jueves, 15 de septiembre de 2022

NOS TOCA RECORDAR NUESTRO TRISTE PASADO PARA NO VOLVER A CAER EN LOS MISMOS ERRORES.




Por Juan Nze Eson Avoro, Presidente del Consejo Geográfico del PPGE de Bioko

Los guineo ecuatorianos nunca hemos conocido la libertad. Si dejamos a parte los cuatro años que duró la autonomía, nos quedaríamos, sin lugar a dudas, con la clara convicción de que nunca hemos tenido a unos gobernantes pensando y trabajando por la prosperidad del PUEBLO.
Los que vivieron durante aquellos fugaces cuatro años, aseguran que no sólo las autoridades escuchaban a sus ciudadanos, también luchaban, trabajaban asiduamente para la prosperidad (BUENA VIDA) de todos los ciudadanos.
Si esto fue como nos lo cuentan los mayores, la lucha del gobierno autónomo para la prosperidad de todos, hoy todos deberíamos estar seguros de que Bonifacio Ondó Edú como Presidente autonómico, actuó como un buen gobernante, a pesar de que éste perdió las elecciones en las que sólo votaban los diputados provinciales (13 de mayo de 1964). Esto sí, tras los comicios del día tres de octubre de 1968, sobre todo, tras el desordenado y ambiciosamente interesado apoyo de Atanasio NDONG al que, según él, Macías Nguema iba a resultarle más manipulable, GUINEA ECUATORIAL y los guineanos nos caímos en desgracia hasta hoy.
A pesar de haber caído en desgracia por desordenadas e infantiles ambiciones de poder y de protagonismo, hoy, casi cincuenta y cuatro años después seguimos siendo incapaces de hacer un examen de conciencia que nos pueda permitir recapacitar y entender que pelear por ser el siguiente presidente  o por procurar que el próximo sea de los míos, aun cuando la conciencia nos recuerda que tenemos que actuar para el beneficio de todos, no es hacer lo correcto. 
Quizá a algunos les pudiera parecer que con estos argumentos estoy despreciando o descalificando a los otros, no es mi intención la de descalificar, estoy plenamente convencido que  digo la verdad.
Ante este panorama de anomalías e inconfesables intereses, todos nos deberíamos hacer la siguiente pregunta: ¿Si lo que queremos hacer en nuestro país y con nuestro pueblo es lo que éste merece, tras cincuenta y cuatro larguísimos años de sufrimiento, muertes, miseria económica y humana?
Esta pregunta espera de cada uno de los que luchamos contra la dictadura de los NGUEMA (OBIANG NGUEMA, SU FAMILIA Y SUS APOYOS) una respuesta racional, lógica y democrática.
En el Partido del Progreso dirigido por  el presidente Armengol Engonga Ondo, nos oponemos frontalmente a esta dictadura, porque sabemos que la mejor forma de dirigir un país es la democrática. Se nos hace muy difícil vivir en un país dirigido por un tirano que usa los insultos, las amenazas, la violencia, las intimidaciones, las matanzas a los DISIDENTES, el odio, la mentira, la difamación, la discriminación, el robo,… como armas para gobernar. Sabemos además que un país no debe ser dirigido por una familia, sino por el  pueblo. 
Queremos devolver al pueblo sus derechos, su soberanía, sabedores de que solo la ley debe ser la encargada de sancionar los delitos, condenar a los culpables o absolver a los inocentes. 
Estamos empeñados en revertir esta anomalía situación, porque no queremos seguir viendo como mandan a los ciudadanos a la cárcel, no queremos seguir viendo cómo incluso matan a uno, o como muchos pasan hambre sólo porque a un individuo o familia les gusta ver a la gente sufrir. En pocas palabras, somos de la oposición porque queremos ser personas libres, respetuosas, respetables y disfrutar de nuestros derechos en medio de un pueblo igualmente libre, respetuoso, respetable y en el que resida la  soberanía nacional.
En el Partido del Progreso sabemos que si una persona o pueblo no vive como persona y como un pueblo libre y con derechos, esta persona y pueblo va a exigir de sus autoridades dicho derecho y, si las autoridades no les atienden satisfactoriamente, corren el riesgo de desnortarse: cometer delitos de toda clase o, en el peor de los casos, morir de miseria por el abandono del gobierno que no cumple su cometido como tal.
Por consiguiente, en nuestro partido procuraremos fomentar actividades encaminadas al respeto, valoración y mejora de la vida de la persona humana, descartando el lenguaje de los insultos y las descalificaciones, porque sabemos que con el respeto a la persona y a la vida,  podremos lograr que todos los ciudadanos colaboren para llevar nuestro país y pueblo a la prosperidad económica y humana.
Queremos que los guineanos vivan como personas, porque sabemos que un país en el que no se respeta a la persona ni se procura que viva como persona,  este país no existe como tal.
Sí, creemos que nuestro pueblo merece tener buenos puestos de trabajo, buenos hospitales, excelentes centros de formación, lugares de ocio, acceso a buenos alimentos, buenos salarios; nuestro pueblo debe ser un pueblo libre y con derechos. 
En nuestro pueblo no deben tener éxito los que, como el dictador y su gente, pasan el tiempo humillando, insultando, difamando, robando, ignorando al pueblo y matando a los que no les apoyan en sus fechorías.
Macías, un violento verbal y posteriormente físico, ganó el poder mediante propuestas populistas, por las falsas promesas y por la desordenada ambición de algunos que, mas que luchar por la libertad del pueblo guineo, lo hacían por ser los primeros dirigentes del país. Ellos mismos cosecharon la desgracia, tras abandonar a Ondo Edu, el que ya había demostrado al pueblo que servía mucho como cabeza visible en la gestión y administración de la cosa pública y apoyar a un violento, que solo le movía el odio y venganza.
Hoy, cincuenta y cuatro años después, seguimos sufriendo los efectos de nuestra mala elección. Hoy, en la puerta de unas posibles elecciones tras las dos dictaduras, nos toca recordar nuestro triste pasado para no volver a caer en los mismos errores del pasado, procurando seleccionar y elegir mejor a nuestros dirigentes, a fin de que los largos cincuenta y cuatro años de sufrimiento puedan quedar en el pasado y podamos adentrarnos en un mundo libre de dictadores y lleno de libertad y prosperidad.
Los que hasta hoy siguen utilizando en la oposición el lenguaje de insultos, descalificaciones, difamaciones y demás mentiras contra los otros partidos,  deben abandonar estas costumbres, para que el pueblo no nos confunda con los matones e inhumanos del PDGE, el partido de la dictadura.