Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del
Progreso de Guinea Ecuatorial
Los ciudadanos, en mi
opinión, han de tomar también la iniciativa y conformar una sociedad crítica y muy
exigente con aquellos que trabajan para la Administración del Estado.
La dictadura va a caer y habrá
que llenar ese hueco. Está claro que los políticos que aspiramos a dirigir los recursos públicos no podemos condenar a los guineanos a una
situación peor de la que vienen. En la antigua Grecia solo votaban los
ciudadanos, aquellos que estaban dispuestos a sacrificarse por Atenas y su
gente. Los que esperaban que se lo dieran todo hecho no tenían el derecho a
participar en política. Hoy con el sufragio universal, por el que luchamos
todos, no hay discriminación de ningún tipo y las elecciones democráticas es un
derecho general. Vale lo mismo el voto de una persona comprometida que el de aquel que le da todo igual.
En el Partido del Progreso
apostamos y vamos a estimular la participación efectiva de todos los
ciudadanos. Los vecinos han de luchar por sus barrios, las familias por sus
hijos, los policías por la paz social y los funcionarios por resolver los
problemas de aquellos que lo necesiten.
Tenemos que acabar con la
corrupción, el desprecio o la falta de atención de los servidores públicos a la
hora de ejercer sus funciones. Vamos a trabajar por una sociedad responsable y
educada. La eficacia se nota cuando el grado de satisfacción de la ciudadanía
es alto. Es muy importante que si vas a una comisaria los agentes te atiendan
con profesionalidad y eficacia. Los niños tienen que aprender en las escuelas,
son el futuro de Guinea Ecuatorial. La sanidad tiene que funcionar como un
reloj, atendiendo las necesidades urgentes y formando parte de un plan de
prevención de enfermedades que hará más sana a toda la población. Tenemos el
deber de no abandonar a las personas que peor lo están pasando, hay que estar con los que no
cuentan con recursos suficientes para vivir o con los que sufren alguna discapacidad. Un pueblo que
se cuida y respeta, tiene más futuro que el que da la espalda a los problemas. No me quiero olvidar de nuestros mayores.
Aquellos que dieron la vida por nosotros, nuestros padres ancianos, no pueden
ser excluidos de la reconstrucción de Guinea Ecuatorial. Su voz y su
experiencia ha de tenerse en cuenta para avanzar sin complejos.
En el artículo anterior hablé del
trabajo en equipo. Los del Partido del Progreso sabemos que no hay
compartimentos estancos. Todos vivimos en el mismo mundo. No puede haber buena
sanidad si no hay unas buenas obras de saneamiento que neutralicen enfermedades
como por ejemplo el paludismo. Necesitamos una buena Administración de Justicia
que no dependa de los caprichos de una tirano, dictador o sátrapa. Para que la
Justicia funcione, aparte de sus jueces, abogados, fiscales y funcionarios;
hace falta que el Parlamento, el Poder Legislativo, redacte normas, leyes y protocolos que hagan la vida de los ciudadanos más fácil y efectiva. Debemos
trabajar para nosotros y construir una sociedad que se enfrente a los problemas
con eficacia.
Estoy muy orgulloso de los directivos del Partido del Progreso.
Hemos diseñado entre todos fórmulas para
enfrentarnos con solvencia a los problemas que afectan a nuestro país.
Queremos que una generación bien
formada sea el relevo en un país que cree en el futuro. Aspiramos a que montar un
negocio no sea una misión imposible y que se puedan crear puestos de trabajo dignos y de
calidad. Guinea Ecuatorial tiene que empezar a industrializarse y no depender
siempre de los demás. Queremos revitalizar nuestros pueblos y cuidar con mimo la belleza natural
que atesoramos.
Guinea Ecuatorial va a vivir una
explosión de crecimiento en el momento en que nos esforcemos por hacer una
transición de la dictadura a la democracia eso sí: de una manera civilizada y sin
violencia.
Los guineanos no quieren quemar
casas, ni perseguir a gente del régimen, como ellos nos han perseguido. Los
guineanos, por lo menos los del Partido del Progreso, queremos la fiesta en
paz. No creemos que el odio resuelva nada y no vamos a participar en cacerías
que avergüenzan a los pueblos. Nuestra apuesta es por una transición ordenada,
participativa, pacífica y apoyada por la comunidad internacional.
Está en nuestras manos y sabremos
dirigir esta transición sin traumas. Muchos políticos hemos asumido el reto de
llevar a nuestro país a la órbita de las naciones modernas, desarrolladas y
civilizadas. Trabajemos por el futuro y seamos generosos con nuestros rivales.
El régimen nos ha negado el pan y la sal, pero su tiempo se acaba. Espero que
les quede algo de racionalidad y no nos lleven a un enfrentamiento gratuito y
doloroso. Estamos más que preparados para tomar el timón de la nueva sociedad
que está a punto de llegar.