LA FUERZA DEL PARTIDO DEL PROGRESO
La caída estrepitosa del Comunismo y la total devaluación del socialismo, ideologías que han llevado a muchos naciones a la mayor de las decadencias , tanto en lo económico, como en lo social, han dejado expedito el camino al liberal-capitalismo imperante, que tampoco ha cumplido con las expectativas de solidaridad, equilibrio económico y estabilidad, que nuestra sociedad está demandando.
De otra parte, la crisis económica que azota al conjunto de las economías occidentales, ha sido provocada por una pérdida de valores morales. Muchos agentes económicos, llevados por la avaricia, se han saltado todas las normas éticas y de control, con el objetivo de enriquecerse fácilmente.
En la mayoría de las sociedades avanzadas que conocemos, los diferentes partidos, tanto de centro-izquierda, cómo de centro-derecha, aceptan un modelo económico universalmente compartido, en cuya aplicación existe muy poco margen de maniobra y al final las diferencias son mínimas entre un gobierno y otro. La gran diferencia está en los valores, en aquellos que inspiraron a las democracias europeas posteriores a la II Guerra Mundial: el espíritu de solidaridad, la familia, la cohesión social, la justicia social y la educación.
El Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, que este mes cumplirá 28 años, nació en el seno de la comunidad guineana,una sociedad sumida en la discriminación y en la miseria, con la desesperanza añadida de no ver futuro ni económico, ni político. Durante este largo periodo de tiempo transcurrido, este partido ha supuesto para su pueblo la única esperanza, aceptando correr la misma suerte que éste, teniendo como compañeros de camino, junto a las dificultades económicas, la larga mano persecutoria de Obiang y el aislamiento por parte del Gobierno Español.
El PPGE está llamado a llevar la reconciliación al pueblo guineano, desterrando para siempre, el odio, el rencor y las grandes injusticias, que durante los cerca de 43 años de dictadura, se han estado cometiendo. Su ideario democristiano, va a permitir la introducción de la democracia y el desmantelamiento de un estado de corte soviético, que a estas alturas, aún pervive en Guinea Ecuatorial.
En su ideario económico, aboga por la economía social de mercado y por la capacidad emprendedora de la iniciativa privada y su contribución a una economía, cada vez más globalizada. Nuestro enfoque no encaja ni en el laisser-faire ni en la intromisión estatal. La función del gobierno, para el PP, es favorecer la estabilidad macroeconómica, desarrollar políticas fiscales y de bienestar que fomenten la independencia -no la dependencia-, dotar a los ciudadanos de los elementos necesarios para poder trabajar, merced a una mejora de la educación y de las infraestructuras, y apoyo a la empresa, especialmente a las industrias de futuro, basadas en el conocimiento.
Junto a estos principios económicos, compartidos con las principales democracias modernas, aplicará la justicia social para reparar las situaciones de marginación económica, que ha venido padeciendo la mayoría de la población guineana, en favor de una elite privilegiada. Aquí reside la gran diferencia del PP respecto al resto de partidos: su humanismo cristiano, los principios y valores inspirados por el cristianismo puestos al servicio de la sociedad, para transformarla, haciéndola más humana, más democrática y más justa.
Juan Cuevas
