Redacción El Confidencial
Los demócratas entendemos que los gobiernos modernos salen de la elección directa hecha por los ciudadanos y se basan en un contrato social entre estos y el Estado, en el cual se acuerdan derechos y deberes por ambas partes para promover el bien común.
Además, los ciudadanos prestan su apoyo al gobierno mediante el pago de impuestos, que contribuyen al desarrollo del país; los gobiernos, en contrapartida, adquieren legitimidad protegiendo los derechos de los ciudadanos y apoyando políticas públicas que beneficien a todos.
Un planteamiento este que no se parece en nada al que está llevando a cabo el desastroso gobierno de la dictadura y, paradójicamente también, al que proponen algunos otros grupos que se postulan para sustituir al régimen dictatorial imperante.
El estado guineoecuatoriano recibe muchos más ingresos por la explotación de sus materias primas que por la contribución de los impuestos ciudadanos. El malvado dictador no ha querido aplicar la justicia distributiva, permitiendo que una parte importante de estos ingresos sean destinados directamente a socorrer las necesidades alimenticias, de vivienda, educativas, etc. de los sectores de población más desfavorecidos. Y no solo eso, sino que además, se les ha marginado expresamente, para que sean dependientes de las limosnas del estado y así se encuentren inermes frente a las injusticias que está perpetrando de forma continuada contra ellos el dictador Obiang Nguema.
Estremece recordar que a una parte importante de la población les parece normal el vergonzante despilfarro que están protagonizado todos los componentes del clan gubernamental, especialmente los familiares de Obiang, y de forma escandalosa, la vida de lujos y vicios de Teodorín. Parece que nos hemos resignado a ver como esta familia “tira” de forma descarada el dinero que nos corresponde.
Hemos podido constatar que la mayoría de los guineoecuatorianos ya no compran las mentiras del dictador, a cerca de la "paz reinante", de "su capacidad para gobernar el país", de "la estabilidad que ha llevado a Guinea" o del pretendido "desarrollo que ha experimentado Guinea Ecuatorial en su gobierno".
Desde el exilio nos llenamos de indignación al ver como Obiang Nguema, responsable directo de la miseria, la represión y la muerte de inocentes, puede verse acompañado por la mayoría de partidos políticos del interior en esta nueva farsa electoral que se dispone a perpetrar el próximo 20 de Noviembre. Pero lo más lacerante es que todos conocemos de antemano (también los que se prestan a esta farsa) el resultado de estos fraudulentos comicios. Servirán, como en ocasiones anteriores, para lavar la imagen internacional de Obiang Nguema, permitiendo alargar su dictadura unos años más. Existe también el peligro, de que con el tiempo que le permitimos ganar, pueda dejar consolidado en el poder a su hijo Teodorín. Llegado a este extremo, toda esta lucha, el sufrimiento y las muertes, no habrían servido para nada.
El exilio se revela contra todo este sin sentido. No permaneceremos callados ante esta nueva tomadura de pelo del dictador. No vamos a permitir que Obiang se salgo con la suya esta vez.
¡¡Fuera la dictadura¡¡...¡¡Viva Guinea Ecuatorial libre y soberana¡¡