Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Hace más de un año creo que, por abril del 2021, tras una reunión de equipo, nos comprometimos a informar de las cosas que hacíamos y a exponer nuestras ideas políticas. Una compañera decía que hay muchas formas de enfrentarse a los problemas y que eso, para ella, es la política. Me acuerdo que ponía un ejemplo muy sencillo, pero tremendamente didáctico. Imagínate que tienes que lavar la ropa de tu familia. Ese es el problema a resolver. Bien, puedes optar por buscar una fuente o un grifo de agua y hacer la colada como hacían antiguamente; también es una opción buscar una persona que lo haga por ti a cambio de dinero; una lavandería pública podría ser buena idea e incluso puedes buscar una tienda de electrodomésticos y comprar tu propia lavadora. Eso sí, has de elegir el modo de pago que por lo general es al contado o a plazos. El problema es uno, pero las posibilidades de afrontarlo son infinitas. Es así como nació esta etapa del Partido del Progreso: queríamos explicar cuales eran las soluciones que veíamos a los problemas que nos afectan a todos y como dar con las mejores soluciones.
En
nuestra formación política hay gente con mucho talento. Tenemos muy buenos
profesionales y sabemos también buscar a los que de verdad saben. Muchas veces
es más importante encontrar a la persona adecuada que andar probando a ver si
conseguimos arreglar la avería.
En
África ya hay países que van despuntado. Una mínima búsqueda por Internet y
encontramos, por ejemplo, la lista de los cinco más desarrollados según la ACNUR
El
continente ha estado lastrado durante décadas por la violencia, el
subdesarrollo, la corrupción y la miseria. Sin embargo, seis décadas después de
que comenzara a descolonizarse la mayor parte, varios países han empezado a
desarrollar una pujante clase media.
Sudáfrica
Sudáfrica
fue uno de los primeros países del continente en alcanzar la independencia en 1910
y actualmente su economía es la más desarrollada del continente.
Egipto
Egipto
es el país árabe más poblado, con casi 100 millones de habitantes. Su economía
está muy diversificada, con un amplio sector servicios, particularmente su
industria turística, y una agricultura con un peso cada vez menor. Su esperanza
de vida es una de las más altas del continente, alcanzando los 71 años.
Argelia
Una
escolarización de más del 98% y una esperanza de vida de 77,6 años dan fe del
nivel de desarrollo social de este país norteafricano. A pesar de su historia,
marcada por la guerra durante décadas, Argelia ha logrado estabilizarse en este
siglo, manteniéndose casi al margen de los terremotos políticos que han
sacudido al mundo árabe.
Nigeria
El
gran activo de la economía nigeriana es su población de 188 millones de
habitantes, que, además, crece a un ritmo muy alto. También cuenta con
importantes recursos naturales, entre ellos el petróleo y su economía ha
logrado alcanzar incluso más volumen que la de Sudáfrica. Representa el 35% del
PIB subsahariano.
Botsuana
La
economía de Botsuana está lejos de alcanzar la de los países anteriormente
mencionados, poro con tan solo 1,8 millones de habitantes ha sabido aprovechar
su riqueza mineral para construir una economía que ha logrado cifras muy
positivas.
También
leo en diversos artículos periodísticos que una Etiopía políticamente
estable y económicamente próspera será un motor indispensable del desarrollo en
las regiones del Cuerno de África y de África oriental.
Algunos
analistas como Andrew Amoils, director de investigación de New World Wealth dicen
que: “África concentra algunos de los mercados de más rápido crecimiento del
mundo, como Ruanda, Uganda y Mauricio. Nuestra previsión es que la
riqueza privada crezca más del 60% en los tres países en la próxima década
impulsada por un rendimiento especialmente fuerte en los sectores de la
tecnología y los servicios profesionales”.
Bien,
como hemos leído, en África se está transformando la forma en que se ve la
agricultura, en que se ve el medioambiente y en la que se ven los mercados y se
gestionan los riesgos. No podemos perder más tiempo. Está en nuestras manos y
estamos preparados para asumir la responsabilidad de trabajar por el bien común
y el desarrollo integral de Guinea Ecuatorial. Esto solo se puede hacer si
todos participamos en la construcción y en levantar nuestro país. Todos somos
responsables y no sobra nadie. La democracia es la única herramienta que va a
permitir el despegue de nuestra nación. Nos queda mucho por hacer y lo vamos
conseguir.