Por Armengol Engonga Ondo.
Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
En la búsqueda del progreso y la estabilidad, Guinea Ecuatorial se encuentra en una encrucijada crucial: la consolidación de un Estado de derecho sólido.
Este concepto, fundamental para
el funcionamiento justo y equitativo de cualquier sociedad, no solo garantiza
la igualdad ante la ley, sino que también establece las bases para la
convivencia pacífica y el desarrollo integral de un país.
En el Partido del Progreso
pensamos que el Estado de derecho debe ser de todos los guineanos,
independientemente de su estatus social, económico o político. Para nosotros es
muy importante el que todos seamos iguales ante la ley. Esta premisa es
fundamental para la construcción de una sociedad justa y equitativa, donde cada
individuo tenga la misma oportunidad de acceder a la justicia y de disfrutar de
sus derechos fundamentales. En Guinea Ecuatorial, esto implica un cambio
significativo en la forma en que se aplican las leyes y se administran los
recursos del país.
Cuando se establece un Estado de
derecho sólido, se sientan las bases para la igualdad de oportunidades para
todos los ciudadanos. Esto significa que cada persona, sin importar su origen
étnico, género o condición socioeconómica, tiene la posibilidad de alcanzar su
máximo potencial. En un ambiente donde se respeta el Estado de derecho, se
fomenta la meritocracia y se eliminan los obstáculos que impiden el desarrollo
personal y profesional de los individuos.
Además, un sistema legal y
normativo eficaz es fundamental para atraer la inversión extranjera. Las
empresas y los inversionistas, tanto nacionales como internacionales, buscan
operar en entornos donde exista seguridad jurídica y predictibilidad. Un Estado
de derecho sólido garantiza la protección de los derechos de propiedad, el
cumplimiento de los contratos y la resolución justa de disputas, lo que crea un
ambiente propicio para la inversión y el crecimiento económico sostenible en
todos los sectores.
Por otro lado, la existencia de
leyes claras y bien aplicadas contribuye a la reducción de los niveles de
corrupción. La corrupción, un verdadero cáncer que socava el tejido social y
económico de cualquier nación, encuentra en la falta de un Estado de derecho un
terreno fértil para su proliferación. Sin embargo, cuando las leyes son
aplicadas de manera justa e imparcial, se establecen mecanismos efectivos para
prevenir, anular y castigar la corrupción, lo que beneficia tanto al bien común
como al interés general de la sociedad.
Para finalizar este artículo me
gustaría resaltar las ideas fundamentales en las que estamos trabajando, la
importancia del Estado de derecho en Guinea Ecuatorial no será subestimada. Estamos
convencidos que garantizar la igualdad ante la ley, promover la igualdad de
oportunidades, atraer inversiones extranjeras y combatir la corrupción,
construimos un Estado de derecho sólido que sienta las bases para el desarrollo
integral y sostenible del país. Será imperativo que las autoridades y la
sociedad en su conjunto trabajen juntas para fortalecer las nuevas instituciones
democráticas y garantizar así el pleno cumplimiento de los principios del
Estado de derecho en beneficio de todos los guineanos.