Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
En la vasta narrativa de la historia política global, las transiciones de regímenes autoritarios hacia sistemas democráticos han sido momentos cruciales que han transformado sociedades enteras. Guinea Ecuatorial, una nación rica en recursos naturales y cultura, no es ajena a este fenómeno. Con un pasado marcado por la dictadura, el país ahora se encuentra en un punto de inflexión, navegando hacia un futuro que busca la implantación de la democracia. Esta transición no solo representa un cambio político, sino también una oportunidad para desencadenar una serie de beneficios transformadores para su gente y su desarrollo.
Participación Ciudadana y
Representación: Uno de los pilares fundamentales de la democracia es la
participación ciudadana en el proceso político. Con la transición hacia un
sistema democrático, los guineanos van a tener la oportunidad de involucrarse
activamente en la toma de decisiones que afectan sus vidas y el futuro de su
nación. A través de elecciones libres y justas, se garantiza la representación
de la diversidad de voces y perspectivas dentro de la sociedad.
Estado de Derecho y Derechos
Humanos: La democracia promueve el respeto por el Estado de Derecho y los
derechos humanos fundamentales. En un sistema democrático, estableceremos
instituciones y mecanismos para proteger los derechos individuales y garantizar
la igualdad ante la ley. Esto incluye la protección de la libertad de
expresión, la libertad de prensa, el derecho a un juicio justo y la prohibición
de la tortura y el trato inhumano. La transición hacia la democracia en Guinea
Ecuatorial va a significar un importante avance en la protección de los
derechos humanos y el fortalecimiento del Estado de Derecho.
Estabilidad Política y
Económica: La democracia proporciona un marco político estable que fomenta
la confianza de los inversores y promueve el desarrollo económico sostenible.
Con instituciones democráticas sólidas y un gobierno transparente y
responsable, se crea un entorno propicio para la inversión extranjera y el
crecimiento económico. Además, la estabilidad política derivada de un sistema
democrático reduce la incertidumbre y el riesgo político, lo que puede atraer
aún más inversiones y contribuir al bienestar económico de la población.
Pluralismo y Diversidad:
La democracia fomenta el pluralismo político y la diversidad de opiniones, lo
que enriquece el debate público y promueve la innovación y el progreso. En
Guinea Ecuatorial, la transición hacia la democracia abrirá espacios para el
florecimiento de una sociedad civil vibrante, donde diferentes grupos y
organizaciones puedan expresar sus ideas y trabajar juntos hacia objetivos
comunes. Este intercambio de ideas y valores contribuye a la construcción de
una sociedad más inclusiva y resiliente.
Legitimidad y Gobierno
Responsable: En última instancia, la democracia se basa en el
consentimiento de los gobernados y en la rendición de cuentas de los
gobernantes. Al pasar de una dictadura a un sistema democrático, el gobierno de
Guinea Ecuatorial ganará legitimidad a los ojos de los guineanos y de la
comunidad internacional. Además, los líderes electos estarán obligados a
responder ante todos nosotros y a trabajar en beneficio del interés público,
promoviendo así un gobierno más transparente, eficiente y responsable.
Mi reflexión final es, la
transición hacia la democracia en Guinea Ecuatorial no solo representa un
cambio político, sino también una oportunidad para desencadenar una serie de
beneficios transformadores para nuestra sociedad y el desarrollo. Desde una
mayor participación ciudadana hasta la protección de los derechos humanos y el
fomento de la mejora económica, la democracia ofrece un camino hacia un futuro
más justo, próspero y libre para todos los guineanos. Aunque el camino puede
ser desafiante, los frutos de este viaje hacia la democracia son sin duda
valiosos y dignos de ser perseguidos.
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