Hace poco escribí que, el Partido del Progreso estima que el papel de los habitantes de Guinea Ecuatorial es primordial. Estamos trabajando para construir una sociedad libre en la que el individuo pueda disfrutar de su vida con garantías y libertad. Es por eso, que el papel del ciudadano sea de vital importancia para el funcionamiento y el progreso de nuestro país.
Lamentablemente nada de esto se
podrá hacer mientras compañeros, compatriotas nuestros, estén en las cárceles o
sigamos en el exilio tantos miles de guineanos. En el Partido del Progreso nos
hemos expresado con absoluta claridad: “El régimen no puede seguir pisoteando
los derechos de la gente ni utilizar los resortes del Estado para aniquilar
opositores o cerrar bocas a base de culatazos y machetes”. Tenemos que acabar
con tanta desproporción, con semejante injusticia e impotencia.
La integración de los disidentes
y exiliados en una transición democrática es un tema complejo y delicado, como
todos sabemos y que requiere de un análisis histórico, político y social. No
hay una fórmula única ni una receta mágica para lograrlo, pero se pueden
extraer algunas lecciones de las experiencias pasadas y presentes. Aunque lo
primero que tenemos que conseguir es que los que manejan el uso de la violencia
en Guinea Ecuatorial se avengan a sentarse en una mesa sin que manden las
pistolas ni los golpes.
En nuestra formación política tenemos
personas que buscan soluciones y que escriben informes con sus deliberaciones y
maneras de resolver los problemas. De sus trabajos he extraído algunas de sus
sugerencias. No me cabe la menor duda de que hay otras muchas y que seguramente
me dejaré ideas maravillosas en el tintero. Estas anotaciones sencillamente
quieren rendir homenaje a todos los que están comprometidos con la transición y
aportan lo mejor de ellos mismos para que esta sea posible.
Cuando les he pedido a mis
compañeros que piensen en el día en el que tendremos que ofrecer soluciones a
nuestra gente, encima de la mesa me he encontrado con ideas muy interesantes.
·
La importancia de la “reconciliación
nacional” y el “reconocimiento de las víctimas” del régimen
dictatorial. Esto implica la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación
para los afectados por la represión, la violencia y el exilio. También implica
el respeto a la diversidad de opiniones y la tolerancia a la disidencia. Un
ejemplo de este proceso fue la “Ley de Amnistía” de 1977 en España, que
permitió el retorno de miles de exiliados políticos y el fin de los procesos
judiciales contra los opositores al franquismo. Esto, obviamente, es más que
posible.
·
La necesidad de una “reforma institucional”
y una “renovación de las elites políticas”. Esto supone la
transformación del sistema legal, administrativo y electoral para garantizar la
participación, la representación y la transparencia. También supone la apertura
de espacios para el surgimiento de nuevos actores políticos y sociales que
reflejen las demandas y expectativas de la ciudadanía.
·
La conveniencia de una “concertación social”
y un “diálogo plural” entre las diferentes fuerzas políticas y sociales.
Esto implica la búsqueda de consensos, pactos y acuerdos que faciliten la
gobernabilidad, la estabilidad y la legitimidad del nuevo régimen democrático.
También implica el respeto a los derechos humanos, las libertades fundamentales
y el Estado de derecho. Algo en lo que estamos más que preparados y listos para
hacer. Guinea Ecuatorial tiene buenos políticos, capaces de llegar a acuerdos y
de establecer normas que todos hemos de cumplir. Estoy convencido. Pero para
eso no debe quedar ningún disidente en la cárcel.
·
Hay que trabajar para conseguir la relevancia de
una “educación cívica” y una “memoria histórica” que promuevan
una cultura democrática y una identidad nacional inclusiva. Esto implica la
difusión de los valores, principios y normas que sustentan la democracia, así
como el conocimiento crítico del pasado autoritario y sus consecuencias.
También implica el reconocimiento de la diversidad cultural, lingüística y
territorial del país. Guinea Ecuatorial es diversa, pero todos hacemos nuestro
país. Salimos de una colonización y nuestra “independencia” han sido dos
terribles e inoperantes tiranías. Podemos salir de este bucle y lo vamos a
conseguir entre todos.
Está en nuestras manos. La
dictadura tiene que facilitar la transición. Esto no es y no debe ser una guerra.
Busquemos fórmulas para encontrarnos. El pueblo de Guinea Ecuatorial ya es
mayor de edad y puede luchar por su futuro. No hay vuelta atrás.