La dictadura de Obiang Nguema ha creado un estado basado en la mentira, la corrupción, el nepotismo, la perversión... Estos han sido los instrumentos que ha utilizado el dictador de forma sistemática para domeñar a la población. Y ese ha sido el modus operandi y la naturaleza misma de Obiang: la mentira y la manipulación.
Así, la mentira desde el primer dictador, Francisco Macías y mas descarada y rastrera en esta dictadura, ha provocado un daño irreparable en la sociedad, por la que muchos guineanos no saben distinguir entre los falso y lo verdadero, lo bueno y lo malo. Está claro que este aspecto va a dificultar mucho crear una sociedad plural y sana, que favorezca una auténtica democracia.
Primero, el slogan "En marcha con Macías y nunca sin Macías”, después, con el muy hipócrita lema de los pedegistas "haz el bien y evita el mal", han terminado viciando las relaciones entre los guineanos, creando una enorme brecha en la propia sociedad guineana.Después de tantos años distorsionando la realidad de las cosas, e inoculando la maldad, la corrupción y la barbarie en todas las capas de la la sociedad, los resultados se han mostrado patentes: pobreza, ignorancia, miedo y coacción. Está claro que los que vayamos a llevar a cabo la transición a la democracia, vamos a tener una gran tarea por delante.
Y para colmo de despropósitos, el dictador convoca sus particulares eleciones, con las que al final no ha cambiado nada. Todo más de lo mismo. La misma coacción de siempre, el mismo engaño y manipulación, y hasta los mismos resultados, más del 95% de los votos para el dictador.
Lo que sí ha cambiado, es la percepción del fraude por parte de la opinión pública internacional, los gobiernos y las grandes instituciones, que no han reconocido los resultados y han tildado de pucherazo las elecciones del pasado día 20.
En el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, con su Presidente Armengol Engonga a la cabeza, decimos que con la mentira, a la falsedad y al engaño, no se puede sustentar una sociedad en convivencia, armónica y creíble.
¡¡Obiang vete ya¡¡
