La Izquierda y la Derecha española disfrutando de su amistad con el sátrapa. Foto de archivo
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Phillip J. Crowley, ha calificado de "dictador" al presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, y ha denunciado el "desastroso" historial en Derechos Humanos del régimen de Malabo. En respuesta, el Gobierno guineano ha expresado su "firme apoyo a los Derechos Humanos" y ha invitado a los responsables norteamericanos a visitar el país para "comprobarlo 'in situ'".
Con total cara dura y absoluto desprecio por la realidad que viven miles de guineanos dispersos por todo el mundo, el sátrapa, Teodoro Obiang Nguema, reta y planta cara a la administración estadounidense.
En un artículo publicado el pasado 30 de diciembre por el diario 'The New York Times', Crowley arremetió contra el ex consejero de la Casa Blanca y actual responsable de una importante empresa de 'lobby', Lanny J. Davis, entre cuyos clientes figuran el presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, y el "dictador de Guinea Ecuatorial". "Es un hecho que el presidente Obiang tiene un historial desastroso en Derechos Humanos", escribió el portavoz del Departamento de Estado. Es un hecho", insistió.
No cabe ninguna duda que los Derechos Humanos se conculcan, con absoluta impunidad, en el territorio controlado por esta banda armada. Ahí están las cárceles, las comisarias y toda una panoplia de estructuras del terror. Los norteamericanos deberían hacer como cuando procedieron contra la banca que blanqueaba dinero sospechoso y de actividades delictivas y criminales y obligar a estos “lobbies” a que asuman su responsabilidad de “blanquear la criminal acción de un tirano como Obiang a golpe de talonario”.
En respuesta a estas afirmaciones, el Ministerio de Información de Guinea Ecuatorial emitió este lunes un comunicado en el que asegura que el presidente Obiang "se ha mantenido siempre firme en su apoyo a la defensa de los Derechos Humanos". A lo que le ha faltado decir que su gobierno se ha caracterizado por un desarrollo educativo amplio e universal y que sus jóvenes gozan de unas perspectivas de futuro acorde con el potencial económico del país. Es un insulto para cualquier observador (no hace falta que conozca mucho de Guinea Ecuatorial) decirle o asegurarle que en esta República africana se respetan los Derechos Humanos. No se puede ser tan cínico y tan irresponsable. La sanidad es un caos y las infraestructuras brillan por su ausencia. Solo se trabaja a favor de los miembros de la banda y sus acólitos. El descontrol es total y la violencia, pura y dura, es ejercida de manera sistemática por los matones del régimen. ¿Estos son los Derechos Humanos de los que se jactan estos pistoleros?
Esa "firme" defensa de los Derechos Humanos se ha verificado "desde el mismo 3 de agosto de 1979, día del Golpe de la Libertad, en el que él mismo encabezó la histórica revuelta que acabó precisamente con el auténtico genocidio que había desangrado a nuestro Estado, ante la total pasividad de la comunidad internacional", añadió, olvidándose de los miles de exiliados, los presos políticos, los desterrados o lo que es peor, los asesinados. No hace falta recordar los últimos y ultrajantes homicidios cometidos en agosto del año pasado contra cuatro disidentes que fueron secuestrados y acribillados a balazos y antes torturados de manera enfermiza y enajenada. Esa es la firme defensa y determinación de este sujeto criminal que detenta el poder en Guinea Ecuatorial.
Tras ponderar el "radical desarrollo" económico y de Derechos Humanos que vive el país desde el descubrimiento del petróleo en 1996, gracias a las políticas de Obiang --que han beneficiado a "empresas estadounidenses", precisa el comunicado--, el Gobierno invita "a Phillip J. Crowley, a representantes de otras instituciones democráticas de Estados Unidos, así como a otros observadores independientes", a que visiten el país y puedan comprobar 'in situ' "las pruebas evidentes de estas transformaciones".
Una magnífica oportunidad se abre para Guinea Ecuatorial y los, hoy, súbditos del sátrapa. Podría ordenar el fin del cautiverio de los cientos de detenidos y que no han cometido más delito que pensar que hay otra manera de ejercer el poder. Podría, ya de paso, abrir la posibilidad de que puedan regresar los miles de exiliados, emigrados o desterrados para que participen en “el radical desarrollo” de su propio país. Eso sí, con la garantía de que no serán apaleados por los TonTom Macutes y los brutales sicarios del dictador o que no serán tiroteados o masacrados cuando lleguen a sus hogares… si aún tienen hogares y no se lo ha quedado algún familiar del déspota. Por último, que mejor demostración de magnanimidad que permitir un proceso electoral limpio, transparente y monitorizado por la Naciones Unidas para demostrar su compromiso con el futuro de nuestro pueblo. Obiang, eres un criminal y un delincuente y ya no hay dinero que pueda tapar tanta miseria moral y tan miserable forma de gobierno.
Fuente: Agencias y propia