sábado, 10 de diciembre de 2022

GUINEA ECUATORIAL: LA NUEVA SOCIEDAD

Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial



Cuando me reúno con la gente del partido siempre llevo en la cabeza aquella frase que aprendí de pequeño en la escuela: “no le pidas a tus compañeros lo que tú no estes dispuesto a hacer”. No hemos venido a servirnos de los demás y mucho menos a estafarlos o a perderles el respeto. Los políticos que están por llegar han de tener muy claro que su responsabilidad es la de estar al servicio de la nación.




Los ciudadanos, en mi opinión, han de tomar también la iniciativa y conformar una sociedad crítica y muy exigente con aquellos que trabajan para la Administración del Estado.

La dictadura va a caer y habrá que llenar ese hueco. Está claro que los políticos que aspiramos a  dirigir los recursos públicos no podemos condenar a los guineanos a una situación peor de la que vienen. En la antigua Grecia solo votaban los ciudadanos, aquellos que estaban dispuestos a sacrificarse por Atenas y su gente. Los que esperaban que se lo dieran todo hecho no tenían el derecho a participar en política. Hoy con el sufragio universal, por el que luchamos todos, no hay discriminación de ningún tipo y las elecciones democráticas es un derecho general. Vale lo mismo el voto de una persona comprometida que el de aquel que le da todo igual.



En el Partido del Progreso apostamos y vamos a estimular la participación efectiva de todos los ciudadanos. Los vecinos han de luchar por sus barrios, las familias por sus hijos, los policías por la paz social y los funcionarios por resolver los problemas de aquellos que lo necesiten.

Tenemos que acabar con la corrupción, el desprecio o la falta de atención de los servidores públicos a la hora de ejercer sus funciones. Vamos a trabajar por una sociedad responsable y educada. La eficacia se nota cuando el grado de satisfacción de la ciudadanía es alto. Es muy importante que si vas a una comisaria los agentes te atiendan con profesionalidad y eficacia. Los niños tienen que aprender en las escuelas, son el futuro de Guinea Ecuatorial. La sanidad tiene que funcionar como un reloj, atendiendo las necesidades urgentes y formando parte de un plan de prevención de enfermedades que hará más sana a toda la población. Tenemos el deber de no abandonar a las personas que peor lo están pasando, hay que estar con los que no cuentan con recursos suficientes para vivir o con los que sufren alguna discapacidad. Un pueblo que se cuida y respeta, tiene más futuro que el que da la espalda a los problemas. No me quiero olvidar de nuestros mayores. Aquellos que dieron la vida por nosotros, nuestros padres ancianos, no pueden ser excluidos de la reconstrucción de Guinea Ecuatorial. Su voz y su experiencia ha de tenerse en cuenta para avanzar sin complejos.



En el artículo anterior hablé del trabajo en equipo. Los del Partido del Progreso sabemos que no hay compartimentos estancos. Todos vivimos en el mismo mundo. No puede haber buena sanidad si no hay unas buenas obras de saneamiento que neutralicen enfermedades como por ejemplo el paludismo. Necesitamos una buena Administración de Justicia que no dependa de los caprichos de una tirano, dictador o sátrapa. Para que la Justicia funcione, aparte de sus jueces, abogados, fiscales y funcionarios; hace falta que el Parlamento, el Poder Legislativo, redacte normas, leyes y protocolos que hagan la vida de los ciudadanos más fácil y efectiva. Debemos trabajar para nosotros y construir una sociedad que se enfrente a los problemas con eficacia.



Estoy muy orgulloso de los directivos del Partido del Progreso. 

Hemos diseñado entre todos fórmulas para enfrentarnos con solvencia a los problemas que afectan a nuestro país.

Queremos que una generación bien formada sea el relevo en un país que cree en el futuro. Aspiramos a que montar un negocio no sea una misión imposible y que se puedan crear puestos de trabajo dignos y de calidad. Guinea Ecuatorial tiene que empezar a industrializarse y no depender siempre de los demás. Queremos revitalizar nuestros pueblos y cuidar con mimo la belleza natural que atesoramos.



Guinea Ecuatorial va a vivir una explosión de crecimiento en el momento en que nos esforcemos por hacer una transición de la dictadura a la democracia eso sí: de una manera civilizada y sin violencia.



Los guineanos no quieren quemar casas, ni perseguir a gente del régimen, como ellos nos han perseguido. Los guineanos, por lo menos los del Partido del Progreso, queremos la fiesta en paz. No creemos que el odio resuelva nada y no vamos a participar en cacerías que avergüenzan a los pueblos. Nuestra apuesta es por una transición ordenada, participativa, pacífica y apoyada por la comunidad internacional.



Está en nuestras manos y sabremos dirigir esta transición sin traumas. Muchos políticos hemos asumido el reto de llevar a nuestro país a la órbita de las naciones modernas, desarrolladas y civilizadas. Trabajemos por el futuro y seamos generosos con nuestros rivales. El régimen nos ha negado el pan y la sal, pero su tiempo se acaba. Espero que les quede algo de racionalidad y no nos lleven a un enfrentamiento gratuito y doloroso. Estamos más que preparados para tomar el timón de la nueva sociedad que está a punto de llegar.