MACHO como los demás!!!”
A esa violencia se
asocian, automáticamente frases que tanto se oyen en estos 50 años de
independencia en Guinea Ecuatorial dichas por autoridades: ¿TÚ QUE TE CREES;
QUE ERES MÁS QUE TODOS? O esa otra que tanto se oyó en el frustrado intento de
normalización política y democrática (1992-1996) en el seno de la P.O.C. y que
nos llegaban precisamente de España…: “¡¡¡ES QUE SE CREE EL LIDER MÁS
CARISMÁTICO!!!”. Frases lapidarias lanzadas precisamente contra quienes se
mostraban más solidarios y generosos, políticamente con las demás formaciones.
(En una cobarde aplicación del refrán “El perro del hortelano” Ni come porque
está atado e imposibilitado; ni deja comer, por que aplica la violencia
mezclada con la ENVIDIA…
Una nueva generación
de guineo ecuatorianos debe nacer; no, de ningún vientre humano nuevo, sino de
la conciencia de la sociedad actual. No es un problema de VIEJOS, aferrados al
miedo y ejercicio de la VIOLENCIA, ni de los JÓVENES contagiados por la
violencia que practica y aconseja el poder de Obiang Nguema y sus apoyos; sino
de viejos, escarmentados y conscientes de que hay que poner fin a la VIOLENCIA,
y jóvenes que la deben considerar nefasta para la construcción de una sociedad
de futuro. Hay que entrar y comenzar los nuevos 50 años de independencia de
nuestro país, con ánimo y corazón serenos; para construir la nueva República.
Para lo cual no hay que tener vergüenza ni miedo ni arrepentimiento en llenar
nuestros pulmones de aire revolucionario para seguir gritando, cada vez más
fuerte: “¡¡¡OBIANG, VETE YA!!!”